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EE. UU. apoya a Ucrania y señala a Rusia del ataque a cárcel en el que más de 50 personas murieron
Antony Blinken afirmó que Rusia tendría que rendir cuenta por sus crímenes.
El viernes 29 de julio ocurrió un ataque a una cárcel en Yelenovka, en la autoproclamada República Popular de Donetsk, donde murieron más de 50 personas y otras 70 resultaron heridas. La acción fue atribuida a fuerzas ucranianas por Moscú, sin embargo, desde Kiev negaron las acusaciones y pidieron a organismos internacionales intervenir para investigar lo ocurrido.
Este domingo 31 de julio, el gobierno de Estados Unidos culpó del ataque al ejército ruso y dio las condolencias por la muerte de las personas fallecidas en la cárcel. Estas declaraciones fueron por parte del secretario de estado, Antony Blinken, quien tuvo una conversación con su homólogo ucraniano Dmytro Kuleba.
“Reafirmó el compromiso de EE.UU. para que Rusia rinda cuentas por las atrocidades que sus fuerzas han cometido contra el pueblo de Ucrania”, expresó en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado Ned Price, afirmando que Moscú había sido quien desplegó el ataque y que en algún momento tendría que rendir cuentas por las “atrocidades” cometidas en esta guerra.
Además de esto, el funcionario estadounidense no entró en detalles sobre la forma en cómo se había perpetrado el ataque, sino que se limitó a apoyar a Ucrania en medio del conflicto, afirmando que la muerte de las 50 personas que estaban en el recinto afectado había sido planeado por Moscú.
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“En Yelenovka, 53 personas murieron y otras 75 resultaron heridas”, informó el Centro de Defensa Territorial de la República Popular de Donetsk a través de un mensaje en su cuenta en Telegram sobre el atentado. Indicó que la cárcel acogía a “presos de guerra ucranianos”.
Así mismo, señaló que el ataque habría sido llevado a cabo con un HIMARS, un sistema de cohetes de lanzamiento múltiple, e insistió que “el régimen criminal de Kiev destruye adrede a milicianos ucranianos que se han rendido para ocultar las trazas de los crímenes de guerra cometidos contra la población civil del Donbás”.
El organismo hizo énfasis en que las autoridades ucranianas “fuerzan al resto a continuar las hostilidades y no rendirse ante las tropas de la República Popular de Donetsk”.
El líder de la autoproclamada república, Denis Pushilin, señaló que en las instalaciones había más de 190 presos, tras negar que entre ellos hubiera ciudadanos extranjeros, según la agencia rusa de noticias Interfax.
Por su parte, el Ministerio ruso de Defensa precisó que la prisión albergaba, entre otros, a miembros del batallón de Azov, una división que ganó notoriedad por su defensa de la ciudad de Mariúpol frente al avance de las tropas rusas y que Moscú afirma se trata de una formación neonazi.
Afirmó que la “sangrienta provocación del régimen de Kiev” estaba destinada a disuadir a las tropas ucranianas de deponer las armas y rendirse. “Esta atroz provocación se llevó a cabo para intimidar a los militares ucranianos”, dijo ese despacho en un comunicado.
Por su parte, entidades gubernamentales ucranianas se unieron para enviar un comunicado al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en el que pidieron que se investigara a fondo el atentado, que calificaron como “cínico acto de terrorismo”, luego de que fueran señalados de perpetrarlo por Rusia.
“El bombardeo es un cínico acto de terrorismo por parte de la Federación Rusa, una provocación militar y una clásica operación de falsa bandera con el propósito de ocultar crímenes de guerra, desacreditar a las fuerzas armadas ucranianas e incrementar las tensiones en la sociedad ucraniana”, afirmaron.
*Con información de AFP.
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