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De película: madre fingió su secuestro, acusó a mujeres hispanas y prueba de ADN la delató
La mujer dijo en su momento a las autoridades que las supuestas secuestradoras la mantuvieron en un armario.
Pasaron varios años para que la justicia estadounidense lograra aclarar el supuesto caso de secuestro de una mujer y, por el contrario, ahora ella terminará pagando una condena. Todo se resolvió gracias a avances en la tecnología del ADN.
Se trata de Sherri Papini, una mujer de 40 años de edad, californiana, que fingió su propio secuestro en 2016 y terminó acusando a mujeres hispanas de lo ocurrido.
Fue en noviembre de 2016, cuando se denunció la desaparición de esta mujer, luego de que supuestamente saliera a correr cerca de su casa en el condado de Shasta, en el norte de California, Estados Unidos.
Pasaron tres semanas y la mujer fue hallada herida y sola en una carretera a unos 225 kilómetros de distancia. Tras ser auxiliada por la Policía, Papini le dijo a las autoridades que había sido secuestrada por dos mujeres enmascaradas de habla hispana.
En su relato, también les manifestó a las autoridades que esas mujeres la habían mantenido encadenada en un armario, mientras la amenazaban con una pistola y, que hasta la habían alcanzado a marcar con una herramienta caliente.
Con el relato de la mujer, las autoridades dieron apertura a una investigación para dar con el paradero de las supuestas secuestradoras hispanas, pero por años las autoridades no lograron resultados y, por el contrario, Papini recibió más de 30.000 dólares del estado en concepto de fondos de compensación a las víctimas.
No obstante, en 2020 todas sus mentiras se fueron al piso, luego de que investigadores del FBI lograron relacionar el ADN de su ropa con un exnovio, que admitió que el supuesto secuestro de Papini había sido un engaño.
Ahora la mujer, según un comunicado del Departamento de Justicia, fue condenada este lunes 19 de septiembre a un año y medio de prisión.
El juez William B. Shubb determinó que Papini, de 40 años, debía cumplir 18 meses de prisión seguidos de 36 meses de libertad supervisada, tras admitir que todo fue mentira y se declarara culpable en abril de fraude postal y de hacer declaraciones falsas.
La justicia estadounidense también le ordenó a Sherri Papini pagar casi 310.000 dólares en concepto de indemnización.
Los fiscales del caso dijeron que el engaño de la mujer desperdició recursos y provocó que la policía investigara objetivos inocentes.
“Papini planeó y ejecutó un sofisticado engaño de secuestro, y luego continuó perpetuando sus falsas declaraciones durante años después de su regreso sin tener en cuenta el daño que causó a otros (...). Como resultado, los investigadores estatales y federales dedicaron recursos limitados al caso de Papini durante casi cuatro años antes de conocer independientemente la verdad: que no fue secuestrada ni torturada”, dijeron los fiscales en los argumentos iniciales, según CNN.
El giro inesperado que tomó el secuestro de un joven en Colombia
“Esto es un dolor muy berraco”, fueron las palabras del padre del joven Nicolás Picón, quien fue secuestrado el pasado 24 de agosto en Aguachica, Cesar. La incertidumbre por su saber sobre paradero embargó a la familia del plagiado durante varios días, generando dolor al recordar y ver las imágenes sobre cómo había sido sacado de su propia casa.
El estudiante de 16 años de edad logró regresar con los suyos luego de varios operativos de la fuerza pública. “Luego del secuestro, el pasado 24 de agosto, en Aguachica, Cesar, quien fue sacado a la fuerza de su propia vivienda en hechos que fueron grabados por las cámaras de seguridad del lugar, la Dirección Antisecuestro y Antiextorsión de la Policía Nacional desplegó sus capacidades operativas para ubicar a los responsables de ese hecho”, informó el Gaula de la Policía en su momento.
Pero con el joven en libertad, el caso no quedó ahí, los investigadores continuaron haciendo sus indagaciones hasta develar que posiblemente detrás del secuestro de Picón estarían una red que trabaja para las disidencias de las Farc, del frente 33 o del ELN.
“Desde el inicio, la policía dispuso un equipo interdisciplinario que tenía como propósito lograr el regreso sano y salvo del estudiante de 16 años. A pesar de las exigencias económicas a la familia, el Gaula fue cerrando el cerco hasta localizar el sitio de cautiverio en zona rural de Convención, Norte de Santander. Finalmente, el pasado 7 de septiembre, en un descuido de los delincuentes, el joven escapó y volvió a su casa en Aguachica”, reveló la autoridad.
Dijo el Gaula, “que mediante seguimiento a través de cámaras de seguridad, testimonios y otros elementos materiales de prueba, los investigadores reconstruyeron la línea de tiempo para dar con el paradero de los autores de este crimen”.
Luego de lograr obtener información importante tras la reconstrucción del caso, se logró la captura de un hombre conocido con el alias de Cucha, quien habría planeado el secuestro del adolescente para entregárselo a miembros del ELN.
“Llama la atención que esta persona aprovechó la circunstancia de ser cercano a la familia, pues llevaba tiempo trabajando con ella sin despertar ningún tipo de sospecha”, reveló la investigación.
Uno de los uniformados que trabajó en el caso indicó que alias Cucha era considerado como un hijastro por los familiares de Picón.
“Al momento de la captura, a alias Cucha le fueron encontradas imágenes con las que pretendía desviar la atención de las autoridades para aparecer de nuevo como amigo de la casa y evitar que la investigación se concentrara en él. No obstante, cuando sintió que no iba a lograr su propósito, compró tiquetes para viajar el próximo 20 de septiembre a España”, señaló el Gaula.
Así mismo fue capturado alias Deiber, quien habría coordinado toda la logística para el secuestro y habría conducido el vehículo en el que se llevaron al joven, como quedó registrado en las cámaras de seguridad.