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¿Efecto dominó? Estas son las consecuencia que dejó la caída de Silicon Valley Bank alrededor del mundo
La caída de Silicon Valley Bank y la posible quiebra del Credit Suisse generaron miedo en el mundo. Una crisis económica con efecto dominó se asomó en los escenarios más pesimistas. Esto fue lo que pasó.
En las políticas económicas se suele hablar mucho de esa teoría que sostiene que el aleteo de una mariposa en un lado del mundo puede ocasionar un tsunami en otro. ¿Pero qué pasa cuando son dos las mariposas que aletean violentamente? Esa fue la pregunta que se hizo el mundo esta semana, cuando dos bancos colapsaron a orillas distintas del océano. El temor se apoderó del planeta. Los vientos del pasado empezaron a sonar con fuerza y todos comenzaron a hablar de lo mismo: una debacle económica como la que se vivió en 2008 con Lehman Brothers.
Todo comenzó con el anuncio de la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB). Se trataba de una compañía financiera muy poco conocida en el público general, pero esencial en el mundo tecnológico de las startups. Era el decimosexto banco en Estados Unidos por tamaño de activos, con 209.000 millones de dólares y aproximadamente 175.400 millones en depósitos, al cierre de 2022.
La semana pasada, se sabía que el banco se desplomaba. Primero se hizo público que comenzaron a caer sus depósitos y luego que había vendido una cartera de 21.000 millones de dólares en valores financieros para asegurar sus reservas de efectivo. Los que tenían ahí su plata se asustaron y salieron corriendo a sacarla. Se calcula que sus usuarios hicieron retiros por 42.000 millones de dólares.
Esa situación dejó al SVB en entredicho. Y antes de que el Departamento de Protección Financiera e Innovación de California (DFPI) ordenara su cierre por insolvencia, la Bolsa de Nueva York ya había suspendido la venta de sus acciones. Los analistas le atribuyen a tres factores su mala racha: a la crisis de los gigantes de Silicon Valley, que han anunciado despidos masivos; al alza de tasas de interés que ha hecho la Reserva Federal y a la desaceleración de la economía del Tío Sam. Una tormenta perfecta.
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El prestigioso Financial Times hizo un crudo relato de cómo la empresa se resquebrajó por dentro. Le atribuyen gran parte de la culpa al ‘espíritu millennial’ de los directivos del SVB, que privilegiaba el buen vivir frente a las estrictas vidas que llevan los ejecutivos del sector financiero estadounidense. Mientras unos viven encorbatados en Wall Street, los jefes del SVB, en cambio, atendían por Zoom desde Hawái.
Se preciaban de ser modernos y nómadas digitales. “Este es un banco de la Costa Oeste que opera en el corazón de la innovación y es empático y dependiente de las relaciones… No somos despiadados como Goldman Sachs”, cita el medio británico que decía con orgullo uno de los líderes del banco californiano. Con esa filosofía, el SVB se hizo a más de la mitad de los clientes del sector de la tecnología.
El diario explica que se requiere un banco muy especial para trabajar con esos clientes, pues son negocios que no suelen resultar sino hasta después de cinco años. Para muchos de los empleados consultados por el Financial Times, el SVB daba una forma de vivir muy parecida a trabajar en Google o Facebook, en la que hay charlas para los empleados cada semana y todo tipo de alientos para ser feliz.
Cuando el banco naufragó, el temor fue total por el llamado efecto contagio, es decir, la posibilidad de que la situación del SVB produjera una caída en dominó de otras instituciones financieras. “Queremos asegurarnos de que los problemas que existen en un banco no creen un contagio a otros que son sólidos”, dijo la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen. La situación es tan grave que el presidente Joe Biden tuvo que salir a hablarles al país y al mundo. Lo primero que reafirmó es que su sistema bancario “es seguro” y que nadie perdería su plata. “Los contribuyentes no se harán cargo de las pérdidas”, enfatizó. Biden añadió que “la dirección de estos bancos será despedida”. Para este momento, ya otros dos bancos pequeños y expertos en criptomonedas, Signature Bank y el Silvergate Bank, también estaban viviendo una debacle.
