EL CAOS COMO ESTRATEGIA

¿La operación "Paz para Galilea" fue un triunfo para Israel?

31 de enero de 1983

Desde el alto al fuego firmado por Israel y la OLP, el 24 de julio de 1981, ninguna operación había sido señalada en la frontera árabe-israelí. Pero esa "paz" era frágil. El gobierno de Tel Aviv había hecho saber que cualquier atentado, en cualquier parte, sería considerado como una violación del acuerdo. En esas condiciones, el asesinato del embajador israelí en Londres, Shlomo Grgov, el 3 de junio pasado, y los disparos palestinos sobre Galilea para responder a bombardeos efectuados por Israel el 4 y 5 de junio sobre Beirut y el sur de Líbano --que causaron 250 muertos y varios centenares de heridos-- suministraron la oportunidad al alto mando israelí para ejecutar el proyecto de invadir el Líbano.
De hecho, tal invasión había sido preparada, dijo el general Sharon, "desde (su) nombramiento como ministro de la Defensa". Tres días antes de cruzar la frontera, el mismo general explicó las razones de dicho proyecto al declarar: "El peso político de la OLP ha sido parcialmente neutralizado por los acuerdos de Camp David. Pero no es suficiente. Debemos obrar por su destrucción definitiva".
Esta precisión terminó mostrando las verdaderas motivaciones de la operación "Paz para Galilea": no se trataba, como Begín había afirmado al presidente Reagan, de "limpiar de terroristas (palestinos) una zona de cuarenta kilómetros hacia el norte", sino de una incursión cuyo principal móvil era tratar de cambiar, por la fuerza de las armas, el mapa político del Medio Oriente.
Tras un cruento cerco y duras batallas, derrotados militarmente, pero gozando de un apoyo diplomático sin precedentes, los palestinos dejaron Beirut, entre el 21 y el 31 de agosto, bajo la protección de una "fuerza multinacional de interposición" formada por soldados norteamericanos, franceses e italianos.
Paralelamente, los diputados libaneses eligieron, el 23 de agosto, a Bechir Gemayel como presidente de la República. Temido y temible, su asesinato el 14 de septiembre favoreció sin embargo, la nueva invasión de Beirut por parte de las tropas del general Sharon. Esa intervención facilitó la matanza perpetrada por la Falange Cristiana en los campamentos palestinos de Sabra y Shatila.
Para Israel, "Paz para Galilea" parece ser la peor "operación" de su historia. El actual gobierno logró --como se lo había propuesto-- la expulsión de la OLP del Líbano, pero políticamente fue la organización palestina quien ganó la batalla. La OLP no sólo logró deshacerse de la tutela de ciertos países árabes sino que, gracias a su "discreción", logró convertirse en interlocutora directa de sus propios intereses.-