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Crisis en Haití: cumbre en Jamaica busca respuestas internacionales urgentes
La crisis en Haití, marcada por la presencia de bandas criminales, será abordada en una reunión de emergencia en Jamaica este lunes.
La capital haitiana se encuentra inmersa en un caos violento propiciado por pandillas que demandan la renuncia del primer ministro, Ariel Henry, una solicitud que también comparte un sector de la población. Ante esta compleja situación, la Comunidad del Caribe (Caricom) convocó a representantes de Estados Unidos, Francia, Canadá y la ONU para la reunión de urgencia.
En dicho encuentro, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, participará para abordar los esfuerzos destinados a “acelerar una transición en Haití mediante el establecimiento de una presidencia colegiada”. Además, se discutirá la posibilidad de desplegar una misión internacional de seguridad en este país caribeño.
El vicepresidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, miembro de la Caricom, expresó el domingo que los países involucrados buscarán “restaurar el orden y la confianza del pueblo haitiano” frente a los “criminales que han tomado el control del país”.
El Consejo de Seguridad de la ONU instó el lunes a los actores políticos en Haití a entablar “negociaciones serias” para la restauración de las instituciones democráticas del país. Asimismo, hizo un llamado a las bandas armadas para que detengan de inmediato sus acciones desestabilizadoras.
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En medio de enfrentamientos armados entre las fuerzas de seguridad y pandillas que atacan puntos estratégicos como el palacio presidencial, comisarías y prisiones en Puerto Príncipe, la Unión Europea evacuó a todo su personal en la capital hacia un lugar más seguro fuera del país, según informó Peter Stano, portavoz del jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell.
Simultáneamente, la misión diplomática alemana anunció la evacuación de su embajador a la República Dominicana “hasta nuevo aviso”, mientras que los estadounidenses llevaron a cabo la evacuación en helicóptero de su personal diplomático no esencial el sábado por la noche.
Hace una semana, las autoridades haitianas declararon el estado de emergencia y toque de queda nocturno en el departamento del Oeste, incluyendo la capital, ante el agravamiento de la situación de seguridad. Sin embargo, las fuerzas de seguridad no tienen control en gran parte de este territorio, que está en manos de grupos armados, lo que llevó a la Organización Internacional para las Migraciones a describir Puerto Príncipe como una “ciudad sitiada”.
A pesar de la aprobación por parte del Consejo de Seguridad de la ONU del envío de una misión internacional liderada por Kenia para apoyar a la Policía haitiana a finales de 2023, su despliegue aún no se ha concretado.
El primer ministro haitiano, Ariel Henry, quien firmó un acuerdo en marzo para el despliegue de policías kenianos, se encuentra en Puerto Rico desde el martes pasado, incapaz de regresar a su país debido a la violencia en el aeropuerto y la negativa de la República Dominicana a permitirle la entrada.
Con las oficinas públicas, escuelas cerradas, el aeropuerto y el puerto paralizados, la población de Haití enfrenta amenazas de escasez. Los hospitales, blanco de ataques de bandas, tampoco pueden operar con normalidad.
Según la OIM, actualmente hay 362.000 personas desplazadas en Haití, un aumento del 15 % desde principios de año, siendo más de la mitad de ellas niños. En una rara nota positiva, una congregación católica anunció el domingo la liberación de cinco personas secuestradas en febrero en Puerto Príncipe, incluyendo cuatro religiosos, y solicitó la liberación de otros dos religiosos que aún permanecen secuestrados.