VACUNA DEL CORONAVIRUS

Cuba ensaya con el personal de salud su vacuna contra coronavirus

El biológico sería la primera vacuna contra la enfermedad concebida y producida en América Latina.

26 de marzo de 2021
Primer día Jornada de vacunación contra Covid19 al  personal medico de primera linea
Cuba ensaya con el personal de salud su vacuna contra coronavirus | Foto: ESTEBAN VEGA LA ROTTA

“No es lo mismo que yo se lo haga a un paciente que me lo pongan a mí”, dice nerviosa María Ruiz, una de los 150.000 trabajadores de la salud que recibieron la vacuna cubana contra el coronavirus, la primera concebida y desarrollada en América Latina.

“Pero siempre que sea por el bien mío y para el bien de la sociedad, aquí estoy”, añade orgullosa esta enfermera de 48 años, que acudió con su uniforme blanco y su cofia para recibir el antígeno en la policlínica Corynthia, en La Habana.

El objetivo de este estudio de intervención, que comenzó el lunes, es probar la vacuna a gran escala, incluso antes de su aprobación, entre médicos, enfermeras, técnicos y hasta los trabajadores de mantenimiento de los centros de salud.

En el mundo, otras vacunas como la rusa Sputnik V también fueron administradas a amplios grupos de población antes de concluir sus ensayos clínicos.

A diferencia de los estudios clásicos, en este “no se utiliza placebo, aquí es vacuna directa”, explica el doctor Osiris Barbería, vicedirector de Epidemiología de la clínica, situada en el corazón del barrio del Vedado.

Y “¿por qué los trabajadores de la salud? Porque somos los que estamos más pegados al paciente infectado, es decir, en el frente de batalla”, asegura.

Apuesta

La búsqueda de una vacuna propia contra el coronavirus comenzó en abril de 2020 y no tardó en convertirse en una cuestión de orgullo nacional en Cuba, una isla bajo embargo estadounidense que se vio forzada a desarrollar sus propios inmunizantes desde la década de 1980.

Ante la pandemia, la apuesta pudo parecer arriesgada: no intentó negociar la compra de vacunas a los grandes laboratorios ni beneficiarse del sistema Covax, que garantiza el envío de dosis a los países pobres.

Sin embargo, el país cuenta con cuatro vacunas en distintas etapas de ensayos clínicos, dos de las cuales, Soberana 2 (utilizada en este estudio de intervención) y Abdala, están en la recta final, la fase 3.

Si cualquiera de ellas recibe la autorización final, sería la primera vacuna contra el coronavirus concebida y producida en América Latina.

Estos candidatos vacunales son de proteína recombinante, la misma técnica utilizada por la empresa de biotecnología estadounidense Novavax.

De recibir la luz verde, Cuba espera iniciar la campaña de vacunación en junio, poniendo en marcha previamente estudios de intervención para empezar a inmunizar a su población.

Casi todos los habitantes de La Habana (2,1 millones) deberían estar vacunados ya en mayo, y las autoridades pretenden que seis millones de personas, más de la mitad de la población cubana, estén inmunizados a principios de agosto.

“Imagínese que en corto tiempo, un país bloqueado, con tantas necesidades, hemos logrado una vacuna de calidad”, se enorgullece el doctor Barbería y subraya que la participación en el estudio de intervención es voluntaria.

Hasta ahora “todo el mundo quiere, quieren traer hasta sus familiares y les decimos no porque es (un estudio) controlado”, apunta.

El objetivo de este estudio de intervención es probar la vacuna a gran escala en Cuba, incluso antes de su aprobación, entre médicos, enfermeras y técnicos. | Foto: Getty Images

Irán y Venezuela

En la clínica Héroes del Corynthia, médicos, enfermeras y hasta agentes encargados de la campaña de fumigación contra el mosquito del hospital, se cruzan durante las distintas etapas del proceso de vacunación.

Al llegar se les toma la temperatura, luego se les mide la tensión arterial y llenan un cuestionario médico. Una vez vacunados, todos tienen que esperar una hora en caso de una posible reacción.

Alejandro Larrinaga, un médico de 64 años, llegó poco después de las nueve de la mañana.

En el pasado, Larrinaga cumplió varias misiones médicas para su país en Mozambique, Angola y Sudáfrica. Esta vez su tarea es muy diferente: “accedí gustosamente a vacunarme para fortalecer mi sistema inmunológico”, afirma.

Pero “creo que más importante que la vacuna es la autoprotección”, usando una mascarilla y lavándose las manos regularmente, añade, y recuerda que la respuesta inmunológica no aparece hasta pasados 21 días.

Enfrentada a una tercera ola de contagios, Cuba se ha visto hasta ahora poco afectada por la pandemia, con 68.986 casos y 405 muertes.

Las autoridades quieren vacunar a toda la población este año y luego ofrecer su inmunizante a “países amigos”.

Este mes se enviaron 100.000 dosis de Soberana 2 a Irán para probar su eficacia, y en abril se mandarán 30.000 dosis de Soberana 2 y de Abdala a Venezuela.

Con información de AFP.