De pastora a stripper, la insólita historia de Nikole Mitchell

La pandemia resultó ser liberadora para Nikole Mitchell. En agosto del año pasado, mientras el mundo se mantenía en cuarentena y florecían más los miedos que las pasiones, ella decidió dejar del todo una vida que no la satisfacía para darles rienda suelta a sus sueños y fantasías.

La madre de tres hijos vivía hasta hace poco con su hoy exesposo en St. Paul, Minnesota, y era pastora de una iglesia evangelista. Desde pequeña estuvo rodeada de roles religiosos en su comunidad y, cuando llegó el momento de elegir un camino profesional, optó por la iglesia como un lugar donde desarrollar su espiritualidad y su gusto por el escenario y el público.

Sin embargo, había algo en esa vida religiosa que la incomodaba. Según la mujer, hoy de 36 años, cuando se hablaba de la función de las mujeres en la iglesia, se limitaban a recalcar su importancia en la familia y en la comunidad, pero poco se hablaba de su sexualidad.

Mitchell se puso como tarea estudiar la Biblia y llegó a la conclusión de que los textos convertían en pecado los deseos sexuales de las mujeres y que el solo planteamiento del tema no era bienvenido.

En su opinión, el contexto cultural e histórico en que se basaba su religión ya no era acorde con el tiempo en que vivimos, y en sus sermones incluyo mensajes de empoderamiento y liberación para otras mujeres.

Sin embargo, su vida cambió de manera radical cuando fue a una obra de teatro que trataba temas de sexualidad en la comunidad LGTBI. Esa noche en el teatro se dio cuenta de que se identificaba con los bisexuales y que no podía regresar al podio de su iglesia sin reconocer que la sexualidad era una parte integral de su vida.

Su secreto iba más allá de su gusto por las mujeres. Mitchell reconoció que parte de lo que le gustaba de ser pastora era la atención que recibía de la congregación y que también en lo sexual su deseo era ser observada.

Poco después de aquella noche en el teatro, Mitchell tomó un curso en línea llamado Sexpress you, sobre la importancia de expresar la sexualidad sin temor. Fue entonces cuando decidió dejar la iglesia, divorciarse y vivir su fantasía: ser stripper.

Unas semanas después de dejar de dar sus sermones los domingos, reapareció, pero en un canal de YouTube con contenido erótico. En agosto se mudó a Los Ángeles con sus hijos y descubrió la plataforma OnlyFans, en la que se paga por ver contenido erótico.

Hoy tiene más de 130 mil seguidores en sus redes sociales y, además de posar desnuda, ofrece talleres para mujeres que buscan explorar sin tapujos su sexualidad.

Entre sus ingresos por OnlyFans y por los talleres vía Zoom logra más de 100 mil dólares mensuales. Mitchell, que antes cobraba 50 dólares por sermón, ahora dice que en un solo día gana más de 800.

En sus redes se describe como modelo erótica, coach y expastora. Sabe que su decisión es controversial y reconoce que no es para todo el mundo, pero dice estar más feliz que nunca.