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Contra su voluntad, Trump aprueba sanciones contra Rusia

Las sanciones buscan castigar a Moscú por interferir en las comicios de 2016, que el magnate ganó, así como por la anexión de Crimea.

2 de agosto de 2017
Trump estampó su firma a puertas cerradas tras el fracaso de sus intentos de que el texto no prosperara. | Foto: AFP / Presidencia de Rusia

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, promulgó este miércoles, aunque con abiertas reservas, la ley que impone nuevas sanciones económicas a Rusia, un hecho que provocó tensión entre ambas potencias en los últimos días.

Las sanciones, que también incluyen a Irán por terrorismo y a Corea del Norte por sus ensayos nucleares, buscan castigar a Moscú por inmiscuirse en los comicios de 2016, que Trump ganó, así como por la anexión de Crimea por parte de Rusia.

Trump, que estampó su firma a puertas cerradas tras el fracaso de sus intentos de que el texto no prosperara y descongelar así las relaciones con el Kremlin, dejó clara su reticencia en una airada nota en la que mencionó visos inconstitucionales.

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"La ley sigue siendo gravemente imperfecta, sobre todo porque limita la capacidad del poder ejecutivo para negociar", afirmó en la declaración.

Según Trump, la ley no sólo restringe la flexibilidad del Ejecutivo para hacer "buenos negocios para el pueblo estadounidense", sino que también propicia un mayor acercamiento entre China, Rusia y Corea del Norte, perjudicando los intereses de Occidente.

El texto también prevé un mecanismo sin precedentes que desagrada a la Casa Blanca: los legisladores pueden arrogarse el derecho de intervenir si en algún momento Trump decide suspender sanciones existentes contra Rusia.

Trump dijo que firmaba la ley "a pesar de sus problemas" y "en aras de la unidad nacional", confiando en que haya "cooperación" entre ambos países "en los principales asuntos mundiales para que estas sanciones ya no sean necesarias".

Las sanciones, que alcanzan sobre todo al sector energético ruso, fueron denunciadas por Moscú pero también criticadas por la Unión Europea, que teme que sean una amenaza para su abastecimiento de energía.

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Preguntada sobre si el presidente estadounidense habló con su par ruso Vladimir Putin antes de firmar la ley, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, se limitó a responder "No", y enfatizó que al sellar la norma, Trump dio "una señal clara" de que Estados Unidos no permitirá que Rusia interfiera en sus procesos democráticos. 

"No cambia nada" 

El Kremlin anunció este miércoles que la firma por parte de Trump de la nueva batería de sanciones contra Rusia "no cambia nada" las represalias tomadas por Moscú, que ya aplicó una drástica reducción del personal de las legaciones estadounidense en suelo ruso, tanto diplomático como técnico.

"De hecho, eso no cambia nada", declaró en Moscú el portavoz oficial, Dmitri Peskov.

El domingo Putin anunció que 755 diplomáticos estadounidenses deberían abandonar el territorio ruso antes del 1 de septiembre. Con esa medida, los dos países tendrán el mismo número de diplomáticos en sus respectivas legaciones, 455 personas.

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Las relaciones entre los dos países, ya empañadas por los conflictos en el este de Ucrania y Siria, están viciadas desde hace meses por las acusaciones de injerencia rusa durante los últimos comicios en Estados Unidos, que un fiscal especial estadounidense está investigando.

Desde que asumió en enero, el gobierno de Trump es acosado por denuncias de complicidad de su comité de campaña con Rusia en la carrera presidencial del año pasado para derrotar a la aspirante del partido Demócrata, Hillary Clinton. Trump ha negado enfáticamente esas afirmaciones.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson, advirtió el martes que las relaciones entre los dos países pueden empeorar. 

La ley promulgada por Trump fue votada la semana pasada por la casi totalidad de las dos cámaras del Congreso estadounidense, donde muchos legisladores ven en Moscú un adversario más que un socio. 

Trump, que desde su elección busca mejorar las relaciones con Rusia, debía decidir si la apoyaba a regañadientes, o la vetaba con un alto costo político.

El mandatario recibió el texto el viernes pero recién lo firmó el miércoles, generando especulaciones de un posible veto, que no aplicó para evitarse la humillación de que el Congreso lo levantara.