Ucrania
El drama de los refugiados: más de 2 millones de personas se vieron obligadas a dejar Ucrania por culpa de la guerra
A dos semanas de la invasión en Ucrania, más de 2 millones de personas dejaron el país huyendo de la guerra. Incertidumbre y peligro los esperan cruzando las fronteras.
Sonrisas y lágrimas rondan en los autos, buses y trenes que se alejan del centro de la guerra en Ucrania. Saben que están lejos del riesgo, pero también muy lejos de sus hogares y ciudades, que se han convertido en trincheras y campos de guerra entre las fuerzas del Gobierno y el ejército ruso, que barrio a barrio busca acabar la resistencia civil.
Esa resistencia civil se ha vuelto el arma impensada para los ucranianos, ciudadanos que se niegan a que sus poblaciones sean ocupadas por Rusia. Por eso mismo, es común que la mayoría de refugiados sean mujeres, niños y adultos mayores, ya que por la ley marcial los hombres de entre 19 y 60 años tienen prohibido dejar Ucrania. Tienen que quedarse y luchar.
Entretanto, los demás huyen como pueden. Voluntarios se prestan para transportar fuera del país a todas las personas que lo requieran. Uber se ofrece para dar viajes gratis desde la frontera hacia Polonia. Buses abarrotados y trenes sobrevendidos intentan evacuar a la gente antes de que la guerra toque su puerta.
Polonia se ha vuelto el principal destino para huir de la guerra. Según la Acnur (Agencia de la ONU para los Refugiados), más de 1.300.000 personas han llegado a ese país, y se esperan más. Por su parte, a Hungría serían más de 200.000, a Eslovaquia, 150.000, a Rumania habrían llegado 85.000, a Moldavia, 82.000, y muchos incluso han ido hacia Rusia, alrededor de 100.000.
Los corredores humanitarios acordados en las negociaciones entre Rusia y Ucrania parecen ser un chiste de mal gusto, ya que múltiples denuncias cuentan que el ejército ruso se ha ensañado contra la población ucraniana, disparando indiscriminadamente en las zonas supuestamente protegidas. “Los rusos prometieron un corredor (humanitario) y no cumplieron. Estaban disparando a civiles. Esto es absolutamente cierto. Yo fui testigo. La gente tenía miedo”, le contó Ihor Diekov a AP, un ciudadano ucraniano que huye de su país.
De camino a las fronteras, es común ver cuerpos de civiles en las calles, destruidas por misiles y municiones rusas. La guerra no ha respetado mujeres ni niños, ni siquiera mascotas. Hace un par de días, dio la vuelta al mundo el caso de Tatiana Perebeinis, quien huía de la ciudad de Irpin en un supuesto corredor seguro cuando tropas rusas lanzaron un mortero contra ella, su hijo de 18 años, su hija menor de 9, un amigo de la familia y su mascota, desatando la indignación.
No hay lugar donde esconderse de las tropas rusas, que actúan con sevicia. “Sí, vi cadáveres de civiles. Disparan a los civiles con ametralladoras”, le contó Ilya Ivanov a la AP. Él llegó a Polonia por un corredor humanitario en donde pudo observar el poco respeto que tiene Rusia hacia este acuerdo.Las imágenes son desoladoras: ciudades vacías y destruidas, pertenencias abandonadas a mitad de camino y aterradoras fosas comunes llenas de civiles sin identificar.
“Castigaremos a todos los que cometieron atrocidades en esta guerra. En nuestra tierra. Encontraremos a todos los bastardos que dispararon a nuestras ciudades, a nuestra gente, que bombardearon nuestra tierra y lanzaron cohetes. No habrá un lugar tranquilo en esta tierra para ustedes”, dijo el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Mientras no haya esperanza de paz a corto plazo, todo seguirá igual para los refugiados. Huir a la intemperie hacia países vecinos seguirá siendo la consigna de millones de personas que continuarán escapando de Ucrania, ante los ojos impotentes del mundo, que aguarda una pronta resolución.
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