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El detalle que permitió identificar al arquitecto Rex Heuermann, presunto asesino en serie que habría evitado la justicia durante años

Tras años de búsqueda y acusaciones de negligencia a la policía, el pasado viernes 14 de julio el hombre fue detenido.

Redacción Semana
19 de julio de 2023
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Por el momento, se le ha acusado de la muerte y la desaparición de tres mujeres. | Foto: via REUTERS

Rex Heuermann era hasta hace poco conocido como arquitecto de 59 años de Nueva York, Estados Unidos, con dos hijos y una vida normal, pero desde el pasado viernes 14 de julio pasó a ser identificado como un asesino serial autor del asesinato de al menos cuatro mujeres y cuya muerte se remite a 13 años de búsqueda de parte de las autoridades.

Por el momento, se le ha acusado de la muerte y la desaparición de tres mujeres identificadas como: Melissa Barthelemy, Megan Waterman y Amber Costello. Igualmente, es el sospechoso del asesinato de Maureen Brainard-Barnes, ocurrido en 2007 y no se descarta que esté involucrado en más muertes.

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Tras años de búsqueda y acusaciones de negligencia a la policía, el pasado viernes 14 de julio el hombre fue detenido. | Foto: via REUTERS

Hallazgo

De acuerdo con el diario New York Post, La primera muerte que dio una pista fue la de Shannan Gilbert, una trabajadora sexual de 24 años, que hizo una premonitoria llamada al número de emergencias 911, el 10 de mayo de 2010: “Algo me va a pasar… hay alguien detrás de mí… por favor”.

Gilbert desapareció después de salir a pie, de la casa de un cliente, en la comunidad costera de Oak Beach. Su cuerpo fue encontrado ocho meses después, pero abrió un caso mucho más grande, un misterio en Long Island que estaba relacionado con el hallazgo de 10 cuerpos más, encontrados en el área.

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Rex Heuermann era hasta hace poco conocido como arquitecto de 59 años de Nueva York, Estados Unidos, con dos hijos y una vida normal, pero desde el pasado viernes 14 de julio pasó a ser identificado como un asesino serial autor de el asesinato de al menos cuatro mujeres y cuya muerte se remite a 13 años de búsquedas, de parte de las autoridades. | Foto: REUTERS

El 11 de diciembre de 2010, un policía del condado de Suffolk y un perro de búsqueda de cadáveres recorrían la misma zona de arbustos donde fue encontrado el cuerpo de Gilbert, en Gilgo Beach, un área en estado de Nueva York. Allí encontraron otro cadáver, el de la trabajadora sexual Melissa Barthelemy, de 24 años.

Durante los dos días siguientes, los restos de otras tres mujeres, Megan Waterman, de 22 años, Amber Costello, de 27, y Maureen Brainard-Barnes, de 25, fueron rápidamente descubiertos enterrados en el mismo sitio.

Serial

La policía identificó que las mujeres se encontraban envueltas de manera similar, y además todas eran acompañantes que encontraban sus clientes en el sitio web Craiglist, el grupo fue identificado como las “cuatro gilgo”, debido al nombre del sitio donde fueron encontrados los cuerpos.

A medida que continuaba la búsqueda, la cantidad de restos humanos descubiertos cerca de Gilgo Beach aumentó a 10, ocho correspondían a mujeres, y se encontraron elementos corporales que pertenecerían a un hombre y un niño pequeño, pero era 2011 y aún no había pistas sobre el autor de los crímenes.

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Los residentes se reúnen detrás de las líneas policiales cerca de la residencia del arquitecto Rex A. Heuermann, quien fue arrestado como sospechoso en relación con asesinatos en serie hace más de una década, que tenían como objetivo a trabajadoras sexuales y otras personas, cuyos cuerpos fueron esparcidos a lo largo de la playa Gilgo, en Massapequa Park, Nueva York, EE. UU., 18 de julio de 2023. REUTERS/Shannon Stapleton | Foto: REUTERS

Paso a paso

El cinturón tenía grabadas las letras “HM” o “WH” y dieron una primera pista sobre el autor de los hechos. De acuerdo con CNN, poco a poco las autoridades dieron con el nombre de Heuermann, dado que varias llamadas realizadas a las víctimas previo a su muerte, se habrían originado en ubicaciones conectadas a Heuermann.

En enero de este año, los investigadores decidieron tomar una muestra de la corteza de pizza sobrante que Heuermann había botado en la basura, frente a su oficina de Manhattan. Finalmente, la evidencia de ADN lo vinculó con un cabello encontrado en el saco en que se encontraban envueltos, los restos de una de las víctimas.