Coronavirus

¿Sin patente? Estados Unidos buscará la manera de liberar la vacuna contra la covid-19

Katherine Tai, representante comercial de Estados Unidos, declaró que su gobierno nunca desestimaría la protección de la propiedad intelectual, pero aclaró que para poner fin a la pandemia apoyan la exención para las vacunas.

5 de mayo de 2021
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A nurse prepares a syringe with a dose of the Pfizer-BioNtech Covid-19 vaccine, at a vaccination centre in Quimper, western France, on April 30, 2021. (Photo by Fred TANNEAU / AFP) | Foto: AFP

Estados Unidos se sobrepuso a las fuertes negativas de las compañías farmacéuticas del país y anunció este miércoles que apoyará la flexibilización de las reglas de patentes sobre las vacunas contra covid-19.

El Gobierno estadounidense buscará “ampliar el suministro mundial y reducir la brecha de vacunación entre las naciones ricas y pobres”.

Este apoyo no significa que las patentes serán levantadas inmediatamente, ya que, según la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, su gobierno nunca desestimaría la protección de la propiedad intelectual.

Hace un poco menos de una semana, varios premios Nobel y exjefes de Estado o de gobierno pidieron en una carta pública la suspensión temporal de las patentes de las vacunas contra la covid-19 e invitaron al presidente estadounidense, Joe Biden, a que apoyara la iniciativa.

La supresión de la propiedad intelectual del inmunizante es “una etapa vital y necesaria para acabar con la pandemia”, destacaron los 170 firmantes de la carta, entre quienes se encuentran el expresidente de Francia, François Hollande, y el ex primer ministro británico, Gordon Brown.

En este sentido, Tai aclaró que, “Estados Unidos apoya la exención de la protección de la propiedad intelectual en las vacunas contra covid-19 para ayudar a poner fin a la pandemia y participaremos activamente en la negociaciones con la OMC (Organización Mundial del Comercio) para que eso suceda”.

“El objetivo de la Administración es llevar la mayor cantidad de vacunas seguras y efectivas a la mayor cantidad de personas lo más rápido posible”, escribió Tai en la declaración que publicó para respaldar su trino.

“A medida que se asegure nuestro suministro de vacunas para el pueblo estadounidense, la Administración continuará intensificando sus esfuerzos, trabajando con el sector privado y todos los socios posibles, para expandir la fabricación y distribución de vacunas. También trabajará para aumentar las materias primas necesarias para producir esas vacunas”, concluye.

Esta medida se venía estudiando desde finales de febrero cuando el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, manifestó que estaba de acuerdo con suspender las patentes de las vacunas contra el coronavirus, así como cualquier otro medicamento que esté diseñado para combatir el virus.

“Es el momento de usar todas las herramientas que tengamos para poder aumentar la producción, lo que incluye la transferencia de licencias y la exención de los derechos de propiedad intelectual. Es ahora o nunca”, declaró Ghebreyesus luego de que surgiera la discusión en la OMC que en principio tuvo el apoyo de India y Sudáfrica.

Desde entonces, los países con importantes farmacéuticas, como Estados Unidos, el Reino Unido, Australia, Noruega, Suiza, Brasil, Canadá, Japón y varios estados de la Unión Europea se habían pronunciado en contra de la medida.

Tai, quien representó hoy a Estados Unidos en la reunión del Consejo General de la OMC, concordó con el primer ministro indio, Narendra Modi, quien la semana pasada le hizo una llamada al presidente Biden para pedirle su apoyo.

Ante la advertencia de Ron Klain, Jefe de Gabinete de la Casa Blanca, quien dijo que veía más inconvenientes en la fabricación que en las patentes de las vacunas, Tai se preparó para la reunión del Consejo General de la OMC: habló con los representantes de las principales farmacéuticas de Estados Unidos, e incluso con Anthony Fauci, el inmunólogo de 80 años y actual asesor médico jefe de Biden.

¿Su conclusión?: “Esto no es solo un requisito de salud pública. Nuestra recuperación económica depende de ello”, dijo Tai.