Entrevista
“El desafío es grande y somos conscientes de ello”: Juan Guaidó expresa su deseo de una nueva Venezuela si cae la dictadura de Maduro
El exmandatario interino del vecino país habla que es posible una salida del poder del dictador con una participación masiva. Así mismo, asegura que quiere ser parte de la reconstrucción del país si Edmundo González asume como presidente.
SEMANA: ¿Cómo vive estas elecciones en Venezuela?
Juan Guaidó: Estamos muy pendientes del evento del 28 de julio en Venezuela. Es difícil llamar a esto una elección, cuando vemos que los principales opositores están perseguidos judicialmente, detenidos, y enfrentan graves amenazas. Sin embargo, a pesar de estos obstáculos, hemos avanzado con valentía en las calles y en el escenario internacional. Aceptamos y asumimos una candidatura unitaria para tratar de unificar nuevamente el país.
La elección del 22 de octubre representa una oportunidad crucial. Aunque yo esté en el exilio y perseguido por la dictadura, seguimos apoyando a nuestra gente y buscando recuperar la democracia. Sabemos que Nicolás Maduro intentará hacer trampas y arrebatar la elección, pero puedo afirmar con certeza que ya ha perdido. Sus aliados lo están dejando solo, y aunque algunos, como Gustavo Petro y Alberto Fernández, han hecho comentarios sobre la situación, aún falta que Gustavo Petro se pronuncie.
SEMANA: ¿Cuáles son los riesgos de que Nicolás Maduro efectivamente se robe las elecciones o no reconozca los resultados, a pesar de las encuestas que colocan a María Corina Machado y a Edmundo González con una amplia ventaja?
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J.G.: Maduro no puede simplemente robarse la elección por varias razones. Primero, existe una mayoría evidente en el pueblo venezolano que busca un cambio. Contamos con testigos, movilización y la voluntad de todo un pueblo para lograrlo. Aunque Maduro podría intentar arrebatar la victoria, la diferencia en las encuestas es significativa. A pesar del miedo que aún existe en Venezuela, sabemos que Maduro está derrotado y hay una oportunidad para una transición pacífica y democrática.
La clave está en las fuerzas armadas. La transición depende de quienes aún sostienen a Maduro. La falta de apoyo internacional y la presión sobre Maduro son signos de su creciente aislamiento. Gustavo Petro, que ha sido ambiguo en sus declaraciones, aún no ha tomado una posición clara sobre la democracia en Venezuela.
SEMANA: ¿Qué pide a la comunidad internacional para el 28 de julio, considerando los riesgos de fraude y el posible rechazo de los resultados?
J.G.: La comunidad internacional ha mostrado un amplio respaldo, con casi 60 naciones exigiendo elecciones justas y libres en Venezuela. Necesitamos que estén pendientes y exijan respeto por los resultados. Es crucial que se respete la voluntad del pueblo y que la transición se realice en paz y con estabilidad. La comunidad internacional tiene un papel importante en apoyar esta transición y garantizar que se respete el resultado.
SEMANA: ¿Qué piensa sobre la falta de pronunciamiento de Gustavo Petro respecto a las elecciones y la posición de Nicolás Maduro?
J.G.: Estamos a días del 28 de julio y Gustavo Petro, nuestro principal vecino y país hermano, no se ha pronunciado. Hemos escuchado a Lula y Alberto Fernández, entre otros, pero Petro aún no ha tomado una posición clara. Petro ha sido ambiguo en sus declaraciones y su falta de pronunciamiento sobre la democracia en Venezuela es preocupante. Es momento de que se ponga al frente y defienda los derechos democráticos, ya que la relación entre Colombia y Venezuela afecta directamente la paz y estabilidad en la región.
SEMANA: ¿Qué opinión tiene sobre los candidatos opositores María Corina Machado y Edmundo González?
J.G.: Ambos representan valentía, coraje y liderazgo. María Corina Machado y Edmundo González están liderando la oposición y enfrentando grandes riesgos. La unidad está en sus manos y en la de los venezolanos. El 28 de julio, es vital que cada ciudadano defienda su voto y asegure que sea respetado. La participación de todos es crucial para enfrentar la dictadura.
