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Descubren restos de una crucifixión romana de casi 2.000 años de antigüedad

Aseguran que los restos tenían signos de mala salud.

17 de diciembre de 2021
Hallazgo indígena
Imagen de referencia, no corresponde al caso en mención. | Foto: Getty Images

Investigadores de Reino Unido consideran haber hallado la que sería la crucifixión mejor conservada que pertenecería a la era romana. Se trata del esqueleto de un hombre que vivió hace aproximadamente 1.900 años y tenía un clavo de hierro de cinco centímetros en el talón; fue encontrado en una antigua planta embotelladora de leche en el pueblo de Fenstanton, Inglaterra.

De acuerdo con los investigadores, el esqueleto fue hallado en una zona donde había cinco pequeños cementerios romanos que contenían los restos de 40 adultos y cinco niños que serían del siglo IV d. C. y su contenido se terminó de analizar por completo recientemente.

Aseguran que la mayoría de esqueletos tenían signos de mala salud, como enfermedades dentales, malaria y lesiones físicas, como fracturas.

Los científicos sugirieron que un hombre, rotulado por los arqueólogos como esqueleto 4926, tenía entre 25 y 35 años, y alrededor de 1,70 m de altura; además, según técnicas de datación por radiocarbono, este murió entre los años 130 y el 360 después de Cristo.

En la tumba del esqueleto 4926 los científicos encontraron doce clavos de hierro que rodeaban el cuerpo, el cual estaba junto a una estructura de madera que se cree que es un “féretro”.

Así mismo, los investigadores indicaron que el esqueleto 4926 presentaba signos de trauma antes de la muerte, tenía evidencia de infección o inflamación en sus piernas y un clavo que penetraba en el talón. También presentaba adelgazamiento de las espinillas, lo que les indicaría que fue atado o encadenado.

“Las prácticas funerarias son muchas y variadas en el período romano y ocasionalmente se ven evidencias de mutilación ante mortem o post mortem, pero nunca crucifixión”, dijo Kasia Gdaniec del Equipo de Medioambiente Histórico del Concejo.

En las tumbas también encontraron artefactos como broches esmaltados, gran cantidad de monedas, cerámica decorada y cantidades significativas de huesos de animales.

Dicha excavación fue dirigida por David Ingham de Albion Archaeology y los primeros detalles de estos hallazgos fueron publicados en la revista British Archaeology.

Entre tanto, consejo del condado de Cambridgeshire indicó que actualmente están trabajando para organizar una muestra de museo para exhibir los restos.

Encuentran tesoro de la época del rey Salomón

Otro grupo de arqueólogos halló en días pasados, en la ciudad de David, la zona más antigua de Jerusalén, dientes fosilizados de tiburones antiguos, contemporáneos de los dinosaurios. Aseguran que estas piezas podrían ser una de las colecciones más antiguas del mundo.

En el lugar del hallazgo, el cual es considerado un tesoro, los arqueólogos también descubrieron supuestos fragmentos de edificios de la época de Salomón, el heredero del rey David. Entre los elementos se encontraba una estructura rectangular que medía 15 metros de largo y diez metros de ancho.

Los investigadores, que empezaron con las excavaciones a gran escala en la zona hacia el año 2000, también descubrieron cerámica, huesos de pescado, otros restos de comida y dientes de tiburón en sus cimientos.

Para tener claro el período de los hallazgos, los arqueólogos enviaron las piezas a un laboratorio para su estudio, y la composición de isótopos de estroncio estableció que la edad de los dientes del tiburón es de 80 millones de años.

Esto confirmó que los 29 dientes de tiburón encontrados en la Ciudad de David eran fósiles del Cretácico Superior, contemporáneos de los dinosaurios. Más que eso, no simplemente fueron erosionados del lecho de roca debajo del sitio, sino que probablemente fueron transportados desde lejos, posiblemente desde el (desierto) Néguev, al menos a 80 kilómetros de distancia, donde se encuentran fósiles similares”, dijo el investigador principal del estudio, Thomas Tuetken.

Además de los dientes de tiburón, los investigadores encontraron varios sellos y otros artefactos de los siglos X y IX antes de Cristo. Por lo tanto, consideraron que dichos hallazgos formaron parte de un tesoro, que accidental o deliberadamente terminó en el edificio junto con la basura.