La pesadilla de México con Trump

Donald Trump comenzó su campaña llamando a los mexicanos “violadores”. Dijo una y otra vez que iba a deportar a 11 millones de indocumentados, de los cuales la mitad son originarios del país azteca. Advirtió que revisaría el Tratado de Libre Comercio. Prometió construir un muro para separar a los dos países. Y, para echarle sal en la herida, insistió en que los mexicanos lo pagarían. Aunque nadie sabe con exactitud qué tan cerca está el magnate de cumplir sus promesas, el resultado de las elecciones del 8 de noviembre tuvo en la nación centroamericana el efecto de un movimiento telúrico. El peso se devaluó, la bolsa se descolgó y todo el país se angustió por la suerte de los millones de compatriotas que viven del otro lado de la frontera, que desde ya están sufriendo los efectos del racismo desencadenado por Trump en su contra. Estos envían al año cerca de 25.000 millones de dólares en remesas, de donde Trump tiene planeado sacar la plata para construir el muro. La noticia, además, llega cuando la popularidad del presidente, Enrique Peña Nieto, atraviesa su peor momento. Este tendrá la tarea de defender la dignidad de su país y también la seguridad de sus ciudadanos. Pero además, tendrá que hacer malabares diplomáticos para minimizar el impacto económico y social. Pues lo cierto es que México no se puede permitir una ruptura con el principal destino de sus exportaciones.