No había pasado una semana cuando un gigante dejó ver sus heridas. Ya no era un banco de millennials emprendedores, sino el de muchos adinerados: el Credit Suisse. El miércoles, el segundo banco de Suiza registró su peor sesión de la historia en la bolsa y pidió auxilio: le dieron 50.800 millones de euros (53.700 millones de dólares). Muchos esperaban lo peor, pero al final no pasó. Y poco a poco, durante el cierre de la semana, el banco helvético se recuperó. En esa mala jugada había un elemento externo: el Banco Nacional Saudita, uno de sus mayores accionistas, se había negado a inyectarle capital.
Suiza no dejó que la situación del Credit Suisse produjera pánico. Por ahora, nadie cree que este banco –que forma parte de los 30 bancos internacionales considerados demasiado grandes para quebrar– rompa esa premisa. El país no quiere resquebrajar la confianza.
La pelea política
La caída del Silicon Valley Bank se da en medio de la extra politizada pelea entre demócratas y republicanos. Por los lados del presidente Biden, les han echado la culpa a las políticas regulatorias de Donald Trump. Los republicanos culpan al SVB, pero no por sus estrategias financieras, sino por impulsar inversiones progresistas, lo cual los llevó a la quiebra. De igual manera, dos de los precandidatos republicanos, Ron DeSantis y Nikki Haley, acusaron al mandatario de querer esconder las medidas de protección a los afectados por el rescate al banco.
Por ahora, el panorama parece más que incierto para el Gobierno estadounidense, que, saltándose un par de regulaciones, intenta proteger la confianza y el dinero de sus inversores para evitar una crisis parecida a la ocurrida en 2008, la cual hizo que los ojos del mundo se dirigieran a la posible inacción de la administración del entonces presidente republicano George W. Bush. Nadie quiere llevar ese legado a sus espaldas.
¿De vuelta a 2008?
Por ahora, nadie pronostica este escenario dantesco. Para muchos expertos, la diferencia más grande radica en la rapidez de acción del Gobierno estadounidense, que en tiempo récord respondió por el dinero de los inversores afectados y además se comprometió a prestar a los bancos que necesitaran liquidez para cumplir con las solicitudes de retiros de sus clientes; todo para apaciguar las alarmas mundiales.
El sistema financiero estadounidense está en una posición económica mucho más fuerte que la de hace 15 años, con lo que si bien muchos bancos registraron pérdidas millonarias en sus acciones, está lejos de poder provocar un efecto contagio como el de la crisis pasada que pueda generar la caída parcial del sistema.
No se ve un efecto dominó. “No hay un contagio directo y la posibilidad de un impacto indirecto es algo que debemos vigilar, pero de momento no vemos un riesgo significativo”, dijo el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni. Oxford Economics tampoco ve “riesgos sistémicos para el sector bancario”, pero pronostica una probable “recesión leve” a finales de 2023 en Estados Unidos. Moody’s, por su parte, aseguró que el efecto será limitado en los bancos de América Latina por la reducida exposición que tienen los bancos de la región a las instituciones afectadas.
La secretaria del Tesoro aseguró que este escenario de 2008 es improbable, precisamente gracias a que el país sobrevivió a esa tormenta. “Durante la crisis financiera hubo inversores y propietarios de grandes bancos que fueron rescatados... y las reformas que se han puesto en marcha significan que no vamos a volver a hacer eso”, aseguró. El mundo está alerta.
¿Y la reserva federal?
Tras la quiebra de los dos bancos estadounidenses, los ojos se posaron sobre la Reserva Federal, ya que se dice que la subida de las tasas de interés fue la que provocó la caída del Silicon Valley Bank (SVB) y del Signature Bank. Por lo que ahora se empiezan a estudiar cambios más estrictos en la supervisión de establecimientos de crédito medianos para evitar un nuevo episodio. Entre las medidas estarían restricciones de capital, revisión de liquidez y pruebas de estrés bancario, todo mientras revisan qué fue lo que falló en el banco californiano.
