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Donald Trump: así vivió el expresidente la noche de su derrota más amarga
No es un secreto que para el exmandatario la derrota fue un golpe duro que aún no asimila, pues por el momento no se sabe si saldrá de la Casa Blanca de manera pacífica.
Tras las elecciones más reñidas en la historia reciente de Estados Unidos, el candidato demócrata Joe Biden se llevó el triunfó. Las largas horas de conteo de votos aumentaron la tensión en un ambiente de por sí polarizado, en el que Trump insinuó que no pretende aceptar el resultado, pero la realidad es que perdió la Casa Blanca.
Durante el conteo final de los votos norteamericanos, el empresario decidió dejar la Casa Blanca para visitar su club de golf National Golf Club en Sterling, en Virginia. Según la prensa internacional, el expresidente decidió recibir allí la información sobre las elecciones y su buscada reelección.
Sin embargo, este domingo 8 de noviembre, Trump decidió dirigirse de nuevo a su campo de golf en Sterling, cerca de Washington, tras el anuncio de su derrota ante Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Aficionado al golf, el presidente republicano ya estaba en los greens cuando los medios estadounidenses proyectaron el sábado que ya no podría alcanzar al demócrata Joe Biden, quien se convirtió en el presidente electo de Estados Unidos tras los comicios del 3 de noviembre.
Donald Trump no reconoce su derrota y dice, sin pruebas que lo respalden, que la elección está marcada por irregularidades.
En el viaje desde la Casa Blanca a Sterling, Trump pudo ver a los estadounidenses agitar carteles hostiles mientras pasaba su caravana. Y el día anterior, multitudes alegres habían tomado las calles de las principales ciudades estadounidenses para celebrar su derrota.
Joe Biden, por su parte, acudió a la iglesia el domingo por la mañana en su pueblo de Wilmington, en Delaware. Católico practicante, asiste regularmente a misa.
Trump: primer presidente que pierde la reelección
Como presidente de Estados Unidos, Donald Trump podrá ser recordado por varios motivos, y uno de ellos será el que se haya convertido en el primer ocupante de ese cargo en perder la reelección en el siglo XXI (o en los últimos 28 años).
De hecho, el triunfo electoral del candidato demócrata Joe Biden coloca a Trump en una corta lista de apenas una decena de mandatarios de EE. UU. que a lo largo de la historia buscaron ser reelegidos y fracasaron.
Ningún otro inquilino de la Casa Blanca había fallado en su intento de obtener un segundo mandato presidencial desde la derrota del también republicano George H. W. Bush frente Bill Clinton en 1992.
La situación actual de Trump contrasta no solo con su sorprendente triunfo electoral en 2016, sino con las perspectivas que tenía a comienzos de año, pues en busca de una reelección Trump cometió varias imprudencias y afirmaciones que disminuyeron su credibilidad; de hecho, varios de estos improperios generaron que los ciudadanos se decidieran por Biden.
Aunque la salida de la Casa Blanca no estaba prevista por el empresario, la derrota no le ha caído nada bien, pues cuando los números le daban el triunfo a Biden, Trump continuaba asegurando que las elecciones habían sido “robadas” y que él había ganado las votaciones por un gran porcentaje.
A través de su cuenta de Twitter, el aún mandatario de Estados Unidos aseguró que el pasado 3 de noviembre hubo “cientos de miles de votos ilegales” que no fueron observados por las instituciones encargadas de controlar el escrutinio por estados.
Trump, quien siguió cuestionando sin pruebas “la integridad de todo el proceso electoral” en su país, publicó una serie de trinos en los que asegura que el martes, 3 de noviembre, se recibieron “decenas de miles de votos ilegalmente después de las 8 p. m.” cambiando total y fácilmente los resultados en Pensilvania y en otros estados del país.
Asimismo, aseguró que se taparon ventanas con cartones para que los observadores no pudieran ver el interior de las salas de recuento. “Los tractores bloquearon las puertas y las ventanas se cubrieron con cartón grueso para que los observadores no pudieran ver el interior de las salas de recuento. Cosas malas pasaron dentro. ¡Se hicieron grandes cambios!”, señaló Trump.
Opiniones dejan entrever que para Trump esta derrota no ha sido nada fácil de asimilar y sobre todo que continúa demostrando que “no le importa” el mensaje que la población de Estados Unidos le dio a través de las urnas.