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Desborde de optimismo entre los seguidores de Trump en Florida tras los resultados en los que proclamó su victoria
Florida, en el sureste de Estados Unidos, se ha convertido en un refugio para Trump, que ha enfrentado un rosario de problemas legales en su Nueva York natal.
La alegría de los seguidores de Donald Trump es inmensa. El candidato republicano, al que llevan horas esperando en un centro de convenciones de Florida, acaba de reivindicar ante ellos “una victoria nunca vista” en la historia de las presidenciales estadounidenses.
Son cientos de votantes los que acudieron a este lugar de West Palm Beach, muy cerca de la residencia floridana de Trump en Mar-a-Lago, para aclamar al magnate republicano.
Y poco les importa que la victoria republicana aún no sea oficial y que solo el canal conservador Fox News haya declarado a Trump ganador. Una derrota de la vicepresidenta Kamala Harris parece inevitable, dado el número de estados bisagra ganados por su rival.
Cerca del escenario donde el expresidente promete luchar por sus seguidores “hasta el último aliento”, Ted Saranvis, de 68 años, está tan feliz que ha empezado a bailar con los brazos en alto.
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“Me siento genial. Esta es la mayor victoria política estadounidense de la historia”, dice. “Es un momento increíble, no solo para nuestro país, sino para el mundo entero”.
Las pantallas de la sala mostraban a Donald Trump bailando al son de “YMCA”, de los Village People. Y los seguidores del republicano, reunidos este martes en un centro de convenciones de Florida, se reían a carcajadas y se relajaban, cada vez más confiados en una victoria de su candidato a la presidencia de Estados Unidos, que al final ocurrió cuando llegó a la sede de campaña para proclamarse ganador.
“Siento que Trump ya ha ganado las elecciones. Esto ha terminado y creo que el mundo está a punto de ser mucho mejor”, dice uno de los presentes, Moses Abraham, de 22 años.
Como él, cientos de personas se juntaron en este lugar de West Palm Beach, donde el magnate pronunció su primer discurso al celebrar este hecho como un “momento histórico” que supone el comienzo de una “era dorada” para el país, a pesar de que aún no se ha confirmado oficialmente su victoria en los comicios.
El ambiente, tenso durante horas, cambió. Los nervios y la incertidumbre del inicio de la noche dieron paso a un mayor optimismo, a medida que las cadenas de noticias CNN, FOX y MSNBC anunciaban los primeros resultados positivos para el republicano frente a Kamala Harris.
La multitud - donde se mezclaban hombres en traje y corbata, mujeres con vestidos de gala y amantes de los chalecos de cuero - jaleaba las victorias de su candidato en estados como Texas, Florida, Carolina del Norte o Georgia.
“Esto es como en 2016″, dijo Jo Ann Poly Calvo, de unos 50 años, recordando el año de las primeras presidenciales ganadas por Trump. “Siento que seguimos el mismo camino hacia la victoria. Estoy optimista sobre esta noche”.
Así recibieron al candidato republicano Donald Trump en su sede de campaña en West Palm Beach (Florida), en donde fue recibido con aplausos y gritos de "USA", tras declarar su victoria en las elecciones presidenciales. https://t.co/if1kX8q65f pic.twitter.com/7cI7yxAAtd
— Revista Semana (@RevistaSemana) November 6, 2024
‘Cierta confianza’
Florida, en el sureste de Estados Unidos, se ha convertido en un refugio para Trump, que ha enfrentado un rosario de problemas legales en su Nueva York natal.
El multimillonario tiene en ese estado su lujosa residencia de Mar-a-Lago, situada a apenas unos tres kilómetros de la sala de convenciones donde lo esperan seguidores como Rocco Talarico.
“Donald Trump va a ganar”, señaló este hombre de 68 años, que vestía un chaleco de cuero con las palabras “Born to Ride” (Nacido para Rodar) y “Donald Trump” bordadas en la espalda.
“Necesitamos eso porque nuestro país ahora mismo no tiene fronteras, el crimen es alto, la bolsa está mal, los precios de la gasolina y los alimentos son altos. Kamala (Harris) no hizo nada durante cuatro años”, añadió.
Mike McCormack, de 50 años, se muestra aún más crítico con la vicepresidenta demócrata. “No creo que Donald Trump pueda ser demasiado influenciado desde fuera, y creo firmemente que Harris está en realidad bajo control y manipulada. No tengo fe en ella”, asegura.
Con los ojos fijos en una de las pantallas que retransmiten los resultados, Dolly T. Rump, de 63 años, fue de las pocas que aún no se dejaban llevar por el triunfalismo ambiental.
“Ahora mismo soy muy cautelosa. Creo que (Trump) se va a imponer, pero espero lo mejor y me preparo para lo peor, porque está demasiado ajustado”, dice.
“En las últimas elecciones, nos fuimos a la cama pensando que Trump iba por delante, y cuando nos despertamos había perdido”, recpordó. “Así que soy un poco comedida con mis emociones, y no me muestro demasiado entusiasta ni emocionada por lo que vaya a pasar”.
*Con información de AFP