Estados Unidos
Donald Trump: ¿El principio del fin?
Donald Trump sufrió dos duros reveses que pueden afectar sus aspiraciones políticas y sus finanzas. Mientras se queja de que todas sus penas son producto de una cacería de brujas, el guardián de sus secretos, el director de la Organización Trump, Allen Weisselberg, enfrenta hasta 15 años de cárcel por fraude fiscal. ¿Contará lo que sabe para salvar su pellejo?
El expresidente Donald Trump se salvó, o por lo menos por ahora. Esta semana, el millonario sufrió dos golpes legales, que si bien no significan para él una condena, sí pueden ser el principio del fin de su fortuna y de su reputación. El fiscal general del distrito de Manhattan, el demócrata Cyrus Vance, reveló un pliego de diez cargos contra la Organización Trump por evasión de impuestos durante 15 años.
Si bien no se menciona el nombre del expresidente ni de su familia, sí aparece en primera plana el nombre del director financiero de la empresa, Allen H. Weisselberg, acusado de 15 cargos, que incluyen evadir impuestos sobre ganancias de cerca de 2 millones de dólares representados en prebendas, bonificaciones, vehículos, pagos de estudios de los nietos y toda clase de beneficios. Weisselberg es la única persona en la cúpula de la organización que no ostenta el nombre Trump. Después de 48 años en el grupo, sirviendo incluso al padre de Donald Trump, conoce mejor que nadie todos sus secretos, es cofirmante de las cuentas del magnate y quien negocia sus deudas y préstamos.
Su lealtad a Trump es legendaria, pero igual lo era la de otros como el abogado Michael Cohen, que juraba interponer su cuerpo ante una bala si fuera necesario para proteger a su jefe, pero en el momento de enfrentar muchos años de cárcel contó lo que sabía. La acusación puede representarle a Weisselberg, de 73 años, hasta 15 de cárcel y solo un acuerdo con la Fiscalía podría ayudarle a reducir su sentencia a cambio de suministrar “información valiosa” sobre las actividades del grupo. Por eso, estratégicamente, su nombre encabeza la lista de acusados.
Si bien las acusaciones de la Fiscalía al grupo están encabezadas por palabras rimbombantes como “gran robo” o “fraude fiscal”, parecen por ahora concentrarse en un esquema de los últimos años para ayudar a los ejecutivos a evadir impuestos. Y empiezan a figurar sus pecados, como el hecho de dar un valor ínfimo a las propiedades para efectos tributarios, pero exagera en el momento de ofrecerlas como garantía de préstamos o evaluaciones públicas.
Posiblemente no se traten todavía detalles como los dineros pagados para silenciar a amigas íntimas del mandatario, que pueden provenir de fondos de la campaña (con repercusiones criminales), o de dineros ilegales o no declarados de la organización.Las acusaciones de esta semana podrían ser el principio del derrumbe de la inmensa organización Trump y el eventual final de su carrera política. El magnate podría lanzarse como candidato en 2024 y un juicio a su organización sería una distracción.
También puede sufrir económicamente por el rechazo a su marca en medio de las acusaciones de fraude y la investigación en el Congreso sobre su responsabilidad en la toma del Capitolio el 6 de enero. Los grandes prestamistas del grupo, como el Deutsche Bank, le han retirado su apoyo, y escándalos como el de esta semana ayudan poco a obtener recursos para evitar la iliquidez y la mora en el pago de sus deudas, que suman más de 590 millones de dólares.
Trump rechazó las acusaciones diciendo que hacen parte de una cacería de brujas de demócratas radicales. En cuanto a la legalidad y transparencia de las actividades del grupo, los nuevos pleitos y cargos representarán para Trump la mejor oportunidad para demostrar su supuesta pulcritud y confirmar la fama de gran negociador y sabio de las finanzas. El tiempo lo dirá.