Cuarenta años después: Vaticano investigará desaparición de adolescente en 1983

Cerca de 40 años después, y luego de que se convirtiera en una documental de Netflix, las autoridades de El Vaticano anunciaron este martes, 10 de enero de 2023, la apertura formal de una investigación que busca resolver qué fue lo que realmente ocurrió en el caso de la desaparición de una adolescente ocurrido en junio de 1983, cuyo rastro no se conoce desde la fecha, y que continúa en la impunidad.

El caso en cuestión corresponde al de la joven Emanuela Orlandi, quien para la época de su desaparición tenía 15 años, y quien habitaba en la ciudad Estado debido a que su padre trabajaba en el lugar.

La desaparición de la mujer de 15 años ocurrió tras tomar una lección o clase de música en una zona céntrica de la ciudad de Roma, en hechos ocurridos el 22 de junio de dicho año.

Sin embargo, y pese a que el caso de desaparición despertó gran interés en la comunidad, el caso no había recibido la importancia merecida por parte de las autoridades, razón por la que el caso de desaparición ha seguido en la impunidad por cerca de 40 años, los cuales se cumplen en 6 meses.

Pese a que el caso no ha sido investigado formalmente, este sí ha despertado por décadas el interés de habitantes de Italia, país en el que la desaparición de Orlandi ha despertado toda serie de hipótesis y tesis que no han podido ser corroboradas, pero que atañen responsabilidad, entre otros, a los servicios secretos de El Vaticano, las mafias, autoridades vaticanas, e incluso a la masonería, abriendo toda clase de especulaciones e incógnitas sobre quién y por qué se motivó la desaparición de la inocente joven.

No obstante, otras de las intrigas generadas en torno al caso, también formulan incógnitas sobre el por qué de la desaparición, preguntando por qué conocimiento habría tenido la joven que motivara que quisieran desaparecerla.

Las tesis de la desaparición de Orlandi

En medio de las hipótesis que en lo corrido de 40 años se han manejado sobre la desaparición de la joven Emanuela Orlandi, se destaca, según recogen medios internacionales, una derivada de unas declaraciones entregadas por una examante de un criminal italiano identificado como Enrico de Pedis, señalado de pertenecer a la mafia y ser cercano a la logia de los masones P2.

En ese sentido, dicha mujer señaló que de Pedis, también cercano a sectores relacionados con las finanzas del Vaticano, sería el responsable de haber secuestrado a la menor, y posteriormente haberla asesinado y desecho de su cuerpo al introducirlo en un fuerte material conocido como hormigón.

Frente a estas versiones, las investigaciones por parte de las autoridades italianas llevaron a que, buscando estimar o desestimar lo dicho, se exhumaran los restos de Enricco de Pedis en 2012.

“De Pedis era el líder de un grupo delictivo que operaba en la ciudad de Roma, y que era conocido con el nombre de la banda della Magliana”. El referido delincuente, había sido asesinado en 1990, en el marco de un ajuste de cuentas.

Otra de las versiones que rondaron sobre las causas de la desaparición de la menor Orlandi se refiere a la existencia de un secuestro extorsivo, que tenía como finalidad presionar la devolución de un préstamo por parte del otrora presidente del banco Vaticano, el arzobispo Paul Marcinkus.

Recientemente, el enigmático caso de la familia Orlandi despertó el interés de la productora de video Netflix, la cual realizó un reportaje que tenía como eje central a al hermano de la víctima, Pietro Orlandi, quien, en medio de la entrevista, reveló la ocurrencia de afirmaciones por parte del hoy papa Francisco I que le hicieron pensar que la iglesia tiene información importante sobre la mujer, refiriendo a su vez que esta ya estaría muerta.

Según el hermano de la mujer desaparecida, Francisco I ha afirmado que ella “está en el cielo”, por lo que se intuye que el Vaticano sí sabe qué pasó con ella, y su desenlace.

No obstante, la declaración del papa Francisco no sería la única pista o cabo suelto presentado en el documental, pues en este también se evoca el testimonio de una amiga de la desaparecida Emanuela Orlandi, quien señala que días atrás de la desaparición de la adolescente, esta le habría comentado que estaba siendo víctima de ‘acoso’ por parte de personas cercanas al propio papa de la época, hoy san Juan Pablo II, refiriendo además que los hechos habrían tenido lugar cuando ella se encontraba en los llamados jardines vaticanos.

En 2019, una petición expresa de la defensa de la familia de la joven desaparecida llevó a que el Vaticano diera luz verde a una serie de exhumaciones de restos en tumbas en los que se presumía habría podido ser enterrada la joven tras ser asesinada.

Así, el Vaticano dio luz verde a la apertura de tumbas de dos miembros de la realeza europea del siglo XIX, los cuales estaban ubicados en el cementerio Teutónico; no obstante, el estudio allí practicado determinó que no existían restos ocultos.

Además de las tumbas de las princesas, el Vaticano también permitió en su momento la apertura de una serie de osarios donde también, eventualmente, podrían haber sido ocultados restos. Sin embargo, dicho estudio no arrojó resultados positivos.

Si bien el Vaticano ha dado luz verde a la apertura de la investigación, la familia de la víctima y su defensa ha afirmado que se desconoce qué lineamientos o vías se pensará emprender en medio de la investigación, manifestándose prestos a colaborar.

Desde la defensa de la familia de la víctima también se cuestiona la demora por parte de la entidad religiosa para dar espacio a la investigación, lamentando que algunas de las personas que hubiese sido clave interrogar en medio de la investigación, ya fallecieron.

Desde la defensa de la familia Orlandi también se denuncia a la misma cabeza de la iglesia, advirtiendo en sus distintos momentos rasgos de inoperancia y silencio, advirtiendo que hay rastros que denotan que tanto Juan Pablo II como sus dos hasta ahora sucesores; Francisco I Y Benedicto XVI tenían información sobre el caso y no la revelaron.

“El silencio los hizo cómplices”, advierten.

Dentro de las versiones que también circulan se encuentra que se trató de un secuestro con fines de ‘canje’, que buscaba lograr la libertad de Mehmet Ali Agça, el turco que intentó asesinar a Juan Pablo II en 1981.

Si bien el referido criminal quedó libre en 2010, en 2019 señaló que creía que la menor aún estaba viva, reiterando que en ese sentido sería clave la revisión de los archivos de la CIA.

*Con información de AFP