Estados Unidos
Donald Trump se entregó en Georgia, pero es solo el comienzo de un largo proceso legal: ¿Qué sigue?
Antes de que el juicio dé inicio, se deberán surtir pasos como las mociones previas, la entrega de pruebas o los pedidos de desestimación de caso, cuyo litigio toma tiempo y puede alargar el comienzo de las audiciones y, por ende, el veredicto.
El mundo sigue detalladamente el drama protagonizado por Donald Trump y sus cuatro procesos judiciales en medio de la puja por la candidatura en nombre del Partido Republicano para volver a la Casa Blanca.
El último acto, que subió a la escena, implicó la imagen sin precedentes en la historia de un expresidente de la democracia más sólida del planeta, fotografiado para el registro de su arresto, una medida legal que el millonario tuvo que seguir el pasado jueves, 24 de agosto, cuando se entregó en Atlanta como parte del proceso que se le sigue por tratar de revertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 en Georgia.
Fue, sin duda, un momento estelar, del que se seguirá hablando por mucho tiempo, pero lo cierto es que la histórica imagen y lo que la envolvió fue solo el comienzo de un largo proceso judicial que, ante todo, tiene que contar con los tiempos estipulados por la ley y toda una serie de circunstancias que pueden dilatar su desenlace mucho más de lo que Trump, sus 18 coacusados y el pueblo estadounidense desearían.
Pasada la noticiosa entrega de Trump en el condado de Fulton, el gran punto de expectativa lo constituye la fecha del juicio, que ya era motivo de controversia antes de que él se entregara.
La fiscal del caso, Fani Willis, tiene en mente que sea el 23 de octubre próximo, pero aún no está allanado el camino para que eso sea así.
Para comenzar, el equipo legal del exmandatario se opone a esa fecha, que responde al deseo de la juez de darle un curso rápido al proceso.
Los abogados de Trump tienen, no obstante, otra cosa en mente, de ser ciertas las conjeturas de expertos jurídicos, de acuerdo con las cuales lo que sigue es una serie de intentos por alargar el proceso antes de que se pueda dar inicio al juicio.
Un artículo de The New York Times describió de manera sucinta los recovecos legales que vienen, a raíz de lo cual es posible predecir que aún se demora el desenlace de este crucial momento en que Trump no solo está siendo acusado en Georgia, sino que tiene otros tres procesos penales en Nueva York, Miami y Washington D.C.
Según el Times, el siguiente paso en Georgia es el “arraignment” o lectura de cargos, que es una primera comparecencia formal ante el juez, en la cual al interesado se le dan a conocer las acusaciones, se fija la fianza y se responde a los señalamientos (culpable o inocente).
Al respecto, la fecha solicitada por Willis es el 5 de septiembre.
Sin embargo, Trump ya tiene ciertos adelantos al respecto. Su paso por la cárcel este jueves no se prolongó más tiempo debido a que sus abogados llegaron a un acuerdo previo con la fiscalía, en el cual convinieron la fianza de 200.000 dólares que le permitió marcharse a su casa.
Así las cosas, es posible que renuncie a su derecho de estar presente en la lectura de cargos, lo cual es una garantía legal a la que igualmente podrán acogerse los demás acusados si el juez Scott McAfee está de acuerdo.
La lectura de cargos es como el campanazo de inicio del juicio, explicó The New York Times, momento a partir del cual el camino se puede tornar incierto.
Acto seguido, el juez deberá fijar una fecha para las mociones previas al juicio, las cuales se esperan que sean copiosas, de acuerdo también con el periódico.
“Por lo general, los acusados tienen diez días después de la lectura de cargos para presentar mociones previas al juicio, o hacer las solicitudes de decisiones que quieren que el tribunal tome antes del juicio”, expuso el Times.
Esas peticiones pueden pretender que el caso sea trasladado a una corte federal, la supresión de algunas evidencias o el apartamiento de algunos de los coacusados del proceso principal para ser juzgados de manera independiente.
Durante la etapa previa al juicio también tiene lugar lo que se conoce como “descubrimiento”, es decir, cuando la fiscalía le hace entrega a la defensa de evidencias, que en este caso se espera que sean muy copiosas.
Como explicó el diario, en esta oportunidad se prevé que eso tome mucho tiempo, dado que, como suele suceder en los casos de cuello blanco, siempre se involucran grandes cantidades de documentos, videos de cámaras de seguridad y registros telefónicos.
También cabe dentro de lo posible que la defensa intente que la corte desestime el caso, arguyendo razones como elementos insuficientes para la acusación o la conformación incorrecta del gran jurado que decidió que Trump y sus allegados debían ir a juicio.
Los expertos legales le explicaron al periódico que todo eso toma horas y horas, lo cual se complica más en este juicio en que están envueltos tantos acusados. Solo programar las audiencias para litigar las posibles peticiones, resultará complicado.
Otro escenario que se puede presentar en las próximas semanas es que algunos de los acusados declaren que quieren colaborar con la justicia en aras de penas menos duras o que se declaren culpables de los cargos. Como quiera que sea, ello implicará negociaciones con la fiscalía del condado de Fulton, que también demandarán trabajo.
La ley prevé, así mismo, lo que se conoce como el “speedy trial clock” o reloj de juicio rápido, en virtud del cual la corte debe hacer lo posible para que un caso no demore en comenzar más allá del segundo mandato judicial, después del arresto. Sin embargo, estos tiempos pueden variar de un condado a otro y los retrasos son posibles si todas las partes están de acuerdo, dijo el Times.
De hecho, la fecha del 23 de octubre propuesta por Willis es su respuesta a la petición que hizo uno de los coacusados de Trump, Kenneth Chesebro, de un juicio rápido. A su vez, Trump pidió que su caso fuera separado del de Chesebro.
Los especialistas jurídicos le anotaron al Times que, algunas veces, la defensa hace esta petición de agilizar el proceso, para que la fiscalía no tenga suficiente tiempo de prepararse.
Las solicitudes de mover el juicio a una corte federal, donde se cree que el ambiente sería más favorable, también podrían demorar el comienzo del juicio, ya que varios de los supuestos coconspiradores de Trump y él mismo, estarían interesados en ello.
Sin embargo, hay un precedente y es que las peticiones de dos de ellos, Mark Meadows y Jeffrey Clark, ya fueron desechadas por el juez Steve Jones.