VENEZUELA

Diosdado Cabello: una fiera al acecho

Sería cuestión de tiempo para que el jefe de la Asamblea Nacional trate de llegar al poder. Texto de Fanny Kertzman y Alek Boyd.

Fanny Kertzman y Alek Boyd
21 de mayo de 2013
Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional venezolana | Foto: EFE

Cuango Hugo Chávez enfrentó la inminencia de su muerte, analizó cuidadosamente con los hermanos Fidel y Raul Castro quién sería su sucesor. Se inclinaron por Nicolás Maduro, un gigantón leal, semianalfabeta, no muy inteligente y que a todo dice sí. Él era el camino para continuar entregándole la soberanía de Venezuela a Cuba. Pero pusieron todos los huevos en una misma canasta y se equivocaron: Maduro, un civil, no tiene ninguna ascensión sobre la tropa, la que si tiene Diosdado Cabello, hoy presidente de la Asamblea Nacional y quien se perfila como su mas claro contendor.

Con la desaparición de Chávez, que actuaba como muro de contención, es solo cuestión de tiempo que Cabello orqueste alguna clase de golpe para librarse de la influencia cubana. Cabello nunca compartió la actitud servil de Hugo Chávez hacia Fidel Castro. Muy rara vez viajó a Cuba y resiente el hecho recibir órdenes de ese país.

La verdad es que Diosdado Cabello es quien tiene las llaves del futuro de Venezuela. No es santo de la devoción de los Castro y su nombre despierta temor. Cabello se graduó de la Academia Militar en 1987. Fue el segundo de su clase -la Tomás Montilla Padrón de 1987- entre 216 oficiales. Muchos de sus compañeros participaron en el golpe de Hugo Chávez en 1992, y fueron premiados por Chávez cuando alcanzaron el poder. Se convirtieron en un grupo especial.

Cabello es una de las figuras fijas del chavismo, tal y como lo son Jesse Chacón, Alejandro Andrade y José Vielma Mora, para nombrar a unos pocos. Cabello y sus seguidores han alcanzado posiciones claves dentro del chavismo, lo que lo ha convertido en un hombre excepcionalmente rico. Domina el Seniat, el servicio de impuestos y aduana, a través del Jose Vielma Mora inicialmente, luego directamente a través de su hermano Jose David Cabello.

También se hizo con el Banco de Desarrollo del Estado, Bades, a través de Alejandro Andrade, donde se presentó recientemente un escándalo de corrupción: una alta funcionaria, María de los Ángeles Gónzalez, fue acusada de robar millones de dólares en maniobras fraudulentas, junto con dos corredores de bolsa.

Cabello tenía tambien el control de Cadivi, el sistema de asignación de divisas, a través de Manuel Barroso, su asistente desde 2001. Barroso fue destituído por Maduro y reemplazado por Eudomar Tovar, lo que no debe tenerlo muy contento.

Diosdado también controla el Ministerio de Comunicaciones y Conatel -el ente regulador de las telecomunicaciones- a través de un viejo amigo, Jesse Chacón. Maneja el Ministerio de Infraestructura y Ministerio del Interior, los cuales tambien dirigió, y el Ministerio de Sanidad e IVSS (Instituto Venezolano de los Seguros Sociales) que está en manos de otra ficha de él, Carlos Rotondaro.

Fuera de sus dominios tiene el control de los destacamentos mas importantes de las fuerzas armadas. El 5 de julio de 2012 Chávez ascendió al rango de brigadier general a 42 oficiales, con mando sobre la tropa. De estos 42, 36 pertenecen a la clase de Diosdado del 87. Los militares de esa generación son 97 que están todavía activos, pero solo 36 fueron promovidos. Eso significa que hay 61 coroneles, compañeros de Cabello, que no han sido ascendidos. Esto ha resultado en un descontento en la tropa, que Cabello está manejando a su favor.

En el chavismo ya no manda nadie. Facciones, con mayor o menor poder, pugnan entre si. Diosdado Cabello es, sin lugar a dudas, el mejor posicionado para tomar el poder cuando así lo desee. Encabeza el ala militar, pero no sólo cuenta con poderío castrense: a través de compañeros de promoción y testaferros cuenta también con un músculo financiero extraordinario. Se ha dicho por ejemplo que Ricardo Fernandez Barrueco (con una fortuna de 1.600 millones de dólares) es uno de sus principales testaferros. Pedro Torres Ciliberto habría colaborado en compras fraudulentas de bancos y aseguradoras para beneficiar a Cabello. Este personaje hoy huye del país.

Así las cosas, se devela que el castro-chavismo teme a Diosdado Cabello. Temen sus relaciones y su control de varias instituciones claves en Venezuela.

Mientras el Seniat puede y es usado como un ente cuya fiscalización selectiva dificulta el normal ejercicio de actividades económicas a empresas en Venezuela y Cadivi es el filtro de divisas de uso obligatorio, es la ascendencia de Cabello en el mundo militar lo más importante. Si algo podemos concluir de la historia contemporánea de Venezuela, es que las fuerzas armadas tienen siempre la ultima palabra cuando de golpes de estado se trata. Allí reside el verdadero poder de Cabello.

Sus compañeros de promoción ya tienen comando directo de tropas, y aún faltan más por ascender. Por mucho que se hable de la injerencia cubana y de la infiltración del G2 en Venezuela, poco podrán hacer los dictadores Castro cuando Cabello se decida a dar un golpe de estado. Es solo una cuestión de tiempo.

Luego están los negociados del llamado narco-generalato (Hugo Carvajal, Henry Rangel Silva, Clíver Alcalá Ordones, etc.) con las FARC. Se comenta que Nicolas Maduro habría tenido un papel preponderante en las negociaciones que adelanta el gobierno del presidente Santos con las FARC, pero no es menos cierto que la parte operativa, es decir la exportación de droga desde Venezuela -que no pocos dividendos deja a la guerrilla- está controlada por militares que seguramente se decantarán por Cabello.