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Devastador ciclón en África ha cobrado la vida de 700 personas

En Mozambique, país más afectado por el fenómeno, son más de 400 los fallecidos. Autoridades trabajan para disminuir los riesgos de una posible epidemia de cólera, a causa del represamiento de agua.

24 de marzo de 2019
Zimbabwe y Malaui también padecen las consecuencias del ciclón Idai, con 2 millones de damnificados. | Foto: Yasuyoshi Chiba/ AFP

El ciclón tropical Idai tocó suelo africano el pasado 14 de marzo. Mozambique fue el primer país en recibir la furia de este fenómeno climático que vino acompañado de vientos de 170 kilómetros por hora. Desde ese día, los caudales hidrográficos de la nación se desbordaron y hasta la fecha, 100.000 personas han tenido que abandonar sus casas y trasladarse a los albergues para evitar ser arrastrados por la fuerza del agua.

Quienes no corrieron con la suerte de salir a tiempo, se suman a la lista de más de 200 desaparecidos y 446 muertos reportados por el ministro del Ambiente de Mozambique Celso Correia, en la mañana de este domingo. "Ayer, sábado, teníamos 417 muertos y hoy 446, porque hemos recibido informaciones de zonas que hasta ahora estaban aisladas", dijo Correia.

Foto: Gökhan Balci /Anadolu.

Beira, la segunda ciudad más grande de Mozambique, quedó afectada en un 90% y de acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) esta emergencia sería comparable con Siria o Yemen, donde la magnitud de la crisis humanitaria permite ubicarlas en la categoría tres.

Aunque el agua ha descendido, las imágenes difundidas por  la Agencia Espacial Europea (ESA) dejan ver el alcance de las inundaciones. El satélite Copernicus Sentinel-1 captó esta fotografía el 13 de marzo donde el color rojo representa el terreno que quedó empantanado tras el ciclón.

Más allá del dolor y la angustia que enluta a Mozambique, el gobierno del presidente Felipe Nyusi se centra en contender la inevitable epidemia de cólera y paludismo que podría afectar a los sobrevivientes. La falta de salubridad en los refugios y el poco acceso a agua potable que hay en el país - a causa de su pobreza- incrementan el riesgo de que las enfermedades maten a más habitantes en los próximos días.

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"Yo no sé dónde está mi marido", dijo en Beira, Céleste Dambo, quien fue rescatada por un barco de pesca en Buzi, uno de los distritos más afectados. Esta mujer está durmiendo en el suelo, con sus tres hijos, en el gimnasio de la escuela Samora Machel, donde la comida solo les llega por días.

Foto: Yasuyoshi Chiba /AFP

Según la Cruz Roja, los primeros casos de cólera ya aparecieron, sin embargo Naciones Unidas afirma que no registra casos por el momento. De igual forma, los organismos que están al frente de la emergencia creen estar preparados para enfrentar lo que se viene. "Habrá enfermedades trasmisibles por el agua", advirtió de su lado Sebastian Rhodes-Stampa de OCHA. "Pero si (...) ya tenemos centros instalados, seremos capaces de gestionar la situación", agregó.

Zimbabwe y Malaui también padecen las consecuencias del ciclón Idai, por lo que 2 millones de personas harían parte de la cifra total de damnificados en toda África oriental; muchos de ellos en calidad de desplazados. Juntando los reportes de cada país, la cifra de muertos en la región llega a 700. Zimbabwe reportó que la inundación y los deslizamientos de tierra cobraron la vida de 259 personas, mientras que en Malaui se calcula que hay un centenar de muertos.

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La luz de las velas sirvió para que en la catedral Ponta Gea (Beira), que milagrosamente salió ilesa de la tormenta, se celebrara una misa en homenaje a las víctimas ya que el servicio de energía eléctrico se restablece lentamente en la capital.

"Las personas no saben qué hacer porque perdieron sus casas, no saben dónde dormir (...) pero los mozambiqueños no se van a dejar caer", dijo el padre Pedro a un corresponsal de AFP.

"No podemos estar en duelo. Tenemos que continuar. Tratamos de reconstruir nuestra ciudad", declaró un fiel, Wilfried Deliviai, de 19 años.

Llegan las ayudas

El presidente de Mozambique, Felipe Nyusi, explicó, en días pasados, que la ayuda internacional ha sido fundamental para levantar de nuevo a su pueblo. Unicef pidió US$30 millones para socorrer a los 900.000 niños que están en peligro; cantidad de dinero que alcanzaría para cubrir los gastos de la primera fase de respuesta ante el desastre.

Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef, solicitó el apoyo de donantes de la comunidad internacional diciendo: “Estamos en una carrera contrarreloj para ayudar y proteger a los niños y niñas de las zonas de Mozambique devastadas por el desastre".

Fore explicó que todavía hay aldeas enteras sumergidas, así como escuelas y centros de atención sanitaria destruidos. Según las primeras evaluaciones en Beira, más de 2.600 aulas escolares se fueron abajo y  39 centros de salud funcionan a media máquina por los daños estructurales que tienen.

Por su parte, la Cruz Roja Internacional trabaja en crear un portal web donde se pueda registrar el nombre de las personas desaparecidas para ayudar a las familias a reencontrarse con sus seres queridos y ha puesto a disposición un grupo de personas para coordinar la entrega de víveres.

*Con información de AFP y Anadolu