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Disturbios opacan las protestas contra la reforma pensional en Francia
El plan de gobierno actual busca aumentar de 62 a 64 años la edad oficial de jubilación, ampliar los años de cotización y eliminar los regímenes específicos que existen para algunos sectores.
De acuerdo con el gobierno de Francia, cerca de 1,28 millones de personas participaron en la mayor protesta contra una reforma social en treinta años.
Por séptima vez en menos de dos meses, París y otras ciudades de Francia se han convertido en el escenario de marchas contra la reforma de las pensiones del gobierno, el cual se ha empeñado en sacar adelante en el Senado un texto que argumenta “respaldar la mayoría de la población”.
Actualmente, el plan de gobierno se encuentra en plena fase de tramitación parlamentaria, el cual tiene como objetivo principal aumentar de 62 a 64 años la edad oficial de jubilación, ampliar los años de cotización necesarios para recibir la pensión máxima y eliminar los regímenes específicos que existen a la fecha para algunos sectores.
Dado el carácter intersindical de las protestas, la Policía anticipa un menor seguimiento a estas movilizaciones, en comparación con fechas anteriores por no tratarse de día laboral; sin embargo, se cree que algunos sectores, principalmente el transporte, se verá afectado.
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Las autoridades confirmaron movilizaciones en Marsella, Orleans, Montpellier, Lille y Burdeos. Las entidades de control esperan que las próximas movilizaciones finalicen cerca las 21:00 horas, tiempo central de Europa, en la Plaza de la República.
Es importante recordar que, el mes pasado, el portavoz del ejecutivo galo, Oliver Véran, aseguró que algunas encuestas de opinión evidencian que “la gran mayoría de los franceses considera que es necesaria una reforma” y estimaba que “una parte de los franceses sigue movilizada porque no quiere (...) trabajar poco a poco más tiempo”.
Conviene subrayar que las reiteradas manifestaciones en contra de la reforma pensional avalada por el presidente Emmanuel Macron son una de tantas muestras de repudio frente al manejo que el mandatario le está dando al tema con las leyes de los ciudadanos franceses, quienes siguen impugnando porque respeten el rango de edad máxima de jubilación establecido.
Déficit en la caja de pensiones, la amenaza inminente en Francia
El presidente Emmanuel Macron se juega parte de su crédito político, luego de que la crisis sanitaria ocasionada por la covid-19 le obligara a abandonar la reforma anterior durante su primer mandato, el cual había sido marcado por la protesta social de los “chalecos amarillos”.
Encuestas realizadas a la población francesa, destacaron que “dos de cada tres franceses, se oponen a su proyecto de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42, como ahora) para cobrar una pensión completa”.
A la fecha, el Gobierno no ha logrado convencer a la población sobre la necesidad de reformar para evitar un futuro déficit en la caja de las pensiones y ahora busca desacreditar la contestación. La primera ministra, Élisabeth Borne, calificó el pasado lunes de “irresponsable” la nueva estrategia sindical.
Las jornadas de huelgas nacionales han ocasionado caos en el transporte y los colegios
Aunque la participación en las huelgas de este martes fue menor a la registrada el pasado 19 de febrero, el transporte y numerosas escuelas tuvieron que mantenerse cerradas.
Solo un tercio de los trenes de alta velocidad, circularon el pasado martes, al tiempo que se suspendió dos tercios de las líneas de transporte en el área metropolitana, además del 90$ de los trenes de cercanías.
Autoridades competentes del aeropuerto de Orly informaron que el 20% de sus vuelos, tanto de salida como de llegada, tuvieron que ser cancelados. Al mismo tiempo, la aerolínea Air France eliminó el 10% de sus trayectos cortos, sin embargo, mantuvo los destinos internacionales.
A las afueras de la escuela Turgot del centro de París, varios jóvenes portaron pancartas con mensajes como “apoyo a los trabajadores” o “somos jóvenes enojados”.
Finalmente, una parte importante de las refinerías de petróleo y las emisoras públicas vieron sus servicios interrumpidos.