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El Amazonas de Brasil está al borde de ser controlada por criminales
El ‘pulmón del mundo’ se convertiría en lugar donde el conflicto armado sería el pan de cada día. La advertencia proviene desde un ex uniformado.
La selva del Amazonas, una región natural que comprende siete millones de km2 extendiéndose por más de cinco países en Sudamérica, famosa por albergar el 20 % de la fauna conocida a nivel mundial, además de irse convirtiendo en un destino muy codiciado por los turistas y que cuenta con varias comunidades indígenas las cuales no ha tenido contacto con la civilización occidental, podría ser el nuevo foco de actividades relacionadas con la mafia.
Alexandre Saraiva, un ex-policía que trabajó en el Amazonas brasileño por diez años, hasta el 2021, alertó que la región de la Amazonía estaría a punto de convertirse en un foco de inseguridad y de actividad criminal nacional y regional debido a que las bandas ilegales estarían haciendo de las suyas para silenciar a las personas que han hecho denuncias en contra de la deforestación incontrolada y la ganadería excesiva.
La prueba de que el Amazonas ya ha comenzado a lidiar con estos problemas es el doble asesinato en 2022 del periodista británico, Dom Phillips, y del indígena brasileño, Bruno Pereira, quienes se destacaban por denunciar los actos de deforestación ilegales que se daban en la selva e investigar quienes estaban detrás de estos acontecimientos.
Debido a la muerte de estos dos ambientalistas, se creó el Proyecto Bruno y Dom con el fin de seguir en la lucha por los derechos ambientales de la región amazónica. Gracias a este proyecto, se han podido conocer datos alarmantes expuestos por el Foro Brasileño de Seguridad Pública para 2022.
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Dentro de los nueve Estados brasileños en donde la selva amazónica se esparce, la tasa de homicidios fue 50% más alta que en el resto de la nación, llegando a ocho mil muertes registradas en peleas, riñas y enfrentamiento de bandas por controlar el terreno.
Específicamente, en el Estado de Amazonas, donde los dos ambientalistas se encontraban realizando sus trabajos, se presentaron más de 1400 asesinatos; allí la tasa de homicidios fue 74% mayor a la media nacional.
A pesar de que el 2022 no fue tan devastador como el 2021, donde se registraron 1.571 homicidios, se entiende que la región está azotada por las bandas criminales que quieren hacerse de la flora y fauna del Amazonas para intereses individuales y lucrarse de las especies nativas, la tala de árboles e incluso de extorsiones para que a los trabajadores se les permita labrar la tierra.
Por medio de seguimientos policiales, se sabe que las dos bandas criminales más peligrosas de Brasil, el Primer Comando Capital (PCC) y el Comando Rojo (CV) provenientes de São Paulo y Río de Janeiro, están presentes en los nueve Estados amazónicos: Acre, Amapá, Pará, Rondônia, Roraima, Tocantins, Mato Grosso, Maranhão y el Amazonas, lo que agrava la violencia en esta parte de Brasil aún más.
La provocación de incendios en el bosque para que el suelo sea apto para la ganadería es uno de los delitos más usuales que se presentan en esta región, sin embargo, al no existir un castigo ejemplar, las bandas criminales lo siguen haciendo sin problema, explica la comunidad del Amazonas.
Los límites que el Amazonas brasileño tiene con Perú y Colombia facilitan el tráfico de droga, en especial de cocaína, aseveró el presidente del Foro de Seguridad, Renato Sérgio de Lima, lo que convierte este ingreso en un seguro para los criminales en caso de que la madera extraída de los árboles y las extorsiones no sean suficiente.
El ex-policía Saravia finalmente expresa que ‘‘El crimen organizado se está diversificando hacia otras actividades ilegales que la sociedad brasileña tiende a ver como delitos menores’’, por lo que la normalización de estos actos mafiosos podrían desencadenar que buena parte de la población amazónica trabaje en pro de los criminales y no en desarrollar la comunidad y sus Estados dentro de los límites de la ley.