EL ESCANDALO FLICK
Ruidosamente ha estallado un "Watergate teutón" del cual no se escapa ninguno de los partidos del Bundestag.
Todos los partidos alemanes, presentes en el parlamento (Bundestag), están implicados en el escándalo de corrupción y soborno provocado por el consorcio financiero "Flick", reveló, la semana pasada, el semanario "Der Spiegel".
Con cuarenta y cinco mil trabajadores y un volumen de negocios que alcanza los nueve mil millones de marcos, Flick hace parte de los grandes nombres de la industria alemana, junto con las firmas Mercedes Benz y Krupp.
Su propietario, Friedrich Karl Flick, considerado como uno de los hombres más ricos de Alemania, es un hombre generoso. Según las revelaciones hechas por el citado semanario de Hamburgo, desde mediados de los años setenta, las empresas del grupo Flick ofrecían donaciones a los partidos políticos. No graciosamente, Flick se benefició de algunos "servicios" e "informaciones" de ciertos hombres políticos durante el gobierno dirigido por la coalición formada por los demócratas cristianos y los liberales. Así obtuvo la más espectacular exoneración de impuestos de toda la historia de la República Federal de Alemania.
Todo comenzó el día en que Flick decidió vender, a Arabia Saudita, un paquete de acciones que poseía en Mercedes Benz por un valor de mil quinientos millones de marcos. Enseguida, el grupo financiero buscó un medio legal para no tener que pagar los impuestos de esa transacción. Y lo encontró: invertir en el extranjero pero de "manera provechosa para la economía alemana". Concretamente, el gobierno alemán pensaba poder utilizar los descubrimientos y las innovaciones llevadas a cabo por otras empresas. Flick consiguió, pues, una participación en la compañía química norteamericana Grace. Más tarde, mediante la tenacidad de un diputado social demócrata, la opinión pública descubrió que Flick no había invertido en el sentido deseado por el gobierno y que gracias a "sus relaciones" y a la entrega de fuertes "donaciones" a los partidos políticos, tampoco había pagado sus impuestos.
Una investigación por "tráfico de influencias" fue iniciada por los jueces en Bonn y su desarrollo fue facilitado, según la revista alemana, por un verdadero tesoro de información encontrado en las of icinas de Flick en donde los responsables del consorcio habían consignado minuciosamente todas las conversaciones y la contabilidad clandestina que los ligaba a los partidos políticos.
Los textos de los interrogatorios, interceptados y publicados por "Der Spiegel", han permitido comprobar que una parte de esas "donaciones" fue entregada directamente a altos responsables de la clase política alemana.
En la lista, que sin duda se alargara, figuran entre otros: los actuales ministros liberales de Economía y Agricultura, Otto Lambsdorff y Josep Ertl, así como el exministro de Economía Hans Friederichs, el presidente bávaro Franz Josep Strauss y el jefe del grupo parlamentario demócrata cristiano (CUD), Alfred Dregger, el expresidente de la República Walter Scheel, los exministros social demócratas Hans Matthoefer y Mandred Lahnstein, el tesorero del excanciller Schmidt, Alfred Nau, y el actual presidente de la fundación social demócrata "Friedrich-Ebert".
Las sumas pagadas no parecen haber sido utilizadas por los protagonistas sino dedicadas a sus partidos, a sus asociaciones o las campañas políticas.
Las revelaciones del semanario de Hamburgo, muestran por otro lado, la escasa memoria de una parte de los dirigentes alemanes.
Interrogado por los jueces, Alfred Nau reconoció haber discutido con el apoderado de Flick pero no recuerda haber recibido ningún cheque para la fundación "Friedrich-Ebert" que, según los datos publicados, aceptó cuatro millones y medio de marcos.
De la misma manera, el "Toro de Baviera", Franz Josep Strauss, preguntado sobre una donación de novecientos cincuenta mil marcos respondió: "no puedo darles información porque no tengo ningun recuerdo en concreto".
El expresidente Walter Scheel tampoco recuerda haber recibido dinero de Flick, exactamente lo mismo que el jefe del grupo parlamentario CDU, Alfred Dregger, quien afirmó que recordaba "vagamente".
La publicación de las actas judiciales de la investigación suscitan, igualmente, una serie de interrogantes en Alemania. Estos conciernen, en particular, al futuro del Partido liberal, dirigido por el Ministro de Relaciones Exteriores Hans D. Genscher. ¿Logrará obtener el 5% requerido para permanecer en el Bundestag, el próximo seis de marzo, ahora que uno de sus principales líderes, el conde Lambsdorff, se encuentra entre los principalesacusados del "escándalo Flick"?
El desprestigio sufrido por el Partido Liberal después de haber provocado la caída del canciller Schmitd y sus repetidos fracasos en las recientes elecciones regionales, hacen temer a los observadores que dicha organización desaparezca definitivamente de la escena política alemana.
