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“Deberá asumir las consecuencias”: padre de joven señalado de abuso sexual en Perú
El caso, revelado ‘inconscientemente’ por el autor del abuso sexual, despierta gran interés en el país porque además involucra al hijo de un servidor público.
Tras la polémica desatada en Perú por cuenta de un video en el que un joven, identificado como Sebastián Palacín, hijo de un funcionario del Gobierno Nacional, terminó confesando, ‘inconscientemente’ haber sido autor de un caso de abuso sexual, al haberse acostado el fin de semana con una mujer en alto estado de embriaguez, este martes, el padre del señalado, se pronunció a través de las redes sociales para lamentar lo ocurrido, y afirmar que el joven deberá “asumir las consecuencias de sus expresiones”.
El hombre, identificado como Julián Palacín, quien actualmente se desempeña como Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Propiedad Intelectual, Indecopi, manifestó que “como padre, siento el más profundo dolor por todo lo que está aconteciendo”, y advirtió que su hijo deberá poner la cara por el caso denunciado. “como mayor de edad que es”.
La falta de respeto a la dignidad de las mujeres no puede ser motivo de burla bajo ninguna circunstancia. Serán las autoridades correspondientes y mi hijo quienes aclaren este tema con la verdad por delante. (2/2)
— JULIAN PALACIN (@JulianPalacinG) April 26, 2022
En su pronunciamiento, y sentando su posición de rechazo a las expresiones empleadas por su hijo para referirse a las mujeres con las que departió el pasado fin de semana, y quienes, según lo descrito, son víctimas de un caso de abuso sexual, el funcionario advirtió que “la falta de respeto a la dignidad de las mujeres no puede ser motivo de burla bajo ninguna circunstancia”, advirtiendo que el caso de su hijo ahora será competencia de las autoridades, quienes serán las responsables de esclarecer lo que realmente ocurrió. “La verdad por delante”, sentenció el funcionario.
¿En qué consiste el escándalo?
El escándalo que centra la atención y genera una creciente indignación en el Perú surgió el pasado lunes, 25 de abril, cuando, a través de la red social TikTok, y ‘ufanándose’ de su fin de semana, el joven Sebastián Palacín, hijo de referido funcionario peruano, publicó un video llamado “El Rey del trio Marino”.
En este, el joven admitió que el pasado sábado salió de fiesta con un amigo del colegio, quien le afirmó que estaba acompañado de dos jóvenes que se encontraban “in”, en una discoteca del sur de Lima, hasta donde llegaron.
Posteriormente, el joven señaló que se fueron con las chicas, (a quienes se refirió como ‘las fracurris’), que según describió el mismo Palacín, se encontraban en avanzado estado de alicoramiento, e incluso dormidas, escenario en el que sostuvieron relaciones sexuales.
Además del lenguaje explícito con el que Palacín se refirió a las mujeres, el hecho que despertó mayor indignación, es que el hombre, al parecer sin pretenderlo, terminó narrando la ocurrencia de un acto delictivo, pues admitió haber sostenido relaciones sexuales con personas que estaban en estado de inconsciencia, y que no podrían manifestar su deseo o no de sostener encuentro sexuales con él y su amigo.
Ante la viralización del video, y los crecientes señalamientos como responsable de un a caso de abuso sexual, el joven retiró el video, y lo reemplazó por otro, en el que señalaba que el anterior era falso, y que se trataba de un “experimento social”.
No obstante, ya era tarde, se había delatado, y su caso se había popularizado a tal nivel de que, desde el Ministerio de la Mujer y la Población Vulnerable de Perú, se elevaron solicitudes ante las autoridades judiciales para que se investigara y se juzgara el caso.
En ese mismo sentido, las autoridades de Perú llamaron a las víctimas, cuya identidad aún no se conoce, a que denuncien lo ocurrido.
Según expertos, a la luz de la justicia peruana, tras conocerse el caso, y ante la ausencia de víctima que ponga el denuncio, el caso deberá investigarse “de oficio”, y el joven podría estar sometido a una pena de hasta 3 años de cárcel.