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El papa pide no excomulgar a los divorciados que se vuelven a casar

El sumo pontífice afirmó este miércoles que las personas que han establecido una nueva convivencia tras su ruptura matrimonial siguen "formando parte de la Iglesia".

5 de agosto de 2015
| Foto: Archivo Semana

Los divorciados que se vuelven a casar "siguen formando parte de la Iglesia" y no deben ser tratados como excomulgados, dijo este miércoles el papa Francisco en vísperas del sínodo de octubre dedicado a la familia.

"Es necesario una fraterna y atenta acogida, en el amor y en la verdad, hacia estas personas que en efecto no están excomulgadas, como algunos piensan: ellas forman parte siempre de la Iglesia", afirmó Francisco, provocando aplausos entre la audiencia celebrada en la sala Pablo VI.

En su tradicional audiencia general de los miércoles, el papa argentino afirmó que ha crecido la conciencia dentro de la Iglesia de que hay que acoger de manera fraterna y atenta a los bautizados que hayan formado una nueva relación tras un fracaso "sacramental".

"Si se mira la nueva unión desde [el punto de vista de] los hijos pequeños, vemos la urgencia de una acogida real hacia las personas que viven tal situación", defendió el papa.

"¿Cómo podríamos aconsejar a estos padres hacer de todo para educar a los hijos a la vida cristiana, dando ellos el ejemplo de una fe convencida y practicada, si los tenemos alejados de la vida de la comunidad como si fueran excomulgados?", se preguntó.

Francisco recordó que la Iglesia tiene el deber de discernir situaciones distintas " por ejemplo entre quienes han sufrido una separación  y quienes la han provocado".

Según la Iglesia, un matrimonio religioso no puede ser disuelto, por lo que el derecho canónico considera que las personas que se separan y se vuelven a casar por el rito civil están siendo infieles a su primer cónyuge, por lo que están excluidas de los sacramentos, entre ellos la comunión.

La excomunión es una sanción más fuerte, ya que en la práctica implica la exclusión total de la Iglesia.

Varias voces dentro de la Iglesia están reclamando que los divorciados puedan comulgar sin condiciones, una idea a la cual se oponen los defensores de la aplicación estricta del dogma.

La cuestión fue objeto de encendidos debates durante el sínodo de la familia de 2014, y debería volver a estar en el centro de las discusiones en la segunda reunión de este tipo que se celebrará en octubre.