Pocos han imaginado, sin embargo, los cambios que éste hecho causaría en el mapa electoral de la RFA.
El escandalo solo beneficiará al movimiento ecologista, apodado "Los Verdes", en las próximas elecciones generales, por haber sido los único que nos resultaron vinculados al suceso (Ver recuadro).
Las críticas oficiales del actual gobierno a las revelaciones de "Der Spiegel", no va sino a aumentar, por otra parte el desafecto que comienza a manifestarse contra los alemanes por sus instituciones, ya que criticando el trabajo de los periodistas, el gobierno alemán dá la impresión de considerar que es menos grave provocar un escándalo que darlo a conocer.--
José Hernández (corresponsal de SEMANA en Europa)
LOS ECOLOGOS A LA OFENSIVA
El movimiento ecologista "Los Verdes" sigue siendo una combinación de grupo contestario y partido político, aunque durante su congreso general realizado a mediados de noviembre dio un paso orientado a su constitución como fuerza parlamentaria. La reunión acordó por unanimidad erigir una "lista verde" para las próximas elecciones parlamentarias, que se realizarán el 6 de marzo de 1983. Esperan ingresar así por primera vez en el Bundestag como tercera fuerza política, desplázando de ese lugar al cogobernante partido liberal (FDP).
El congreso, realizado en Hagen, después de largas discusiones votó una táctica orientada al diálogo "referido a cuestiones puntuales" tanto con el partido socialdemócrata (SPD), actualmente en la oposición, como con la gobernante Unión Demócrata Cristiana (CDU).
Pero en ningún caso "Los Verdes" aparecen dispuestos a concertar una alianza política con el SPD ni a participar en la elección del canciller en el parlamento.
Sólo algunos sectores exigieron durante el congreso una política "realista", basada en la búsqueda de soluciones parciales a través de compromisos invocando la necesidad --planteada también por el,presidente del SPD Willy Brandt-- de formar una "mayoría a la izquierda" del actual gobierno demócrata cristiano-liberal (CDUFDP).
Para la mayoría de "Los Verdes", el SPD es, como señalara el ecologista y disidente de la República Democrática Alemana, Rudolf Bahro, una fuerza "cuya función es mantener la economía capitalista y no transformarla en forma radical como es nuestro propósito".
El sociólogo marxista recogió la aprobación al señalar que "Los Verdes" deberían orientarse a una nueva forma de crecimiento económico" que tendría que "traspasar el conjunto de inversiones en el terreno militar y en la energía nuclear a la protección del medio ambiente y a la creación de un sistema de vida alternativo ubicado fuera de las leyes del mercádo".
En función de estos postulados, "Los Verdes" plantean que cualquier acercamiento político de fondo con ellos, sólo puede partir de la base de un rechazo a la instalación de nuevos cohetes nucleares y de armamento químico y bacteorológico en el territorio de Alemania Federal.
Otra exigencia es la eliminación de las centrales de energía atómica y de los proyectos de construcción de infraestructura que impliquen daños ecológicos, así como la aceptación de una semana laboral de 35 horas semanales, para reducir el desempleo.
A juicio de ellos, la insistencia en estas tesis no constituye una expresión de irresponsabilidad política ni está orientada a hacer "ingobernable" el país, como han señalado algunos políticos de la CDU, lo que sucedería, en caso de que ni el gobierno ni la oposición obtuvieran la mayoría absoluta en el parlamento y dependieran del apoyo del movimiento ecologísta.
"Los verdes consideran que más que una posición de intransigencia, se trata de una especie de "conciencia crítica" que obligará a los partidos tradicionales a tener siempre en consideración las reivindicaciones centrales del movimiento.
Si bien fue la línea planteada por Bahro la que se impuso, el disidente marxista no triunfó en las elecciones para la directiva máxima de la agrupación ecologísta, pues el congreso consideró que en el caso de que éste ocupara un cargo de alto nivel, concentraría toda la atención de los medios, desvirtuando el principio de dirección colectiva.
Fieles a este principio --que incluye la rotación en los cargos-- abandonaron la copresidencia (de tres miembros) Petra Kelly y Martín Burgman, siendo sustituídos por el ecólogo Wilhelm Kanbe, de 59 años de edad, de la línea "modetada", y por el ingeniero comercial Rainer Trampert, del ala "radical".
La tercera integrante de la directiva, Manon Maren-Griesbach que permaneció en su cargo, es considerada también representante de este último grupo.
La funcionaria administrativa de la Comunidad Económica Europea, Petra Kelly, que en los dos años durante los cuales integró la copresidencia del movimiento ocupó el liderazgo indiscutido de éste, encabezará la lista de "Los Verdes" para las elecciones parlamentarias de marzo próximo.
Este movimiento espera obtener en marzo una votación de entre 7 y 9%, con lo que superaría claramente al debilitado partido liberal.--