Angela Merkel
Chancellor Angela Merkel arrives for a meeting of her Christian Union parties faction meeting at the Reichstag building In Berlin, Germany, Tuesday, Sept. 8, 2020. (Michael Kappeler/dpa via AP) | Foto: AP

MUNDO

Coronavirus aterra a Alemania: ¿qué pasó en el país que mejor controlaba la covid?

Angela Merkel anunció medidas “duras y difíciles” ante el incremento de casos en ese país. Hasta las reuniones familiares fueron limitadas. El Viejo Continente sufre de nuevo. “No escuchen a aquellos que trivializan y aplacan. Es serio”, sostuvo.

28 de octubre de 2020

Durante toda la pandemia, hubo un país que siempre fue un ejemplo: Alemania. Su organización, su respuesta rápida y su sistema de salud permitieron que durante los primeros meses, mientras sus vecinos claudicaban ante el virus, ellos estaban en capacidad incluso de recibir a los enfermos de naciones vecinas. Aunque toda la economía en el Viejo Continente estaba impactada, Alemania no cerró sus actividades completamente.

Mientras la crisis del COVID-19 todavía tiene en sus garras a otros países industrializados, la economía alemana parece haber aprendido relativamente rápido a convivir con el coronavirus. Estos son los motivos.
Mientras la crisis de covid-19 todavía tiene en sus garras a otros países industrializados, la economía alemana parece haber aprendido relativamente rápido a convivir con el coronavirus. | Foto: DW

Por eso, el anuncio de Angela Merkel este miércoles causó impacto. La líder de ese país anunció medidas drásticas: el cierre por un mes de restaurantes y sitios de ocio, acompañadas de ayudas de hasta 10.000 millones de euros (11.750 millones de dólares) para que la economía enfrente el choque.

Estas medidas “duras y difíciles” buscan “frenar el elevado ritmo de propagación del virus”, declaró la canciller en conferencia de prensa. “Debemos actuar y es ahora” para evitar encontrarnos “en un estado de urgencia sanitaria”, añadió.

Subrayó que las nuevas reglas se aplican a nivel nacional tras un acuerdo logrado en una reunión de crisis con los jefes de gobierno de las 16 regiones alemanas competentes en materia sanitaria. Los jefes regionales se volverán a reunir en dos semanas para examinar su eficacia y, si es necesario, ajustarlas.

Berlín. | Foto: AP

En detalle se anunció el cierre, a partir del lunes, de restaurantes, instituciones culturales y el sector de ocio, como los cines, salas de concierto y teatros, o las piscinas. Las restricciones, comunicadas el miércoles, durarán hasta final de mes. Las reuniones solo podrán ser de un máximo de 10 personas de dos hogares distintos. Las escuelas y comercios podrán, sin embargo, permanecer abiertos, explicó la canciller Angela Merkel tras la reunión.

Todas las competiciones deportivas profesionales se celebrarán a puerta cerrada, mientras que las de aficionados quedan prohibidas. Los ciudadanos son invitados a evitar todos los desplazamientos inútiles y las estadías en alojamiento quedan reservadas a “fines no turísticos”.

Se trata para los responsables alemanes de salvar el periodo de las fiestas de fin de año. El objetivo es “interrumpir rápidamente la dinámica de contagios para que no sea necesaria ninguna restricción a gran escala en los contactos personales y la actividad económica durante las vacaciones de Navidad”, precisa el proyecto de acuerdo.

“La esperanza es tener la situación controlada antes de Navidad” y evitar un reconfinamiento total de varias semanas, subraya una fuente cercana al gobierno en Berlín. La mayoría de los mercados de Navidad, tan apreciados en Alemania, ya fueron anulados por la pandemia.

Incluso si el país atraviesa esta situación mejor que otros países europeos como Francia o España, como fue el caso durante la primera ola entre marzo y junio, el mapa de Alemania va poco a poco tiñéndose de rojo.

¿Qué pasó?

Los nuevos contagios de covid-19 subieron a los 10.000 casos diarios, y el miércoles se alcanzó un récord de 14.964 en 24 horas, según el instituto de control epidemiológico Robert Koch. “Tendremos probablemente unos 20.000 nuevos contagios a partir del fin de semana”, advirtió el ministro de Economía conservador Peter Altmaier.

“La situación es muy grave. Las medidas aplicadas no bastan para frenar la tendencia”, había constatado antes de la reunión Armin Laschet, jefe de gobierno de la región más poblada de Alemania, Renania del Norte-Westfalia.

Para el dirigente de Baviera (sureste), el popular conservador Markus Söder, las medidas representan “una terapia de cuatro semanas”. El Gobierno no había dejado en estos últimos días de pedir a los alemanes que se queden en casa lo más posible.

Quince día atrás, Angela Merkel y los dirigentes regionales decidieron limitar el número de participantes en reuniones privadas, consideradas como focos de contagio, y ampliar el uso de mascarilla. Pero fracasaron en su intento de ponerse de acuerdo sobre una estrategia común. Merkel se declaró “insatisfecha”, una declaración pública poco común en ella.

Como en toda Europa, el temor es dar un nuevo golpe a una economía convaleciente, y las nuevas restricciones, incluso menos severas que en primavera, podrían ser fatales para muchas pequeñas empresas.

“Se vienen meses muy muy duros”

La canciller alemana ha sido muy sincera con sus compatriotas. “Nos esperan meses muy, muy difíciles”, advirtió Merkel el domingo por la tarde en una conferencia interna con los jefes del grupo parlamentario conservador de los estados federados, según publica este lunes el diario Bild.

La canciller se mostró preocupada, además, con la reunión el próximo día 30 con los poderes regionales y dijo no tener “una sensación muy buena”. “Así no puede continuar”, dijo, y advirtió que cuenta con que los contagios sigan aumentando con fuerza y que al menos hasta febrero habrá que renunciar a eventos de mayores dimensiones también en espacios exteriores.

Culpó en gran parte a los viajeros del aumento de contagios al asegurar que “ha pasado por los viajes de vacaciones”. El diario subraya que Merkel no se refirió en ningún momento de manera expresa a un segundo parón de la vida pública, pero sí que dejó clara su convicción de que el virus no se puede controlar “con medios sencillos”.

Merkel volvió a apelar el sábado a la población a reducir los contactos ante el repunte de contagios por coronavirus y lo hizo repitiendo su videomensaje de la semana anterior, porque cada una de las palabras pronunciadas en ese pódcast “siguen teniendo vigencia”, defendió.

El uso del tapabocas en la nueva realidad
La canciller alemana, Angela Merkel, se quita la mascarilla cuando llega a la reunión semanal del gabinete del Gobierno alemán en la Cancillería en Berlín, Alemania, el miércoles 7 de octubre de 2020 Foto AP / Markus Schreiber, Pool | Foto: AP

“Mi convicción fundamental no ha cambiado, solo que hoy me resulta aún más urgente: no somos impotentes ante el virus, nuestro comportamiento decide cuánto y cuán rápido se propaga. Y lo que tenemos que hacer ahora todos es reducir contactos. Reunirnos con mucha menos gente”, dijo.

También el ministro de Sanidad alemán, Jens Spahn, llamó el domingo a la población a colaborar para contener la pandemia en un mensaje de video grabado en su casa, donde guarda cuarentena tras dar positivo por coronavirus el miércoles pasado.

“Por favor, sigan ayudando, y no escuchen a aquellos que trivializan y aplacan. Es serio. Sabemos lo que puede causar ese virus, precisamente en personas con enfermedades previas y en los más mayores”, manifestó.

*Con información de la AFP y DW.