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El ambiente con el que inicia el diálogo entre el Gobierno y la oposición de Venezuela para resolver la crisis

Es la quinta vez que el Gobierno de Maduro y la oposición emprenden un ejercicio similar. Esta vez las expectativas están puestas en llegar a primeros acuerdos antes de las elecciones de noviembre.

14 de agosto de 2021
El ministro de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, segundo a la izquierda, se acerca para estrechar la mano del delegado de la oposición venezolana, Gerardo Blyde Pérez, flanqueado por el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, a la izquierda, y el diplomático noruego Dan Nylander, en la Ciudad de México, el viernes 13 de agosto. , 2021. El gobierno de Venezuela y su oposición están listos para iniciar un nuevo diálogo esta semana buscando un cambio en el prolongado enfrentamiento político de la nación sudamericana. (Foto AP / Marco Ugarte)
El ministro de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, segundo a la izquierda, se acerca para estrechar la mano del delegado de la oposición venezolana, Gerardo Blyde Pérez, flanqueado por el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, a la izquierda, y el diplomático noruego Dan Nylander, en la Ciudad de México, el viernes 13 de agosto. , 2021. El gobierno de Venezuela y su oposición están listos para iniciar un nuevo diálogo esta semana buscando un cambio en el prolongado enfrentamiento político de la nación sudamericana. (Foto AP / Marco Ugarte) | Foto: AP

En la tarde de este viernes y en territorio mexicano, delegados del Gobierno y de la oposición de Venezuela firmaron un acuerdo que formaliza el inicio de un diálogo para resolver la grave crisis política y económica del país.

El “memorando de entendimiento” fue suscrito por Jorge Rodríguez, a nombre del gobierno del presidente Nicolás Maduro, y Gerardo Blyde, por la llamada “Plataforma Unitaria”, acompañados del canciller mexicano, Marcelo Ebrard, y el facilitador noruego Dag Nylander.

Este camino, que escribe su inicio en México, busca una nueva negociación con miras al levantamiento de sanciones y elecciones presidenciales. Tras los fallidos diálogos de Barbados, en 2019, y República Dominicana, en 2018, la mesa fue instalada en el Museo Nacional de Antropología, en Ciudad de México.

Las delegaciones se volverán a ver el 30 de agosto para discutir una agenda de siete puntos que no prevé la salida del poder del presidente socialista Nicolás Maduro, a quien la oposición acusa de haberse reelegido fraudulentamente en 2018 para un periodo de seis años.

El jueves, el mandatario advirtió que no cederá a “chantajes ni amenazas” de Estados Unidos, que le exigió “discusiones sinceras” para resolver los problemas de la otrora potencia petrolera. Washington reconoce como presidente encargado a Juan Guaidó, quien se proclamó como tal en 2019 cuando lideraba el Parlamento, hoy en manos del chavismo.

“Venezuela necesita (...) una solución”, escribió este viernes Guaidó en Twitter. En su intento por asfixiar a Maduro, el expresidente republicano Donald Trump impuso una batería de sanciones al país –incluido un embargo petrolero–, que el gobierno del demócrata Joe Biden ofrece aliviar si la negociación avanza hacia nuevos comicios.

Canadá y la Unión Europea también se declaran dispuestas a revisar sus medidas punitivas. Pero Maduro insiste en que “Venezuela va al diálogo de México (...) de manera autónoma e independiente y no se somete a chantajes ni amenazas del gobierno de Estados Unidos”.

Las presidenciales

El gobernante, elegido en 2013 tras la muerte de Hugo Chávez, se aferra al poder con el apoyo de los militares, Cuba, China y Rusia, pese al derrumbe económico. El producto interno bruto del socio de la OPEP se redujo 80 % desde 2014 y en el país rige una dolarización de facto ante la destrucción de la moneda local.

Maduro atribuye la debacle a las “sanciones criminales” que, según él, impiden, entre otras cosas, la compra de suficientes vacunas contra la covid-19. A raíz de la crisis, cinco millones de venezolanos se han visto forzados a migrar.

Por su parte, la oposición exige un cronograma que conduzca a elecciones presidenciales con garantías, además de la liberación de políticos presos como el exdiputado Freddy Guevara, detenido poco antes de las conversaciones. Los adversarios de Maduro asisten como una “Plataforma Unitaria”, intentando superar sus históricas divisiones para enfrentar al chavismo.

De hecho, el bloque difiere sobre la posibilidad de participar en los comicios regionales del próximo 21 de noviembre. Alegando falta de garantías, en 2018 y 2020 la oposición boicoteó las votaciones presidenciales y parlamentarias, dejando el camino libre al oficialismo que controla todos los poderes del Estado.

“Puede haber una flexibilización de algunas sanciones (...) vinculadas a temas humanitarios” y “ceder en temas como los presos políticos o del reconocimiento institucional de la oposición”, pero Maduro “no está a punto de salir del poder”, estima Luis Vicente León, director de la encuestadora venezolana Datanálisis.

Pragmatismo

Para Pedro Benítez, analista político y profesor universitario venezolano, las partes pondrían alcanzar acuerdos si admiten que “ninguno de los dos puede aplastar al otro”.

Maduro estará representado por una comitiva encabezada por Jorge Rodríguez, presidente del Parlamento, y su hijo y diputado Nicolás Maduro Guerra.

En tanto, la oposición contará con una delegación encabezada por el político y abogado Gerardo Blyde y dirigentes como los exdiputados Julio Borges –representante de Relaciones Exteriores de Guaidó–, Tomás Guanipa y Stalin González.

*Con información de la AFP.