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Diarios de la UCI: una forma de humanizar los cuidados intensivos

En un fundación hospitalaria de Chile, los pacientes con covid-19, al despertar, conocen el tratamiento recibido por una narración en cuadernillos de lo sucedido.

30 de junio de 2020
"Los diarios son ubicados en las habitaciones de los pacientes y en la medida en la que van despertando, se los van entregando". | Foto: Archivo Particular

En la batalla contra el coronavirus, el personal médico está dejando todo de sí para salvar la mayor cantidad de vidas. Algunos pacientes luchan durante días y se aferran a los ventiladores mecánicos, elementos esenciales de las unidades de cuidados intensivos (UCI); otros, a pesar de los esfuerzos, pierden la vida.

Precisamente, esos hechos que se desarrollan mientras los pacientes están sedados son narrados por el personal de la Fundación Arturo López Pérez (FALP) de Santiago de Chile, un centro oncológico que adecuó salas para recibir a pacientes con complicaciones respiratorios que necesitan de los ventiladores para sobrevivir. 

En cuadernillos, denominados "Diarios de la UCI", el personal de la fundación retrata el proceso al que son sometidos los pacientes, con el fin de entregarles un testimonio de lo que vivieron a ellos y a sus familiares. 

“Estos pacientes llegan muy solos. A veces pasan dos días hasta que sus familiares pueden llamar y saber que están aquí. Así que pensamos en cómo podemos acercarlos y que estas personas sientan que fueron cuidadas durante su tiempo aquí”, cuenta al respecto Irene Fuentes, jefe de Servicio de Unidad de pacientes críticos de la FALP, quien decidió materializar la idea. 

Según Fuentes, la diferencia entre la covid-19 y otras enfermedades radica en la posibilidad de visitas, pues estas están estrictamente prohibidas para los pacientes con el nuevo virus. Esto genera que estén mucho más aislados de sus seres queridos, en comparación con otro tipo de condiciones. “Cuando los pacientes salen de cuidados intensivos, presentan un síndrome posUCI, que es el estrés de no saber qué pasó durante todo ese periodo”, explica.

“Creamos un correo en el que las familias envían mensajes y fotos. Nosotros los vamos recortando, se los leemos y los pegamos en los diarios y el personal de salud va escribiendo también”, agrega Fuentes. 

Los diarios son ubicados en las habitaciones de los pacientes y, en la medida en la que van despertando, se los van entregando. En el caso de que el paciente fallezca, el cuadernillo es entregado a su familia.

*Con información de Anadolu