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EE. UU. supera los 200 mil muertos por covid-19: ¿cómo explicarlo?
El país es el más golpeado por la pandemia en número de casos registrados y personas fallecidas. Cuatro claves para entender la difícil situación.
Estados Unidos es el país más afectado por la pandemia en cuanto al número de casos y muertos. Esta semana alcanzó la lamentable cifra de 200.000 fallecidos. Un número que predijeron algunos expertos como el médico Anthony Fauci, director del Centro Nacional para las Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, en marzo, y por lo cual fue señalado como alarmista.
Ahora, la realidad le muestra al país que las predicciones no eran desacertadas y que, incluso, se llegó a este número antes de lo pensado.
Desde el primer caso conocido en enero, un promedio mayor de 858 personas diarias murió por coronavirus, según un artículo de CNN. Y los expertos no auguran que las cosas mejorarán drásticamente. Algunos señalan que para principios de enero de 2021 otras 180.000 personas habrán fallecido.
A eso se suma los más de 7 millones de infectados que ha registrado Estados Unidos desde el inicio de la pandemia, según la Universidad Johns Hopkins. El único país con una cifra cercana es India, con más de 5.800.000 casos.
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Estas alarmantes cifras en uno de los países desarrollados y más ricos del mundo generan interrogantes. ¿Qué factores explican que sea el país más afectado por la pandemia?
Aquí 3 claves para entenderlo:
1. El gobierno de Donald Trump desestimó la pandemia y actuó muy lento
Desde que se conocieron los primeros casos, Donald Trump dijo que el coronavirus no era muy diferente a una gripa ordinaria y calificó de alarmistas a las autoridades de salud y otros sectores políticos que llamaban a tomar medidas. Incluso, por mucho tiempo, ni si quiera promovió el uso del tapabocas y fue el primero en salir en eventos públicos sin ninguna medida de autocuidado.
Y lo que es más grave, recientemente, un libro publicado por el periodista Bob Woodward revela que, en entrevistas con el mandatario, Trump reconoció que funcionarios de la Casa Blanca le habían advertido de la gravedad de la pandemia y que deliberadamente decidió quitarle importancia frente a la opinión pública para “no generar pánico”.
A estos comportamientos de parte del jefe de la Casa Blanca se sumó que las medidas que se tomaron para detener el contagio y mejorar la capacidad de reacción del país fueron muy lentas.
La primera de gran peso fue a principios de febrero, cuando Estados Unidos prohibió la entrada de extranjeros que hubieran visitado China en los últimos 14 días. Sin embargo, algunos señalan que estas decisiones no fueron acompañadas de preparativos más importantes.
Ronald Klain, coordinador de la respuesta de Estados Unidos al brote de ébola en 2014 en África, afirmó para The Atlantic: “Para principios de febrero, deberíamos haber desencadenado una serie de acciones de las cuales ninguna se hizo”. También añadió: “Trump podría haber pasado esas semanas cruciales promoviendo la producción masiva de pruebas, pidiendo a las empresas que fabricaran equipos de protección y ventiladores (…) En cambio, se centró en la frontera”.
2. Carencias del sistema de salud
Según epidemiólogos consultados por BBC Mundo, el sistema de salud de Estados Unidos –basado mayoritariamente en seguros privados– entorpece la detección temprana de casos positivos de coronavirus.
Además, no hay un sistema público de salud al que tenga acceso toda la población de manera gratuita. Por eso, si alguien acude al médico sin tener un buen seguro, las cuentas de cobro pueden ser millonarias, dependiendo del tratamiento al que sea sometido el paciente.
Según el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts, si una persona se rompe una pierna, puede terminar pagando hasta 7.500 dólares. Y en caso de que requiera 3 días de hospitalización, la factura podría ser de 30.000 dólares.
Este modelo del sistema de salud llevó a que miles de personas vulnerables y de bajos recursos en Estados Unidos, especialmente migrantes y afroamericanos, no acudieran a tiempo a centros médicos para ser diagnosticadas y tratadas por covid-19. Algunos que sí fueron denunciaron tener millonarias cuentas por pagar que los dejarían en la quiebra.
3. Reapertura precipitada
Después de que Estados Unidos entró en el momento más alarmante de la pandemia a principios de marzo, empezó a aconsejar a sus ciudadanos no salir a la calle y socializar. Unas semanas más tarde, algunas ciudades y estados decretaron cuarentena.
Sin embargo, a diferencia de muchas cuarentenas en Latinoamérica, que han sido de meses, el aislamiento y la parálisis de la vida en Estados Unidos fueron muy cortos. Para principios de abril, algunos estados comenzaron a reactivar sus economías y permitieron que los ciudadanos regresaran a sus actividades.
La reapertura, que para muchos fue precipitada, tuvo como resultado un pico de contagios en diferentes estados que no habían sido protagonistas en el primer momento de la pandemia. Así, para finales de mayo y principios de junio, Arizona, California, Florida y Texas tenían los mayores números de contagios.
4. La desinformación
Las noticias falsas y las teorías conspirativas también son un factor a tener en cuenta. Desde que empezó la pandemia, en Estados Unidos y todo el mundo ha circulado información que niega la gravedad del virus y afirma que las medidas de protección son estrategias de control social por parte de gobiernos y círculos políticos.
Por eso, muchas personas se han negado a seguir los cuidados básicos como el uso de tapabocas y el distanciamiento social. Incluso, ciudadanos estadounidenses llevaron a cabo manifestaciones contra las medidas. Además, la actitud complaciente de Donald Trump frente a estas expresiones y la campaña de desinformación que también llevó a cabo, especialmente desde sus redes sociales, deslegitimaron los llamados de las autoridades de salud.