ESTADOS UNIDOS
Trump: confiado y de viaje de cara a su juicio de destitución
El presidente de los Estados Unidos viajará al Foro Económico Mundial que se realiza anualmente en Davos, Suiza, el día que el Senado decidirá sobre su futuro político. "Lo que él quiera, lo conseguirá", ha dicho su asesora Kellyanne Conway a la prensa.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, estará en Davos, una elegante estación de esquí suiza, cuando el Senado escuche los argumentos iniciales en su juicio político la próxima semana. Ese gesto muestra que Trump está tan seguro de que la mayoría de su Partido Republicano lo respaldará que no ve ningún riesgo en viajar a Suiza para el Foro Económico Mundial anual que comienza el martes, justo cuando los legisladores se reúnen para el histórico proceso.
"Iré a Davos. Me reuniré con los líderes empresariales más grandes del mundo para que vengan aquí. También me reuniré con líderes extranjeros", dijo Trump a periodistas en la Casa Blanca el jueves, día en el que su juicio comenzó formalmente.
El contraste será extremo. En Washington, los legisladores demócratas argumentarán que Trump es un líder corrupto que abusó de su poder al tratar de presionar a Ucrania para que investigara a Joe Biden, el demócrata con más posibilidades de convertirse en el rival del mandatario en las elecciones presidenciales de este año.
A casi 6.800 kilómetros de distancia, Trump se paseará por el pueblo alpino como la estrella indiscutible del foro. Quienes mueven el mundo se reúnen cada año en Davos para discutir informalmente temas importantes. Los detractores lo consideran una charla para multimillonarios y celebridades sin contacto con la realidad. Además, este año, la mayoría de los principales líderes internacionales no participarán.
El campo estará despejado para que Trump haga lo que mejor hace: promocionar sus logros y atraer la atención. Estados Unidos está "en auge", dijo. "No hay nada que se acerque siquiera (...) Todos los líderes mundiales me ven y dicen: ‘¿Qué has hecho? Esto es lo más increíble que hemos visto‘".
Aunque el tema de Davos 2020 es la emergencia climática, que se completa con la aparición de la activista adolescente sueca Greta Thunberg, Trump cree poco en el calentamiento global. Él impulsará su propia agenda. "Abordará los peligros del socialismo", dijo el jueves su asesora Kellyanne Conway a periodistas. "Continuará hablando sobre el mercado de valores, haciendo que los miembros de la Otan paguen por la seguridad común, y también hablará sobre la economía global", agregó.
Aunque el tema de Davos 2020 es la emergencia climática, que se completa con la aparición de la activista adolescente sueca Greta Thunberg, Trump cree poco en el calentamiento global.
Lealtad republicana garantizada
No hace mucho tiempo, Trump podría haber estado más nervioso por dejar su destino en manos de legisladores republicanos. El adinerado empresario conmocionó al universo republicano cuando buscó la nominación de 2016.
Mitt Romney, el candidato republicano que perdió la elección presidencial de 2012, desestimó al magnate de los bienes raíces y presentador de televisión por tener "un carácter y un temperamento no aptos para ser el líder del mundo libre". Otro senador, Mark Kirk, calificó entonces al candidato Trump de "payaso maligno".
Tres años en la Casa Blanca suponen una gran diferencia. Hoy Trump es el rey indiscutido del Partido Republicano. Los veteranos moderados en la línea de Romney o la dinastía política de Bush están marginados. Los acólitos de Trump ferozmente leales son la norma.
Entre bambalinas algunos legisladores republicanos expresan a veces su disgusto por el estilo del presidente o su frustración por sus políticas, pero en público marchan al unísono, y ninguno más que el líder del Senado, Mitch McConnell.
Independientemente de lo que McConnell y el resto del partido piensen en privado, las encuestas que marcan un apoyo hermético de los votantes republicanos a Trump no les dan margen de maniobra en el juicio político, a menos que quieran arriesgarse a perder sus propios trabajos.
El país en general está dividido en partes iguales sobre si Trump debe ser expulsado de su cargo, pero menos del 10% de los republicanos quiere que eso suceda. No hay duda de que McConnell, el líder de hierro de la Cámara Alta de 100 miembros, podrá mantener a su mayoría de 53 detrás de Trump.
"Lo que él quiera, lo conseguirá", dijo Conway. "Ser absuelto y exonerado y no condenado, no destituido de su cargo y reelegido".
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El líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, prepara un juicio en el Senado que garantice el menor daño a Trump y mantenga a la vez la dignidad de la institución a la que ha dedicado 35 años. Foto: EFE.
La defensa de Trump
Los abogados de Donald Trump presentaron este sábado su línea de defensa, tres días antes de los debates del juicio de destitución, un procedimiento que consideran inconstitucional y "peligroso". Es la primera vez desde que la Casa Blanca anunció el viernes la integración del equipo de defensa que este presenta sus argumentos, idénticos a los adelantados desde septiembre por Trump y los republicanos.
