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El colmo: intruso demandó a familia que secuestró por entregarlo a la Policía
La pareja había presentado una demanda contra el asaltante por 75.000 dólares. El hombre protagonizó una persecución policial que, igual, lo condujo a la cárcel.
La realidad supera la ficción en un sinnúmero de ocasiones, y justamente eso fue lo que rodeó a una familia estadounidense en Kansas cuando vio irrumpida su tranquilidad de la forma más inesperada. Se trata de Jared y Lindsay Rowley, una pareja que en 2019 acaba de casarse y empezar a construir un ‘idilio’ de amor.
Sin embargo, la felicidad se vio empañada cuando Jesse Dennis Dimmick llegó a sus vidas, prófugo de un delito. La pareja fue amedrentada con un cuchillo para que lo dejara entrar en su casa, sin imaginarse la razón que llevó a que aquel individuo buscara cuanto antes un refugio por la fuerza.
Todo comenzó el 12 de septiembre de aquel año, cuando se detonó una persecución contra el sujeto por su supuesto vínculo con la muerte de un hombre en un motel. Se presumía que el cuerpo de un hombre negro reposaba en las instalaciones, por lo que la Policía de Aurora recibió una llamada que dio comienzo a una red para dar con el paradero del responsable.
El asesinato que marcó el rumbo
Las pesquisas condujeron a que en el asesinato de esa persona, identificada como Michael Levar Curtis, se determinara que eran dos los sospechosos: Jesse Dennis Dimmick (en ese momento de 23 años), y Shayne Michael Miller (13 años mayor). Entre los dos se las habían arreglado para convencer a Levar de acompañarlos a un motel, invitación que fue aceptada.
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City of Topeka, Shawnee County continue fight over fugitive Jesse Dimmick's medical bills: https://t.co/71sdPKJ6PU pic.twitter.com/QWIrsNmdyU
— CJOnline (@CJOnline) May 14, 2016
Las investigaciones concluyeron que había sido el primero quien acabó con la vida de ese hombre. La Fiscalía señaló que, tras consumir estupefacientes con la víctima, Dimmick había tomado un arma blanca con la que lo hirió hasta provocarle la muerte. Una vez las autoridades llegaron a la calle East Colfax Avenue comprobaron que yacía un individuo sin vida.
En ese momento comenzó la odisea para que el autor y su cómplice estuvieran tras las rejas lo más pronto posible. Esa intención rendiría frutos, pero no de manera inmediata como se esperaba, pues aunque uno de los presuntos responsables ya estaba bajo custodia, el otro seguía en libertad.
En casa con un delincuente
Tras él se emprendió una búsqueda que concluiría a kilómetros de distancia en Dover, Kansas, cuando Dimmick llegó a la residencia de una joven pareja y se estableció allí como su lugar “perfecto” de escapatoria. Cuando creyó que todo estaba resuelto, pues se le había dado comida y hasta un lugar para descansar, las cosas tomaron otro rumbo.
En un momento de descuido, el fugitivo se durmió y los esposos aprovecharon para escapar de allí y contactarse con las autoridades. Una vez la Policía llegó a la casa, el sujeto intentó volver a huir, pero esta vez fue un intento fallido, pues una bala en la espalda frustró sus planes.
Un año después, Dimmick fue encontrado culpable de delitos relacionados con secuestro y, en ese caso, recibió una pena de 11 años de cárcel en el Departamento Correccional de Kansas, según informó The Denver Post. Aún quedaban pendientes los cargos por el asesinato de Colorado. En la audiencia la abuela del victimario, Barbara Pearson, apeló a que su nieto no era mentalmente competente cuando le quitó la vida a Michael Levar y que días antes había percibido un comportamiento inusual.
“Estaba drogado. Estaba loco (...). Él no era la persona que conocía como Jesse”, sostuvo. Por esa muerte fue sentenciado a 37 años de prisión.
La demanda hacia las víctimas
Las víctimas del usurpador lo demandaron por 75.000 dólares y, en respuesta, Dimmick presentó una contrademanda alegando que se había roto un contrato verbal acordado cuando llegó a la casa de los recién casados. Según él, estos se había comprometido a procurar su protección que incluía no entregarlo a las autoridades, a cambio de dinero (no especificado).
El ahora convicto esperaba conseguir 160.000 dólares como reparación para solventar los gastos del hospital y un monto adicional por las “afectaciones y dolor” generado. La pareja desmiente que alguna vez haya accedido a un pacto con él y el abogado que los representó comentó que, si hubiera sido así, no tendría efecto porque se habría establecido a la fuerza.
Finalmente, y de acuerdo con lo recopilado por The Denver Post, la demanda del también acusado por asesinato fue desestimada.