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Crisis política en España: ¿el fin de Rajoy?

Todo parece indicar que los días de Mariano Rajoy al frente del Gobierno están contados. Una moción de censura, la exigencia de nuevas elecciones y un eventual bloqueo político aumentan la incertidumbre y amenazan la estabilidad del país.

29 de mayo de 2018
| Foto: Palacio de la Moncloa / Gobierno español

La sentencia sobre el caso Gürtel tiene desde la semana pasada en la cuerda floja al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy. El terremoto político se desencadenó luego de la condena a varios integrantes de su Partido Popular por uno de los casos de corrupción más grandes en la historia reciente de España. Se trata de una investigación de más de una década que reveló la financiación indebida y los contratos públicos del PP a empresas “amigas” desde 1999 hasta el 2005 a cambio de cuantiosos sobornos.

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La justicia obligó al partido a pagar una multa de 254.492 euros y mandó a la cárcel a 29 de los investigados. Pero esto no fue castigo suficiente. La oposición reclamó la responsabilidad política del ejecutivo y promovió una moción de censura, mientras que sus antiguos aliados dieron un ultimátum y exigieron adelantar las elecciones. Ninguna opción es buena para Rajoy. Todas plantean su salida del Palacio de la Moncloa e incluso si ninguna de estas prospera, su continuidad podría conducir a un bloqueo político que profundizará la crisis. Estos son los posibles escenarios:

Si fracasa la moción

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la mayor fuerza opositora en el Parlamento, presentó el viernes una moción de censura contra el gobierno PP de Mariano Rajoy para “recuperar la dignidad del país”. Desde entonces, el partido no escatima esfuerzos para lograr la mayoría necesaria y aprobar la moción que, si todo sale como lo planeado, se debatirá el jueves y se votará el viernes. Pero no la tiene fácil.

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Para lograrlo, el PSOE debe conseguir 176 votos de los 350 posibles dentro del Congreso y solo cuenta con 84 diputados. Por lo tanto, debe necesariamente negociar con las otras fuerzas políticas del parlamento y por ahora solo cuenta con el apoyo del partido izquierda radical Podemos con 67 representantes. El punto más crítico está en cómo va a hacer el PSOE para conseguir el respaldo de los independentistas catalanes y los nacionalistas vascos, los mismos partidos a los que alguna vez hizo oposición.

El coordinador del PP, Fernando Martínez-Maillo calificó al PSOE como el “judas de la política” y lo acusó de estar dispuesto a llegar al Gobierno “de la mano de los independentistas que pretenden romper España y de los herederos del terrorismo”. Lo cierto es que el país está a la espera de saber cuáles serán las condiciones de estas eventuales alianzas, pues desde ya el nuevo presidente catalán, Quim Torrá, condicionó el apoyo de su partido a la liberación de los líderes separatistas. Los expertos aseguran que la única razón para que no prospere esta coalición sería si el PSOE no acepta las exigencias catalanas.

Ante este panorama y el eventual fracaso de la moción, Rajoy seguiría en el poder. Sin embargo, su principal aliado, el partido Ciudadanos, ya anunció que aunque no apoya la moción, está dispuesto a retirar su apoyo al Gobierno. Por lo tanto, España se encaminaría inexorablemente hacía un bloqueo político y la necesidad de unas nuevas elecciones. El recuerdo de los 300 días de parálisis que vivió el país en 2016 llena de temor a los españoles y, una vez más, la estabilidad de la democracia está en juego.

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Si prospera la moción

Si las negociaciones fructifican y los socialistas logran las mayorías necesarias para aprobar la moción de censura, España tendría un nuevo primer ministro en funciones,  Pedro Sánchez, líder del PSOE. Sin embargo, este sería solo un periodo para estabilizar el país y convocar elecciones cuando la tensión haya disminuido. En palabras de Sánchez: “España necesita un Gobierno limpio y no uno preocupado de defenderse en los tribunales».

Pero en este escenario, el PSOE aprovecharía la situación para su propio beneficio. Como lo precisó uno de sus portavoces, la ex ministra de Cultura Carmen Calvo, estos meses en el poder servirían al partido para hacer “modificaciones suficientes” en cuanto a salarios, jubilaciones y educación. Cambios que buscarían recomponer su popularidad después de los malos resultados en los comicios de 2016. Solo entonces y con esa ventaja, llamaría a nuevas elecciones.

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De cualquier modo, si la moción prospera, el nuevo gobierno tendría que enfrentar grandes cuestionamientos por sus alianzas y no se da por hecho que los mismos partidos que lo apoyaron para destituir a Rajoy lo apoyen durante su tiempo en el poder. Solo el viernes se sabrá la decisión del Parlamento pero mientras tanto la incertidumbre parece gobernar España.