Estados Unidos
Duro ataque republicano al “débil” Joe Biden por la crisis afgana
Las acciones de Biden “transpiran debilidad, incompetencia”, dijo el viernes el líder de la minoría republicana en la Cámara, Kevin McCarthy.
“Renuncia”, “destitución”: ante la crisis afgana y la muerte de 13 militares estadounidenses en Kabul, los republicanos atacan al presidente demócrata Joe Biden en un país que suele unirse ante las tragedias nacionales, una muestra de las profundas divisiones en Washington y de los problemas políticos que se avecinan.
“Joe Biden tiene las manos manchadas de sangre”, escribió en Twitter la número tres de los republicanos en la Cámara de Representantes, Elise Stefanik.
El presidente demócrata, responsable del “abyecto fracaso en Afganistán”, debe dimitir, añadió el senador republicano Josh Hawley, mientras que otra colega, Marsha Blackburn, pidió sin rodeos a todos los altos funcionarios de la administración Biden que dimitieran.
Si bien estas voces simpatizantes del expresidente republicano Donald Trump resuenan con fuerza, los grandes líderes del partido todavía evitan reclamar directamente la dimisión de Biden, de 78 años. Sin embargo, todos critican unánimemente su gestión de la retirada de Afganistán.
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Las acciones de Biden “transpiran debilidad, incompetencia”, dijo el viernes el líder de la minoría republicana en la Cámara, Kevin McCarthy, en una conferencia de prensa en el Congreso.
“Débil” es la palabra que muchos republicanos martillean para designar al presidente septuagenario desde el mortal ataque en las afueras del aeropuerto de Kabul, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
“Para ser comandante en jefe, hay que tener la confianza” de los estadounidenses, pero Biden la perdió la víspera, afirmó McCarthy.
No fue tan lejos como para pedir su renuncia o el inicio de un proceso de juicio político, sino que instó primero a evacuar a todos los estadounidenses que aún se encuentran en Kabul antes de la fecha límite del 31 de agosto confirmada por Biden para la retirada militar total de Estados Unidos.
“Después de esta fecha, podremos hacer todo lo posible para asegurarnos de que se hagan los informes”, insistió, sin embargo.
“La hora de la verdad llegará”, sentenció.
No obstante, estas perspectivas o posibilidades de renuncia o juicio político son absolutamente improbables hoy, con un Congreso controlado por demócratas que apoyan masivamente a Biden.
Sin embargo, estos llamamientos podrían movilizar a los votantes republicanos a medida que se acercan las cruciales elecciones parlamentarias de mitad de mandato, en noviembre de 2022, cuando la oposición espera recuperar la mayoría.
“Ridículo”
La popularidad de Biden ya ha caído, bajo el efecto acumulativo de la crisis afgana y también debido al brote de covid-19 debido a la variante delta.
“Los republicanos que le piden a Biden que renuncie son tan insignificantes como los demócratas que le pedían a Trump que renuncie”, señaló en Twitter este viernes Lis Smith, estratega demócrata y exgerente de comunicaciones de Pete Buttigieg durante su campaña por la candidatura presidencial del partido.
“En un momento, esa palabra pierde su significado y te ves como un tonto”, explicó.
Tras el atentado en Kabul, el presidente estadounidense asumió el jueves “la responsabilidad de casi todo lo que ha sucedido últimamente”.
También recordó el acuerdo celebrado en 2020 entre los talibanes y Donald Trump, que se había comprometido a retirar las tropas en mayo del presente año.
Además, reafirmó su decisión de ponerle fin a la guerra más larga de Estados Unidos, tras 20 años de intervención militar allí.
Este tono áspero contrasta con la imagen tradicional de unos Estados Unidos que hace tiempo se han unido frente a las tragedias, sin culpar de inmediato al presidente, como sucedió después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 bajo el gobierno del republicano George W. Bush, o el que mató a 241 efectivos de los marines en Beirut, en 1983, durante el mandato de Ronald Reagan.
Las divisiones, ya marcadas en el gobierno del demócrata Barack Obama (2009-2017), se ampliaron aún más durante el mandato de Trump, que terminó el 20 de enero pasado.
Los llamados a la unión que resuenan tras la muerte de los militares estadounidenses parecen casi obsoletos, vanos.
“Si bien puede ser tentador para algunos aprovechar este momento para ganar puntos políticos, ahora no es el momento”, escribió el jueves el senador republicano Kevin Cramer.
“Mis queridos conciudadanos, unámonos, lloremos a los que han caído, consolemos a los que sufren y oremos por la paz, el sentido de responsabilidad y la seguridad”, subrayó.
Casa Blanca advierte que es “probable” otro ataque en Kabul
Entre tanto, el equipo de Seguridad Nacional de Estados Unidos advirtió este viernes que es “probable” que se produzca otro ataque terrorista en la capital de Afganistán, Kabul, en una reunión mantenida con el presidente y la vicepresidenta, Joe Biden y Kamala Harris.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, indicó en un comunicado que los efectivos estadounidenses toman “las máximas medidas de protección” en el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai a la luz de la nueva amenaza.
A pesar de esto, los militares estadounidenses continúan las operaciones de evacuación, que han permitido la salida de miles de personas de Kabul en las últimas 24 horas. El Gobierno prioriza la evacuación de los ciudadanos estadounidenses.
En este sentido, Biden le ordenó al secretario de Estado, Antony Blinken, continuar las labores diplomáticas para asegurar que ciudadanos de terceros países y afganos en posesión de visados puedan salir del país después de la fecha límite del repliegue de los soldados estadounidenses, el próximo martes.
Por otro lado, los comandantes informaron a Biden y Harris sobre planes para “definir objetivos” del Estado Islámico Provincia Jorasán (ISKP), la filial del grupo yihadista que ha reclamado la autoría del atentado del jueves, que ha dejado al menos 170 muertos, incluidos 13 militares estadounidenses, y más de 200 heridos.
Así, Biden reiteró que su gobierno respalda todo lo que necesiten los militares para llevar a cabo las operaciones y proteger a los soldados que todavía permanecen en el país asiático, dado que “los siguientes días de la misión serán los más peligrosos hasta la fecha”.
El Pentágono ya había avanzado que hay “amenazas específicas, creíbles” sobre nuevos ataques en Kabul. El presidente estadounidense prometió el jueves que los terroristas “pagarían” por lo que han hecho. Unas cien personas perdieron la vida, entre ellas 13 militares de Estados Unidos, en el que está considerado el ataque más mortífero para las tropas norteamericanas en una década.
Por otro lado, la secretaria de prensa de la Casa Blanca indicó que trabajar con los talibanes para continuar las operaciones de evacuación es “necesario”, remarcando que, si bien Washington “no prefiere” esta relación, es una “necesidad” para facilitar estas salidas.
“La realidad es que (...) los talibanes controlan amplias franjas de Afganistán, incluyendo el área que rodea el perímetro del aeropuerto, así que por necesidad esa es nuestra opción, para coordinar la salida de los ciudadanos estadounidenses, nuestros colaboradores afganos, individuos elegibles para programas en Estados Unidos”, dijo en rueda de prensa, según indicó la cadena CNN.
Agregó que “ahora mismo necesitamos continuar coordinando, ese es nuestro objetivo para los próximos dos días”.
En referencia al atentado del jueves en Kabul, Psaki señaló que, si bien Washington no confía en el nuevo Afganistán, no hay nada que lo sugiera.
Con información de Europa Press y AFP