“Los acontecimientos en torno al SVB exigen una revisión exhaustiva, transparente y rápida por parte de la Reserva Federal”, dijo su presidente, Jerome H. Powell, en un comunicado, prometiendo reformas al sistema.
Criptomonedas al alza
Con el colapso del Silicon Valley Bank, para muchos inversores ahora parece más segura la inversión en criptomonedas, a pesar de la volatilidad de estos activos. Muestra de esto, es que después de la caída del banco estadounidense, el bitcóin, la criptomoneda por excelencia, subió su precio en 15 por ciento, llegando a su valor más alto desde junio, dando un salto de más de 5.000 dólares en su valor. De igual manera, el ethereum se alzó 9 por ciento.
Igualmente, muchas otras monedas digitales aumentaron su precio mientras el mercado global estaba en medio de alarmas por las quiebras bancarias. Muchos inversores en estos activos digitales esperan que sigan en alza después de duros meses en los que el precio de las criptomonedas había registrado caídas significativas.
Wall street al rescate
Son varios los bancos que quedaron en aprietos, y para evitar más bancarrotas, distintos sectores de Wall Street dieron más de 30.000 millones de dólares al First Republic Bank, que pasa por duros problemas económicos y que con las quiebras bancarias sus acciones habían colapsado. Bank of America, Wells Fargo, Citigroup y J. P. Morgan Chase formaron parte del rescate, dando alrededor de 5.000 millones de dólares cada uno para evitar que el sistema financiero norteamericano esté en duda y pierda inversores en todo el mundo.
“Esta muestra de apoyo por parte de un grupo de grandes bancos es muy bienvenida y demuestra la resistencia del sistema bancario”, dijeron las autoridades financieras estadounidenses en un comunicado, en muestra de alivio para los inversores.
Tiburón herido
Álex Torrenegra, empresario colombiano, famoso por sus apariciones en el programa de televisión Shark Tank, fue uno de los afectados por el cierre del Silicon Valley Bank al tener buena parte de sus ahorros empresariales y familiares en el banco.
En Twitter contó el desespero que vivió durante varias horas y cómo intentó salvar su dinero a toda costa. Incluso, cuando las personas empezaron a sacar su dinero del SVB, decidió comprar acciones del banco, sin saber que horas después quebraría y solo fue hasta muy tarde que se dio cuenta de su error y que estaba perdiendo dinero. A pesar de los momentos de angustia, al final tuvo tranquilidad con los anuncios del Gobierno estadounidense de que protegerán a todos los perjudicados.
El futuro de las startups
Con las bancarrotas, los únicos afectados no son los inversionistas millonarios, sino también empresarios pequeños. Las startups latinoamericanas tenían como gran aliado al ahora quebrado Silicon Valley Bank, por lo que con su caída no solo tendrán una dura repercusión en sus cajas, sino que ahora deberán buscar otras fuentes de financiación.
Según la plataforma PitchBook hay alrededor de 400 startups en la región que se encuentran en búsqueda de un banco para poder abrir sus cuentas, por lo que con el cierre del banco estadounidense, la tarea será mucho más difícil para los emprendedores suramericanos que no alcanzaron a sacar sus activos del SVB antes de su quiebra, que prendió alarmas. Para los pequeños empresarios el miedo no se ha ido.
¿Y colombia qué?
“En escenarios de incertidumbre hay una tendencia a buscar moneda refugio, y eso podría generar una elevación de la tasa de cambio”, explica el exministro de Hacienda y rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo. Para el economista, esto debe tener alertas a los eventuales impactos en el país. “Afortunadamente, Colombia ha tenido una estrategia de regulación con enorme seguimiento y control por parte de la Superintendencia, que garantiza una preparación de nuestro sistema financiero frente a riesgos externos”. Moody’s, por su parte, aseguró que los bancos latinos tienen una exposición limitada a la crisis, regulaciones estrictas y amplia liquidez, lo que protege al sistema en general.