En una primera "respuesta" escrita a la acusación redactada por la Cámara de Representantes, los abogados de la defensa consideran que se trata de "un ataque peligroso contra el derecho de los estadounidenses a elegir libremente a su presidente".
"Es un intento descarado e ilegal de anular los resultados de las elecciones de 2016 e interferir con las elecciones de 2020", agregan los abogados Jay Sekulox y Pat Cipollone. El magnate republicano está formalmente acusado de haber abusado de su poder al exigir que Ucrania investigue a su oponente político Joe Biden, en buena posición para obtener la nominación demócrata para las elecciones presidenciales de noviembre.
Según la acusación, Trump presionó al presidente ucraniano Volodimir Zelenski al condicionar una invitación a la Casa Blanca y una ayuda militar crucial para Kiev a la realización de esas investigaciones.
El presidente ucraniano Volodimir Zelenski, una de las figuras centrales en la acusación de Trump.
Se le responsabiliza igualmente de haber obstruido la investigación llevada a cabo por la Cámara de Representantes. "El acta de acusación es constitucionalmente inadmisible" y "no implica ningún delito o violación de la ley", dijeron los dos abogados.
La respuesta de ambos defensores de Trump aborda también el fondo del caso.
Alegan que el presidente se reunió finalmente con su par ucraniano en septiembre en la ONU y que la ayuda militar fue desbloqueada, aún si en el interín un denunciante desde dentro de la administración republicana desató el caso.
"Evidencia abrumadora"
Los abogados concluyen que no hubo ninguna imposición a Kiev de parte de Trump.
El equipo de defensa de Trump será liderado por Cipollone, un abogado de la Casa Blanca, anunció la presidencia el viernes. Será asistido por Sekulow, el abogado personal del mandatario.
También se sumarán el exfiscal Kenneth Starr, actor central del juicio por destitución al expresidente Bill Clinton, y el constitucionalista Alan Dershowitz, uno de los abogados de O.J. Simpson.
Los demócratas de la Cámara de Representantes presentaron sus argumentos al Senado el sábado antes de la apertura de los debates del próximo martes. Abordan los elementos principales de la acusación que votaron a fines del año pasado y señalan que el comportamiento de Trump habría sido "la peor pesadilla" de los diseñadores de la Constitución estadounidense.
Piden al Senado, en ese sentido, que "elimine la amenaza que el presidente representa para la seguridad nacional de Estados Unidos".
"El caso contra el presidente de Estados Unidos es simple, los hechos son indiscutibles y la evidencia abrumadora", escriben los legisladores demócratas elegidos que encabezarán los alegatos contra Trump.
El juicio contra el presidente comenzó formalmente el jueves con la toma de posesión de los senadores que han jurado ser imparciales. La primera confrontación entre ambas partes será el martes.
El abogado Alan Dershowitz presentará argumentos a favor de Trump en el juicio de impeachment. Foto: AFP
Trump, el tercer presidente que enfrenta un juicio político
A pesar de que la amenaza ha pendido sobre la cabeza de numerosos mandatarios estadounidenses, solamente dos han sido llevados a juicio político. Trump es el tercer presidente de Estados Unidos en ser sometido a un juicio de destitución.
El más reciente fue Bill Clinton, el 42º presidente de EE.UU., quien fue procesado tras ser acusado de perjurio en frente de un gran jurado y de obstrucción a la justicia, después de que mintiera sobre la naturaleza de su relación con la pasante Monica Lewinsky y supuestamente también le pidiera a esta que mintiera.
En diciembre de 1998, la Cámara de Representantes votó 228 a 206 a favor de enjuiciar a Clinton por la primera acusación, y 221 a 212 por la segunda. Para esa época, sin embargo, el nivel de aprobación popular de Clinton como presidente era del 72%.
Y cuando el caso llegó al Senado, en 1999, la acusación estuvo lejos de conseguir los dos tercios de votos que necesitaba para prosperar. "En su prisa por destituir al presidente, (los congresistas republicanos) nunca se detuvieron a pensar si las acusaciones podían ser probadas más allá de cualquier duda razonable", se lee en un análisis publicado por la BBC en aquel momento.
El único otro presidente de EE.UU. llevado a juicio político fue el número 17, Andrew Johnson, quien ocupó el cargo por dos períodos a partir de 1865. Fue procesado por la Cámara de Representantes en 1868, solo 11 días después de que destituyera a Edwin Stanton, su "ministro de Guerra", quien no estaba de acuerdo con sus políticas.
Y las similitudes entre la destitución de Stanton y la del director del FBI James Comey —un hombre que aparentemente tampoco estaba de acuerdo con las políticas de Trump— han sido destacadas por la prensa de EE.UU.
A diferencia de Clinton, Johnson se salvó por los pelos: los dos tercios en el Senado no se alcanzaron por un único voto, gracias al número de republicanos que había en la Cámara Alta.
No todos apreciaban a Johnson, pero el senador por Iowa James Grimes justificó su apoyo diciendo: "No puedo aceptar destruir el funcionamiento armonioso de la Constitución solamente para que nos podamos deshacer de un presidente inaceptable".