Un solicitante de asilo de Camerún acusó a los guardacostas griegos de haber arrojado al mar a dos hombres que murieron ahogados. | Foto: ARIS MESSINIS / AFP

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Dos migrantes murieron ahogados tras ser arrojados al mar por la Guardia Costera griega

Ocho migrantes lograron escapar a las montañas mientras los otros 28 fueron regresados al mar, entre ellos un bebé, una mujer embarazada y niños pequeños.

21 de febrero de 2022

Dos migrantes africanos con el sueño de buscar un nuevo hogar fueron lanzados al agua por la Guardia Costa Griega. Una práctica que les costó toda su ilusión y la vida a estos dos migrantes. Un solicitante de asilo de Camerún acusó a los guardacostas griegos de haber arrojado al mar a dos hombres que murieron ahogados en las costas de la isla de Samos, en el mar Egeo en septiembre, según informaron medios europeos este pasado jueves.

Los hechos sucedieron el 15 de septiembre de 2021. Una de las personas era de Costa de Marfil y la otra de Camerún. Los dos personajes venían de Turquía rumbo a Grecia. La versión de varios testigos es que estos dos hombres pudieron llegar a la isla griega de Samos, sin embargo, sus cuerpos fueron hallados días después en la costa del mar Egeo cerca a la provincia de Aydin.

Estos dos migrantes salieron de sus casas para ir en busca de un lugar mejor, huyendo de la guerra, pero lo que encontraron fue la muerte. Para la investigación sobre este caso se han encargados medios como The Guardian, Der Spiegel, Mediapart, y Lighthouse Report.

Sidy Keita tenía 36 años, y Didier Martial Kouamou Nana 33. Ambos fueron víctimas de una práctica que es conocida como pushbacks, una solución que está más cerca a la muerte que a la civilidad que pregonan los europeos. Consiste en devolver a los migrantes sin ningún tipo de garantías ni proceso legal a sus lugares de origen, además utilizan la violencia como en este caso. Los dos migrantes muertos fueron golpeados y tirados al mar por la guardia costera griega.

Los lanzaron a mar abierto en dos pequeñas balsas salvavidas. | Foto: AFP

En contexto, a Samos llegaron 36 personas que el 15 de septiembre de 2021 habían abordado una embarcación en cercanías de Kusadasi, en Turquía. La información del arribo de los migrantes la facilitó la ONG Human Rights Legal Project, alertando a todas las autoridades que tienen que ver con migración y refugiados.

No obstante, por muchos años se ha sabido que las autoridades griegas son expertas rechazando migrantes. Además, los testigos que entrevistaron los periodistas de investigación les relataron que lo que hicieron con ellos fue una cacería. Poco después de estar en tierra escucharon testigos y ocho migrantes lograron escapar a las montañas mientras los otros 28 fueron regresados al mar, entre ellos un bebé, una mujer embarazada y niños pequeños. Los lanzaron a mar abierto en dos pequeñas balsas salvavidas.

Un testigo clave que sobrevivió contó lo sucedido con Sidy y Didier. Ibrahim, un exmiembro de la marina de Camerún, relató que había pasado la noche en un bosque, él, Keita y Kouamou. Pero fueron detenidos el 16 de septiembre. Ellos tres formaban parte del grupo de los ocho que lograron escapar inicialmente. De estos ocho, cuatro lograron llegar a un campo de refugiados, mientras los otros cuatro fueron detenidos. Una mujer y tres hombres.

La mujer fue detenida en un monasterio mientras que los tres hombres, Ibrahim, Sidy y Didier fueron detenidos en una carretera cercana. Los cuatro fueron arrojados al mar sin ninguna protección, y a la mujer y a Ibrahim los rescataron los guardacostas turcos. Sin embargo, Sidy y Didier no corrieron con la misma suerte y lamentablemente murieron ahogados, asesinados por las autoridades griegas.

Adicionalmente, Ibrahim contó que los golpearon y los arrojaron al mar sin ninguna protección. Además comenta que pudo ver a Keita desaparecer bajo las olas y no supo que pasó con Kouamou. Tiempo después se enteró de que se habían ahogado puesto que ninguno de los dos sabía nadar.

“Las autoridades policiales helénicas, siguiendo un estricto marco legal disciplinario, investigan toda la información que se les comunica y se refiere a presuntos incidentes de malos tratos en las fronteras, incluidas las denuncias de devoluciones no procesadas (retrocesos), con el fin de que se impongan las sanciones previstas en la ley y se eviten conductas similares en el futuro. Las acusaciones sobre la violación del principio de no devolución no se corresponden con la realidad y, de hecho, socavan el trabajo de la policía helénica en las zonas fronterizas operativas”, según las autoridades griegas en comunicado de prensa.

Por otra parte, la Guardia Costera Helénica también se pronunció frente a los hechos: “Las prácticas descritas y atribuidas a los activos operativos y al personal de la guardia costera no se corresponden con nuestros procesos operativos para disuadir los cruces fronterizos no autorizados o tratar con ciudadanos de terceros países durante la vigilancia de las fronteras marítimas”.