NICARAGUA

El ejército y el episcopado exigen diálogo en Nicaragua

La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) convocó para el miércoles un diálogo nacional con el objeto de buscar una salida a la crisis, mientras que el Ejército tomó distancia del gobierno al anunciar que no reprimirán más a los manifestantes.

15 de mayo de 2018
| Foto: GETTY IMAGES vía BBC Mundo

"Conscientes de la gravedad de la situación que vivimos en el país, y aún cuando las circunstancias para dicho diálogo no son las más idóneas, anunciamos el inicio del mismo para este miércoles 16 de mayo", afirmó a la prensa el presidente del CEN, cardenal Leopoldo Brenes.

El líder religioso de Nicaragua dijo esperar "que el diálogo aborde estructuralmente el tema de la institucionalidad del país con el objetivo de ir allanando el camino hacia su democratización".

Llamó además a buscar un ambiente propicio para el desarrollo de las negociaciones.

Los estudiantes, que encabezan las protestas, dijeron que están dispuestos a dialogar, pero advirtieron que aún "no ha cesado la represión, el hostigamiento, la persecución y asesinatos en varios puntos del país".

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El clero, que mediará en el diálogo, fijó la fecha luego de que Ortega autorizara el ingreso de una misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para analizar la situación tras las protestas iniciadas el 18 de abril, que dejan al menos 53 muertos, más de 400 heridos, unos 60 desaparecidos, decenas de negocios y casas incendiadas y saqueadas y denuncias de detenciones ilegales.

Distancia del ejército 

A la espera de que se concreten las conversaciones, el Ejército tomó distancia del mandatario al anunciar que sus efectivos no reprimirán a los manifestantes antigubernamentales.

"No tenemos porque reprimir (..) creemos que el diálogo es la solución" para resolver la actual crisis, dijo a la AFP el portavoz del Ejército, el coronel Manuel Guevara.

Luego, las fuerzas armadas emitieron un comunicado en el que llamaron a "detener la violencia", al tiempo que se solidarizaron con las familias de las personas fallecidas en las protestas.

"Somos el pueblo mismo uniformado, trabajando en su propio beneficio y consecuentes con esto, hacemos un llamado a detener la violencia y acciones que nos desestablizan", exhortó el ejército.

La peor crisis 

Ortega -un exguerrillero de 72 años que gobernó durante la revolución sandinista de los años 80 y retornó al poder en 2007- había aceptado en los primeros días de las protestas  ir al diálogo para buscar una salida a la crisis más fuerte que enfrenta en sus 11 años de gobierno, pero no había dado los pasos exigidos por la Iglesia para generar las condiciones.

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Uno de esos requisitos era la llegada de una misión de la CIDH con el fin de "aclarar las muertes y desapariciones" en las protestas.

Recién este lunes el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, anunció que el gobierno nicaragüense había permitido el ingreso de una misión de la CIDH y divulgó una carta remitida el domingo por el canciller Denis Moncada.

"Nicaragua expresa su anuencia para que en el menor tiempo posible la comisión realice dicha visita de trabajo, con el objeto de observar ‘in loco‘ la situación de los derechos humanos", señala Moncada en la misiva.

Ortega accedió al ingreso de la CIDH tras fuertes presiones por parte de Estados Unidos, la OEA, sectores de la sociedad nicaragüense y las crecientes manifestaciones que buscan una democratización del país y su renuncia de la presidencia.

"En una situación como la que vive Nicaragua es esencial la presencia de la CIDH como elemento de credibilidad, confianza y esclarecimiento" de los actos violentos ocurridos en las protestas, afirmó a la AFP el experto en derecho internacional Mauricio Herdocia.

"Es un paso positivo, pero es un primer paso, aún hay un camino largo" que recorrer para resolver la crisis, estimó por su lado el excanciller Norman Caldera en declaraciones a la AFP.

"Tengo todas mis esperanzas en los resultados que puedan conseguir los obispos en un diálogo" antes de que el país entre a una "espantosa" ola de violencia, agregó Caldera.

Siguen las protestas 

Otro de los requisitos de los obispos para convocar el diálogo era la supresión "de los cuerpos paramilitares y fuerzas de choque que intimidan, coaccionan y agreden a los ciudadanos".

"En el mismo diálogo hay que exigir las otras condiciones", consideró en un tuit el obispo Silvio Báez.

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El fin de semana recrudeció la represión con antimotines y fuerzas de choque contra manifestantes en la sureña ciudad de Masaya, un antiguo bastión sandinista.

Y mientras este lunes los obispos convocaban el diálogo, seguían las manifestaciones: había cortes de vías en al menos 43 puntos de 15 departamentos del país y protestas organizadas por los denominados "autoconvocados", un movimiento sin liderazgo integrado por sectores inconformes con el gobierno.

Las fuerzas antimotines reprimieron a los manifestantes que bloqueaban el tráfico sobre la carretera en Sébaco (centro).

La policía informó que tres de sus agentes fueron heridos "con armas de fuego por grupos de sujetos" cuando llegaron a restablecer la circulación al lugar.

En Managua, una mujer a bordo de una camioneta pasó disparando contra taxistas que protestan contra el alza del combustible en una rotonda, mientras que el vigilante de un mercado murió tras ser atacado a balazos.

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