SEMANA: ¿Cómo planean cuidar los votos y garantizar la transparencia de las elecciones, dados los temores de fraude?
J.G.: El factor más importante sigue siendo el ciudadano. Es crucial que cada votante esté presente en su centro de votación y custodie el proceso. Debemos asegurarnos de que cada voto sea contado, registrado y transmitido correctamente. La vigilancia ciudadana es clave para reflejar el verdadero resultado de la elección.
Electoralmente, hemos tenido triunfos importantes, incluso bajo dictadura. El más significativo fue cuando logramos arrebatarle la Asamblea Nacional al régimen de Maduro. No fue un regalo; la ganamos. Construimos una mayoría que ejercimos con mucha conciencia, y en ese momento logramos construir unidad y un acuerdo de gobernabilidad parlamentaria. Eso es lo que debemos reflejar el domingo: la unidad de los partidos, de la sociedad civil y de cada venezolano que va a expresar su decisión de cambio. No se trata solo de ir a votar y esperar un resultado; es fundamental defender ese voto y asegurar que sea respetado, a pesar de que el régimen de Maduro intente manipular los resultados.
SEMANA: Nicolás Maduro ha amenazado con un baño de sangre o guerra civil si pierde. ¿Qué opina de estas declaraciones?
J.G.: No es una amenaza vacía; ya lo han hecho antes. Han asesinado a jóvenes protestantes, torturado a militares y civiles, y torturado hasta la muerte. El caso del capitán Acosta Arévalo y el caso de Fernando Albán, que fue torturado y simulado como suicidio, son ejemplos de esto. Ellos mismos lo reconocieron después de que se iniciara la investigación de la Corte Internacional. Esta amenaza no es vacía, como lo demuestra el historial del régimen de Nicolás Maduro.
Ahora, hay un factor importante aquí, que es la fuerza armada. Si Maduro espera que la fuerza armada actúe como su verdugo o reprima al pueblo, la dictadura se está equivocando. Esa base de la fuerza armada sigue teniendo los mismos problemas que todo venezolano. Estoy seguro de que, aunque la dictadura se equivoca, debemos ser responsables y estar preparados para cualquier incidente. Es crucial que el 28 de julio se respete la expresión popular del pueblo. Esta elección es una oportunidad para que se exprese el poder originario del pueblo, y eso será lo que se verá el próximo 28 de julio.
SEMANA: ¿Podría haber una negociación para la salida del régimen de Maduro?
J.G.: Hay varias referencias a esto recientemente, como la mención de Elliot Abrams, quien fue enviado especial para Venezuela durante la administración del presidente Trump. También hemos escuchado hablar de diversas formas de salida, como puentes de plata o puentes de oro. Lo importante en este momento es el bienestar y el progreso de Venezuela, así como recuperar la democracia. No me corresponde adelantar criterios específicos sobre qué se podría ofrecer al régimen.
Pero si hemos escuchado a Edmundo González y a María Corina Machado hablar de que una negociación es posible y que una transición en paz es factible. Estoy seguro de que, si se llega a una negociación, la posibilidad de una transición efectiva y la recuperación de la democracia será una realidad y se podrá lograr.
SEMANA: En caso de que Edmundo González gane y se posea como presidente, ¿cuáles serían sus primeras prioridades?
J.G.: Mira, cada vez que mencionas eso, se me dibuja una sonrisa en la cara. Estoy seguro de que la mayoría de los colombianos piensan en la transición y en la recuperación del país. No solo en términos de salud y alimentación, sino también en el regreso a casa, en estabilizar el sistema energético venezolano, en repotenciar el aparato productivo nacional y en lo que significa el petróleo como palanca de desarrollo para Venezuela y el continente. Hay muchas prioridades porque son muchos los problemas.
Sin embargo, será esencial atender la emergencia, que sigue presente en Venezuela. Seguimos viendo el flujo migratorio y las amenazas regionales, así como los problemas de seguridad y la penetración de grupos armados irregulares. Vamos a necesitar ayuda del continente entero y de nuestros hermanos para reconstruir. A pesar de los desafíos, existe la posibilidad de encontrar en Venezuela y entre los venezolanos la fuerza para un renacimiento y un futuro mejor.
