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Ejecutan a tres personas en Irak por un atentado con camión bomba en 2016 que dejó más de 300 muertos
El atentado fue perpetrado cerca de un centro comercial en el barrio de Karrada, de mayoría chií
Las autoridades de Irak han confirmado la ejecución de tres personas condenadas por su papel en un atentado con camión bomba ejecutado en julio de 2016 en la capital, Bagdad, que se saldó con la muerte de más de 300 personas, ataque que fue reclamado por el grupo yihadista Estado Islámico.
El primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani, indicó que los tres condenados fueron ajusticiados entre el domingo y el lunes, según su oficina, que ha señalado que el anuncio ha tenido lugar durante una reunión con familiares de víctimas del atentado, perpetrado en el barrio de Karrada durante el mes de Ramadán.
Al Sudani ha descrito las ejecuciones como “el castigo justo” contra los “tres criminales clave”, antes de indicar que “todo veredicto judicial contra personas condenadas por terrorismo será aplicado sin titubear”, según el comunicado de su oficina, publicado a través de su cuenta oficial en la red social Facebook.
El atentado fue perpetrado cerca de un centro comercial en el barrio de Karrada, de mayoría chií, poco después de que terminara el ayuno diario con motivo del Ramadán. La mayoría de las víctimas murieron a causa del incendio desatado en el edificio a consecuencia de la potente explosión.
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Durante siete años, Mohamed de 23 años, ingirió unas diez tabletas de captagón diariamente, por lo que ahora quiere liberarse de una adicción que lo puede llevar a la muerte o a una prisión de Irak, donde se libra una guerra contra los estupefacientes.
País limítrofe de Irán, Siria y Arabia Saudita, Irak ha sido durante mucho tiempo un país de tránsito de las drogas, pero en los últimos años, se ha disparado el consumo. Para remediarlo, el Gobierno centra su atención en los toxicómanos y abrió tres centros de rehabilitación en al-Anbar (oeste), Kirkuk (norte) y Najaf (centro), en los que acoge a drogadictos que han sido arrestados, para separarlos de los traficantes en prisión. Una experiencia que las autoridades quieren extender a otras provincias.
Los narcóticos más comunes son la metanfetamina, que viene de Afganistán o Irán, y el captagón, de tipo anfetamínico, producido a escala industrial en Siria, que cruza la frontera con Irak para inundar las ricas monarquías del Golfo, principalmente Arabia Saudita, el más importante mercado de consumo.
El Centro de Rehabilitación social Al-Canal es una clínica de desintoxicación del Ministerio de salud, inaugurada en abril, en Bagdad, que recibe actualmente a unos cuarenta pacientes, que llegan por iniciativa propia. Uno de ellos es Mohamed, que toma diariamente entre “diez y doce” pastillas de captagón, dice bajo seudónimo.
“Te hace dinámico, te da energía y te mantiene despierto”, dijo a AFP este chico proveniente de Al-Anbar, una provincia desértica del oeste de Irak, fronteriza con Siria y agrega que “está en todas partes”, ya que una pastilla vale dos dólares.
Pasó dos semanas en el Centro, volvió a casa y más tarde regresó al centro temiendo volver a caer en la tentación, porque el captagón “te lleva a la prisión o a la muerte”, asegura este empleado de una tienda de alimentación.
*Con información de AP