Diálogos entre el ELN y el Gobierno de Colombia, ¿Cuba sale ganando en el terreno internacional?

La capital venezolana se convirtió esta semana en escenario para la reanudación de negociaciones entre la guerrilla del ELN y el Gobierno colombiano. El objetivo es intentar poner fin a décadas de conflicto y llegar a la ‘paz total’, lema bandera de la administración actual. Cuba es uno de los países que figuran como garantes en este proceso de paz y que, en la misma línea, se ha ubicado también en el radar. En un contexto en el que la isla busca reforzar los vínculos internacionalmente, su presencia y lo que esperaría obtener no pasa desapercibido, al tener en cuenta puntos como los 60 años que lleva de bloqueo económico.

El presidente de la nación caribeña, Miguel Díaz-Canel, expresó a comienzos de semana su disposición para que el conflicto entre el grupo insurgente y el gobierno de Petro derive en buenos términos. También dijo que su país observaba con “esperanza” el proceso y que era una oportunidad para que Colombia alcanzara la paz que estaba buscando.

El “interés” de Cuba

“Cuba participa en la reinstalación de la Mesa de Conversaciones entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional, en su condición de garante, a partir de las solicitudes oficiales recibidas del Gobierno de Colombia y del ELN”, recalcó el jefe de Estado el mismo día en el que se instaló la mesa en Caracas.

Hace dos años la administración del estadounidense de Donald Trump incluyó a Cuba en la lista de naciones que patrocinan el terrorismo. El anuncio (hecho por el entonces secretario de Estado, Mike Pompeo), supuso un nuevo quiebre en la percepción y relaciones. En 2015, la ‘era Obama’ retiró a la isla del registro “negro”, pero la medida fue revertida por su sucesor.

“El volver a aparecer Cuba como uno de los países garantes en las negociaciones (...)” establece “tres líneas generales de su interés: en primer lugar (...), el promover que Cuba salga de esta lista; en segundo lugar,” mostrarse “como un país que promueve la paz y que siempre ha estado interesado en que se acabe con el conflicto armado histórico”, explica a SEMANA Sergio Ángel, profesor asociado de la Universidad Sergio Arboleda e investigador principal del programa Cuba.

Otro aspecto que destaca el analista es la búsqueda por encontrar abiertamente un “cambio en el imaginario sobre la violación de derechos que se viene desarrollando en Cuba, sobre todo con la persecución a presos políticos”, agrega. Para él, el objetivo es alcanzar una transformación en la imagen que se tiene sobre ese país, la vulneración de derechos hacia “sus propios ciudadanos y que ha promovido el terrorismo”.

Para Ángel, un alivio (de parte de Washington) de las sanciones puede estar entre los efectos indirectos a los que lleven los diálogos con el ELN. En consecuencia, un eventual levantamiento de las restricciones podría derivar en un “mejoramiento de las condiciones en el interior de la isla”, concluye.

¿Llegó la hora del cambio?

Venezuela y Noruega, otras de las naciones que participan como garantes en este proceso, ven con esperanza su reanudación (tras más de cuatro años de pausa). En 2017 la mesa de diálogos había tenido un primer intento bajo el gobierno de Juan Manuel Santos, esta se pasó a la Habana y fue “congelada” un año después por el expresidente Iván Duque.

El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, celebró que el vecino país se hubiese designado como sede y mencionó que el intento por cesar las hostilidades era “un mensaje de esperanza de una América latina y un Caribe convertido en un territorio de paz”.

Su pronunciamiento llegó durante un encuentro con estudiantes de distintas partes de la región, bajo la consigna de una ideología ‘bolivariana’. El representante del oficialismo reiteró que en este momento se está gestando un escenario esperado desde Colombia y otras partes de la región.