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EE. UU. y Canadá, junto con otros países, enviarán ayuda a migrantes de Latinoamérica

Las asistencias se destinarán a programas de empleo, de atención a menores de edad, de reinserción social y de gestión de migrantes.

7 de octubre de 2022
La reunión es un eje fundamental para la respuesta humanitaria que se le está brindando a los migrantes venezolanos.
Las asistencias se destinarán a programas de empleo, de atención a menores de edad, de reinserción social y de gestión de migrantes. | Foto: Guillermo Torres SEMANA

Estados Unidos, Canadá y otros seis países miembros de la OEA anunciaron este jueves 6 de octubre nuevas ayudas para los migrantes y refugiados en América Latina, en el marco de la 52 Asamblea General del bloque regional en Lima.

Las asistencias se destinarán a programas de empleo, de atención a menores de edad, de reinserción social y de gestión de migrantes, así como a campañas contra la xenofobia y la migración ilegal, informó el Departamento de Estado estadounidense.

Estos nuevos compromisos surgieron en una reunión ministerial de seguimiento de la Declaración de Los Ángeles sobre inmigración, adoptada en la IX Cumbre de las Américas en junio pasado en California.

Estados Unidos aportará más de 240 millones de dólares y Canadá, otros 55 millones de dólares. A su vez, Guatemala, Honduras, México, Costa Rica, Barbados y Colombia desarrollarán proyectos como registro de refugiados, asistencia de niños no acompañados retornados, reinserción de desplazados y cambios de legislación.

Los fondos provistos por Estados Unidos fueron anunciados por Antony Blinken, jefe de la diplomacia estadounidense, poco antes de presidir la reunión ministerial sobre migración, un tema que genera tensiones en todo el hemisferio y afecta especialmente a Washington en la frontera con México.

“Tenemos más personas desplazadas en todo el mundo que nunca antes en nuestra historia, más de 100 millones”, subrayó Blinken. “Y nuestro propio hemisferio está experimentando eso de maneras profundas y nuevas”, agregó.

Drama en el Darién

La canciller panameña, Érika Mouyne, hizo una sentida alusión al tema durante la plenaria de la Asamblea.

“Ese drama es de todos, mío, de mis hermanos caribeños. Todos necesitan nuestros apoyos, somos responsables y no podemos darles la espalda. Hay una crisis migratoria que hay que atender”, dijo.

Panamá enfrenta una ola de migrantes que cruzan su territorio en ruta hacia Estados Unidos, en una travesía selvática inhóspita y con múltiples peligros, como animales salvajes –entre ellos serpientes venenosas–, ríos caudalosos y grupos criminales.

Datos oficiales señalan que más 160.000 migrantes, en su gran mayoría venezolanos, cruzaron en lo que va de año la selva panameña del Darién, fronteriza con Colombia, una cifra que pulveriza el récord registrado en todo 2021, de 133.000 migrantes.

El relato que les cuento hoy es el de Sharon, una mamá que conocí de Maracaibo, Venezuela. Ella atravesó desde Venezuela, pasando por Colombia y llegó a Panamá. Tenía cinco pequeñitos con ella, la menor yo la cargué y estaba ardiendo en fiebre. Todos sus hijos tenían vómito y diarrea”, detalló Mouyne durante la sesión plenaria de la tarde.

Calificó la situación como un “drama humano que se está viviendo todos los días en la selva del Darién”, donde, afirmó, muchos migrantes pierden a sus hijos en la travesía.

Costa Rica, fronteriza con Panamá y Nicaragua, también se refirió a la situación migratoria en la región.

“Exhorto a los estados miembros de la OEA para que busquemos conjuntamente respuestas a este creciente desafío regional”, dijo Arnoldo André Tinoco, ministro de Relaciones Exteriores costarricense.

Aseguró que Costa Rica, “como país de tránsito y destino, experimenta la creciente llegada de migrantes y refugiados, derivada del deterioro de condiciones políticas, sociales y económicas en otros países hermanos”.

La administración Biden promueve la cooperación regional para atender este problema. “Ningún país puede responder plenamente a las necesidades de los inmigrantes sin el apoyo de vecinos y socios”, dijo la subsecretaria adjunta del Departamento de Estado para las Américas, Emily Mendrala, durante una teleconferencia de prensa.

Costa Rica contabilizaba en julio casi un millón de inmigrantes, principalmente de Nicaragua, Cuba, Venezuela y Haití, y 140.000 solicitudes de refugio en espera.

No obstante, “nuestra consigna ha sido no bajar los brazos para seguir brindando la atención humanitaria y protección a estas personas vulnerables, pese a la gran presión que pone a prueba nuestras capacidades institucionales y económicas”, dijo ante la OEA el canciller costarricense.

*Con información de la AFP.