Estados Unidos
Donald Trump y el arte del regreso: la historia de la victoria del magnate en medio de las tormentas judiciales que enfrenta
Donald Trump ganó su primera nominación como candidato republicano para la presidencia. Ahora, alterna su campaña con los juicios. Aun así, hoy por hoy, lidera la intención de voto.
Para finales de la década de 1990, Donald Trump estaba de vuelta en la cima. El magnate se había hecho con parte de las acciones del concurso de Miss Universo, había retornado al negocio inmobiliario con grandes construcciones en Nueva York y lo más importante para él, su apellido volvía a ser sinónimo de éxito. Con eso en mente, el que fue luego presidente escribió un libro, El arte del regreso, en el cual cuenta cómo logró salir del hoyo en el que estuvo en medio de la bancarrota y volver a triunfar.
Hoy, Trump vuelve a dar una patada en el tablero y demuestra que, aunque tenga todo en contra, de alguna manera logra volver a estar al frente y salirse con la suya. En este caso, a pesar de que tenga seis acusaciones y más de 90 cargos criminales en su contra, el expresidente logró ganar la nominación republicana en Iowa para ser el candidato de dicho movimiento de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.
El antiguo mandatario no solo ganó, sino que lo hizo con una amplia ventaja, al registrar 51 por ciento del total de los votos, mientras que su rival más cercano, el gobernador Ron DeSantis, se quedó con 27 por ciento. Asimismo, Nikki Haley, la exembajadora del Gobierno Trump ante la ONU, finalizó tercera, con 19 por ciento de ese proceso.
“Nuestro país debe unirse. Queremos unirnos. Ya sea republicano o demócrata, liberal o conservador, sería tan bueno si pudiéramos unirnos y solucionar el mundo, resolver los problemas y poner fin a toda la muerte y destrucción que estamos presenciando”, manifestó el expresidente Trump luego de su gran victoria, en la que fue acompañado por cientos de sus seguidores tras ganar la primera nominación de su partido en el año.
Tendencias
Pero lejos de ser la historia de cómo Donald Trump ganará las primarias republicanas o incluso la presidencia sin mayor obstáculo, siempre que se trata de él, tiene que ser un camino de rocas, lleno de imprevistos y del que siempre tiene una presencia gigantesca el que ha sido su mayor rival para llegar al éxito y al reconocimiento, él mismo.
En los años noventa, Donald Trump tomó él mismo una serie de pésimas decisiones económicas que llevaron a que su situación financiera cayera en picada, conduciéndolo a la bancarrota. En ese momento, fue el fracaso de su incursión en el mundo de los casinos lo que lo obligó a vender su aerolínea y su gigantesco yate personal. Pero, al final, salió a flote y volvió al mundo de los negocios.
Para 2020, Trump pasaba por su bancarrota política, perdió las elecciones de manera contundente contra Joe Biden, recibió millones de críticas por su gestión de la pandemia y, para rematar, terminó con múltiples acusaciones de haber intentado cambiar de manera ilegal los resultados de las elecciones. Posteriormente, recibió denuncias por quedarse con documentos clasificados del Gobierno de manera ilegal y juicios civiles por cargos de fraude fiscal y difamación.
Lo cierto es que si bien Donald Trump está lejos de distanciarse de las acusaciones que lo persiguen, ha logrado controlarlas y se ha mantenido en la tarjeta electoral, a pesar de que en varios estados algunas cortes intentaron evitar que fuera candidato. Lo curioso es que en medio del proceso electoral y de su campaña, en la que miles de personas acompañan sus convocatorias y mítines, tiene que dar pausas para ir a los juicios en su contra.
Por ejemplo, menos de un día después de que fue el vencedor de las elecciones en Iowa, Trump viajó hasta Nueva York para asistir a un juicio civil en el que la escritora E. Jean Carroll lo demandó por difamación, después de que en otro proceso se le encontró culpable de haber abusado sexualmente de la mujer y siendo condenado a pagar 5 millones de dólares.
Lo que se espera es que el mandatario alterne de aquí a las elecciones entre eventos de campaña, elecciones y juicios en distintas cortes del país donde se le acusa. Esto agravado porque en su momento intentó junto a su equipo judicial aplazar los juicios en su contra hasta después de los comicios de noviembre, lo cual le fue negado por las autoridades de justicia estadounidense. Por lo cual, Trump tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados en varias ocasiones.
En contraste, el republicano se alista para las siguientes elecciones primarias de su partido que se harán en Nuevo Hampshire el próximo 23 de enero. Con esto en mente, la estrategia de Donald Trump para seguir con su senda ganadora en todo el país es atacar a sus contrincantes de maneras bajas; por ejemplo, en las últimas horas se refirió a Nikki Haley por su primer nombre, Nimrata, que pone a las luces su origen del sur de Asia.
Esta estrategia no es nueva, ya que en su momento le recordó al presidente Barack Obama su segundo nombre, Hussein, también planteó la teoría conspirativa de que este no había nacido en los Estados Unidos, por lo cual no debía haber sido elegible para ser presidente de la nación. Lo cual fue tachado de ridículo y el mismo mandatario de entonces se burló de él.
Además, fiel a sus principios de su libro, Trump propone como clave del éxito ser paranoico y polémico, por lo cual su comportamiento en los tribunales fue sumamente reprobado, calificando al juez de desagradable y ser “un tipo que odia a Trump”. Además, lo señaló de ser desalmado por no aplazar el juicio para que pudiera asistir al funeral de su suegra, a lo que le fue aclarado que su presencia en el proceso no era obligatoria, sino voluntaria.
Hasta el momento, las encuestas lanzan sus predicciones de lo que podría ser otro duelo entre Donald Trump y Joe Biden. Según FiveThirtyEight, un portal que recopila los sondeos nacionales, el expresidente tendría revancha y vencería al demócrata, aunque dicha ventaja sería de solo dos puntos, por lo que el panorama sigue muy abierto para cualquiera de los dos.
Aun así, el expresidente también necesita otra de sus claves del libro, tener suerte. Esto, puesto que los cargos son lo suficientemente graves como para encerrarlo en la cárcel antes de que pueda ser presidente, si bien en teoría podría ser un mandatario detrás de las rejas. También se espera que, en caso de que sea declarado culpable, la Corte Suprema falle para determinar qué pasará con su candidatura. Los magistrados son de su línea y varios fueron nombrados por él, pero se especula que si las culpas son lo suficientemente graves, no le tenderán la mano.