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Ecuador elige nuevo presidente este domingo: ¿qué hay en juego?
Aunque ambos candidatos prometen reactivar la economía, fortalecer el empleo y garantizar el acceso a la salud y educación, sus posturas son totalmente opuestas, por lo que se cree que esta contienda será una de las más reñidas de la historia reciente de Ecuador.
Este domingo, Ecuador decidirá quién será su nuevo presidente en medio de una situación difícil para el país en términos económicos y de salud, esto debido a las graves consecuencias que ha dejado la pandemia, que a la fecha suma más de 17.000 muertes en este territorio.
Así, Andrés Arauz, el candidato de Rafael Correa, y el conservador Guillermo Lasso se disputan en las próximas horas la victoria en una agitada segunda vuelta que arrojará el sucesor de Lenín Moreno, dos opciones políticas contrapuestas que han generado se incremente la incertidumbre por el futuro político del país.
Más aún cuando el partido del líder indígena Yaku Pérez, quien se quedó en primera vuelta, tras competir con Lasso, se desmarcó de los dos contendientes en la segunda vuelta, lo que deja en el aire qué pasará con el 20 por ciento de votantes que respaldaron a Pérez el 7 febrero.
Los candidatos representan las dos corrientes políticas que han dominado en Ecuador por más de una década. Por una parte Andrés Arauz, un economista partidario de Correa, quien a sus 36 años, compite por convertirse el presidente más joven de la historia del país, bajo la fuerza de su partido Unión por la Esperanza (UNES).
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Mientras que Lasso, de 65 años, quien encarna al anticorreísmo que agrupa a la derecha tradicional del país, hace su tercer intento por alcanzar la victoria presidencial con su movimiento político Creando Oportunidades (CREO), luego de perder las elecciones en 2013 derrotado por Rafael Correa y en 2017, por el mandatario saliente, Lenín Moreno.
“De nuevo la arena electoral se ha dividido entre correístas y anticorreístas, no hubo un recambio sino una lucha entre buenos y malos, dependiendo del bando que uno tome, y eso desgasta mucho la política por los niveles de confrontación”, señaló a BBC Mundo María Angélica Abad, profesora de la Universidad de Cuenca.
Es así que Arauz y Lasso además de protagonizar un choque de generaciones y posturas políticas que se da en medio de una nueva ola de contagios de coronavirus en Ecuador que marca una diferencia respecto a la primera vuelta electoral, se enfrentan en una contienda que muchos anticipan muy ajustada entre el socialismo y la derecha conservadora de un país dividido representado por 13,1 millones de ecuatorianos, que empezarán a acudir a las urnas a partir de las 07:00 locales (12:00 GMT), jornada que concluirá diez horas después.
A diferencia de la primera vuelta, el Consejo Nacional Electoral no dará resultados parciales ni de conteo rápido, herramientas habituales para anticipar tendencias. De acuerdo a esto, las mesas tardarán entre 45 minutos y una hora en contar todos los votos y trasladar la información a la central, por lo que la entidad espera tener una tendencia clara hacia las 22.00 horas de este domingo, que podría alargarse en caso que se cumpla la reñida paridad entre los candidatos que anuncian los sondeos.
Al respecto, varias encuestas ponen por delante a Arauz, que en primera vuelta sacó una diferencia de 13 puntos, ganando con 32,72 por ciento de los sufragios. No obstante, la última encuesta de la investigadora Market vaticina un empate técnico entre Arauz y Lasso por el repunte de Lasso en la primera vuelta donde alcanzó el 19,74 % de los votos. Según medios ecuatorianos, los indecisos estarían rondando en un 15 %.
“Lo que fue un triunfo clarísimo de Arauz y una derrota de Lasso en la primera vuelta ha cambiado durante estas semanas, en un contexto político de frustración y de rechazo de los votantes al statu quo”, afirma Sebastián Hurtado, presidente de la consultora Profitas, citado por el medio internacional El País.
Quien logre la victoria este 11 de abril, será el encargado de tomar las riendas a partir del 24 de mayo de Ecuador, un país conformado por 17,4 millones de habitantes, que espera que su nuevo mandatario maneje mucho mejor la pandemia que el mandatario saliente, así como sus efectos en la economía.