ECONOMÍA
¿Cuál es el paraíso de las compras de lujo en América Latina?
No es Brasil, Argentina, ni Chile. Es un país donde, a pesar de que la mitad de la población es pobre, el mercado de las marcas de lujo está en expansión.
¿Cuál es el país donde la mitad de sus habitantes son pobres, pero que al mismo tiempo alberga al mayor mercado de productos de lujo de América Latina? La respuesta es México.
En los últimos 5 años las ventas de automóviles, ropa, joyas, accesorios de moda y otros productos de alto costo aumentaron 25,9%, según estimaciones de la consultora Euromonitor Internacional. En este lapso, en cambio, el crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) ha sido de 2,8% anual.
No obstante la economía de México, de acuerdo con el Banco Mundial, es la segunda más importante de América Latina, después de Brasil.
A pesar de eso, en 2015 los consumidores mexicanos de lujo superaron a los brasileños. Por décadas este país fue el destino latinoamericano de algunas de las marcas más exclusivas del mundo.
Ahora varias de ellas, como McLaren, Lamborghinni o Carolina Herrera eligieron las ciudades mexicanas para establecer sucursales.
De hecho, en lo que va de 2015 el valor del mercado de lujo en México ha sido de US$3.685 millones, según estadísticas de la consultora Euromonitor.
Las ventas en Brasil fueron, en el mismo lapso, de US$3.190 millones. Y los productos que más se comercializan son ropa, calzado, joyas, relojes, productos de belleza, perfumes, bebidas y automóviles.
Compras “aspiracionales”
Curiosamente, en la expansión del mercado de lujo los millonarios mexicanos no tienen un papel central.
En los últimos años la mayoría de las compras la realiza la llamada “clase media aspiracional”, un sector creciente de la población integrado por personas con ingresos mayores al promedio.
Se trata de un grupo “muy heterogéneo”, le explica a BBC Mundo Claudio Fores Thomas, vicepresidente de la consultora Lexia.
“Están los que tienen aviones y pilotos, y también las clases medias altas que probablemente no tenemos helicóptero pero que accedemos a productos de consumo de ese segmento”.
En este rubro existen personas que quieren demostrar su ascenso en la escala social con la compra de productos de lujo, añade Cristina Morales, analista de la consultora Signum Research.
Perfil
En este segmento también se cuenta a quienes necesitan vestir prendas caras para mostrar solvencia financiera o quieren ser admitidos en círculos sociales exclusivos.
“Es un comprador aspiracional, alguien que empieza a subir de clase media a clase media alta”, le explica Morales a BBC Mundo. “Las compras aspiracionales te permiten obtener algo que era inalcanzable para ti”.
De hecho, el perfil promedio de estos compradores es de adultos jóvenes con estudios universitarios y un ingreso alto.
La mayoría vive en ciudades mayores a 50.000 habitantes. Muchos tienen negocios propios o son directivos de alguna compañía. En general tienen acceso a viajes internacionales y son activos en redes sociales de internet.
“Son adultos tempranos que todavía no tienen gastos de hijos o de familia, todos los ingresos son para ellos”, añade la investigadora de Signum Research.
Ostentación
Pero las estadísticas demográficas son apenas una parte de la explicación. Rosario Zavala, socia de Lexia, le dice a BBC Mundo que al 68% de los compradores de lujo “les gusta mostrarse”.
En este grupo existen dos segmentos: uno es de los llamados “trendy”, que consumen lo que está de moda. Los otros son inidividuos a los “no importa si les gusta o no un artículo, lo van a comprar mientras la marca se vea”.
No son todos. Entre los consumidores también existen quienes han tenido acceso a artículos de lujo, generalmente los ricos de toda la vida. Todos coinciden en el mismo mercado, afirma Zavala.
“En México puedes tener un comprador de lujo de una marca que sea muy discreta como Prada que no tiene visible el logotipo, versus marcas como Louis Vuitton o Carolina Herrera, cuyos iconos son evidentes”.
Y también hay quienes adquieren artículos de lujo por placer o como una especie de recompensa.
Se trata de uno de los rasgos del mercado en este país, explica Flores Thomas.
“Es un autorreconocimiento; el mexicano compra un artículo de lujo para premiarse por un logro”.
Compras a crédito
Pero además del perfil de los consumidores, en el crecimiento de casi el 26% del mercado del lujo en México hay otros elementos. La depreciación del peso mexicano frente al dólar, lo cual encareció las compras en el extranjero, sobre todo Estados Unidos.
Una mayor presencia de marcas exclusivas, ya sea a través de tiendas tradicionales o con sucursales propias. Y, lo más importante, las facilidades para comprar con crédito.
“El año pasado y también este hay una actividad promocional muy alta, con mensualidades sin intereses. Son ofertas realmente atractivas”, explica Cristina Morales.
“Si bien tienes que tener el poder adquisitivo alto para adquirir esos bienes de lujo,se hacen más accesibles algunas marcas. Puedes pagar una bolsa que no podías haber comprado en un solo pago en efectivo”.
Con las expectativas de bajo crecimiento en la economía mexicana para los próximos años, algunos se preguntan si puede haber problemas al pagar las compras de lujo. 'No', responde el vicepresidente de Lexia. Desde 2010 algunos sectores industriales, como el acero y cemento experimentan dificultades.
Un caso distinto es la venta de artículos de lujo, como lo demuestra la llegada al país de marcas que antes no tenían a México en su área de interés.
“Sigue habiendo tasas de crecimiento importante en el segmento”, explica Flores Thomas. “Las clases altas no modifican sus pautas de consumo con las crisis ni las clases bajas tampoco”.