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Ecuador lanzó megaoperativo con más de 2.000 uniformados en las cárceles más peligrosas del país
Las bandas delictivas han hecho de las prisiones sus centros de mando, desde donde organizan, disponen y ejecutan asaltos.
Unos 2.300 militares y policías ecuatorianos realizaron un operativo este jueves, 14 de septiembre, en la cárcel de Esmeraldas, donde hace poco más de un mes se produjo un amotinamiento y hubo ataques simultáneos con artefactos explosivos en varios puntos de la ciudad, considerada entre las más peligrosas del país.
La incursión —que se dio en medio de un estado de excepción que rige en todo el sistema penitenciario del país— permitió la incautación de 280 teléfonos celulares, 200 armas cortopunzantes, 15 municiones, radios de comunicación y repetidoras de señal, discos duros y computadoras.
Un reporte del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas dijo que también se decomisaron chalecos antibalas, drogas y artículos personales, como joyería.
Según las autoridades, las bandas delictivas han hecho de las prisiones sus centros de mando, desde donde organizan, disponen y ejecutan asaltos, sicariatos, robos, secuestros y extorsiones.
El Ejército detalló más temprano que la operación se desarrolló en tres pabellones de la cárcel de Esmeraldas, donde ejerce dominio la banda de crimen organizado Los Tiguerones y a la cual están vinculados los 1.402 presos recluidos en ese lugar, señaló en su cuenta oficial de X.
Las insignias y murales de esta banda delictiva fueron borradas del interior de la cárcel como parte del operativo.
Imágenes difundidas por el Ejército dejaron ver el momento en que un tanque militar y un contingente de efectivos ingresaban al centro penitenciario en medio de la sorpresa de los reos, algunos de los cuales inmediatamente se acostaron en el piso boca abajo y con las manos en la nuca ante la orden de los agentes.
El 25 de julio el caos se instaló en esa ciudad, ubicada a 181 kilómetros al norte de Quito, cuando los reclusos provocaron incidentes en el interior de la cárcel, reteniendo a custodios penitenciarios y funcionarios administrativos, mientras en las afueras la policía desactivaba artefactos explosivos colocados en gasolineras e instituciones públicas.
Varios vehículos de la prefectura de la provincia de Esmeraldas fueron incinerados y unos tres reos fugados fueron capturados y recluidos nuevamente en el centro.
El viernes dos trabajadores de la prefectura fueron atacados a balazos, uno de ellos falleció y el otro quedó herido.
Paralelamente, otro operativo similar se realizó en la Penitenciaría del Litoral, una de las más conflictivas y peligrosas del sistema carcelario ecuatoriano, donde se han producido las más cruentas masacres entre presos, debido a disputas entre las bandas criminales.
El último enfrentamiento a fines de julio en esa cárcel ubicada en la ciudad portuaria de Guayaquil, 270 kilómetros al suroeste de la capital, dejó 31 presos fallecidos y 14 heridos, según la Fiscalía.
A inicios de agosto, una requisa con miles de agentes militares y policiales en la Penitenciaría del Litoral terminó con el hallazgo, además de armas y municiones, de una piscina con peces, granjas de pollos y patos y 15 perros, así como una serie de objetos prohibidos.
En huecos en las paredes de las celdas y en los techos había todo tipo de armas, granadas, municiones y drogas. La crisis del sistema carcelario, con más de una decena de choques entre bandas desde 2021, ha deja más de 400 presos muertos.
Sumado a esto, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito para la Región Andina y el Cono Sur emitió un informe en el que indicó que Colombia experimentó un incremento del 13 % de cultivo de coca entre 2021 y 2022 de hasta 230.000 hectáreas, evidenciando que la frontera con Ecuador es una de las más afectadas por la situación.
De acuerdo al informe, el “77 % del incremento neto se concentró en Putumayo (alrededor de 20.000 hectáreas)” cerca de la frontera con Ecuador, un país cada vez más golpeado por la violencia ligada al narcotráfico.
*Con información de AP.