De nuevo, son muchos los problemas que enfrenta hoy nuestra gente. La situación general incluye la dictadura, la presencia de grupos irregulares y el crimen organizado. En Venezuela, sabemos con certeza que debemos enfrentar estos problemas día a día. Primero, debemos atender a la gente y luego estabilizar un gobierno de transición que responda a las necesidades de los venezolanos. Este gobierno debe llevarnos a recuperar la democracia y restablecer los poderes públicos. Es probable que celebremos una nueva elección, seguramente un año después.
Así que el reto es grande, y somos conscientes de ello. Queremos que todos los colombianos, nuestros hermanos en Colombia, también lo sepan. Estamos preparados para enfrentar lo que venga. Los últimos años han sido cruciales para la construcción de unidad, gobernabilidad e incluso en nuestro relacionamiento con la comunidad internacional. Todo esto nos ha preparado para llegar a este punto.
SEMANA: ¿Le gustaría ocupar algún puesto en un eventual gobierno de Edmundo González?
J.G.: Yo fui presidente del Parlamento Nacional, jefe de la fracción de la unidad, y presidente encargado de Venezuela gracias al respaldo de 60 países y de los venezolanos. Mi gran intención es regresar a mi país de manera segura, para que mis hijas y mi familia, que fueron forzadas al exilio, puedan volver también. Esta es una oportunidad inmensa para los venezolanos y para el continente entero de recuperar la democracia en Venezuela.
Por supuesto, estaría a la disposición de Venezuela, como siempre lo he estado, sin ningún tipo de interés personal. Ya he ocupado cargos honorarios en diferentes etapas de mi vida. Como decía el Libertador Bolívar, el título de ciudadano venezolano en libertad es el mejor título que puedo tener. Lo cambio por cualquier cargo en este momento.
SEMANA: ¿Cómo están viviendo desde lejos este proceso democrático? Estar lejos y no poder estar con las plazas y la gente apoyando a María Corina y Edmundo González.
J.G.: Estar en el exilio es una situación agridulce, sobre todo para un perseguido político que no quiere irse de su país, sino que ha sido forzado a hacerlo. Queremos estar en Venezuela, pateando calles, acompañando a la gente, apoyando a María Corina y Edmundo, organizando los centros de votación, defendiendo el voto, y pensando en la reconstrucción del país. Pero por otro lado, estar en el exilio me permite estar vivo y libre, lo cual no es poca cosa cuando se enfrenta una dictadura como la de Maduro. Esto me permite ayudar, denunciar, buscar apoyo, y defender los votos.
Es importante entender que para constituir una mesa de votación se necesitan tres testigos, alimentos, y se debe estar allí más de 18 horas al día. Se necesita defender el acta, trasladarla, y asegurar cada voto, cada acta, cada centro de votación, y cada mesa. Nos toca ayudar de alguna manera a todas estas personas que están haciendo lo posible en Venezuela.
Quisiéramos votar, pero no puedo hacerlo el próximo domingo porque estoy en el exilio. Maduro y su dictadura eliminaron la posibilidad de que casi 5,000,000 de venezolanos participaran en el proceso del 28 por miedo, ya que sabían cuál sería la expresión de quienes hemos sido forzados a salir de Venezuela.
Estamos haciendo lo que nos toca desde afuera: ayudar a quienes están allí a movilizarse, a votar, y a multiplicar el mensaje. Agradezco esta entrevista, porque llevar el mensaje es crucial. Como ustedes saben, la censura y la autocensura producto del miedo y la persecución en Venezuela son muy grandes.
SEMANA: ¿Cuál es ese mensaje a los venezolanos que lo leen?
J.G.: Que no es simplemente optimismo, no es simplemente un deseo. Hemos trabajado, hemos luchado mi reconocimiento a la resistencia del venezolano a los partidos políticos, a María Corina a Edmundo, a los colombianos que nos has acompañado en este proceso de aquí al 28 de julio. No nos dejen solo. Tenemos mucho por hacer en estos cinco días y un momento clave para todos nosotros.