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El extraño caso de un hombre que ve al revés tras recibir un disparo en la cabeza
El hombre estuvo en coma pero despertó a las dos semanas sin necesidad de intervenciones quirúrgicas, pero lo más extraño fue que luego de despertar, comenzó a ver diferente.
La ciencia rescató uno de los casos más raros y estudiados de la historia, el cambio que obtuvo un joven soldado que sirvió en la Guerra Civil Española, y que por situaciones de la misma batalla terminó sufriendo un disparo que le atravesó el cráneo, la bala entró y salió por la parte trasera de su cabeza, el hombre que fue identificado como el “paciente M”, estuvo en coma, pero despertó a las dos semanas sin necesidad de intervenciones quirúrgicas, pero lo más extraño fue que luego de despertar, comenzó a ver diferente.
Pues bien, el caso mencionado fue muy estudiado en su época y un tiempo después, sin embargo, este 2023 se publicó un nuevo artículo en la Revista Neurología, llamado Redescubriendo al paciente M: Justo Gonzalo Rodríguez-Leal y su teoría de la dinámica cerebral, en la que sus autores principales buscaron revisar nuevamente la investigación y analizar la interpretación que dio el médico que atendió al paciente M.
“Durante siglos, el conocimiento sobre la organización funcional del cerebro se ha asentado en el estudio de casos únicos. El paciente M constituye un ejemplo más de esta tradición, ayudando a establecer las bases de la teoría de dinámica cerebral desarrollada por Justo Gonzalo”, sentenciaron en el artículo Alberto García Molina, neuropsicólogo; e Isabel Gonzalo Fonronda, quien es una física profesora emérita de la Universidad Complutense de Madrid.
Según indicó el medio español El País, Gonzalo llegó a conocer al paciente M y se dio cuenta de que era un hombre con los sentidos alterados, pues no solo la vista era al revés, sino que también tenía dificultades en cuanto al tacto y a la audición. “M miraba el reloj de bolsillo en cualquier dirección para saber la hora”, expresó la profesora para el medio citado.
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La singularidad y dificultades del paciente M
El estudio publicado por la Revista Neurología explica que, Justo Gonzalo Rodríguez-Leal fue el neurocientífico español que atendió el caso del paciente M en medio de las dificultades de la guerra, este hombre logró evidenciar que, tras las heridas de batalla que sufrió el soldado, aunque no perdió la vida ni se necesitó una intervención quirúrgica arriesgada para mantenerlo con vida, el hombre pensó que había perdido la vista, pero al poco tiempo se dieron cuenta de que el sentido está alterado.
Así entonces, Justo Gonzalo diagnóstico que el soldado sufría: “una intensa reducción concéntrica del campo visual en ambos ojos, acompañada de triplopía (visión triple de un solo objeto), visión de colores planos (perturbación cromática que hace ver los colores como desprendidos de los objetos), acromatopsia central, pérdida de la visión del movimiento, visión invertida, y un trastorno peculiar por el cual puede leer letras y números, tanto en posición normal como invertida, afirmando que en ambos casos la posición es idéntica”, se agregó en el estudio.
“También presenta limitaciones a nivel táctil, así como práxico. Tanto la visión como el tacto y la audición se muestran alterados bilateralmente y en todas sus funciones, desde las más simples a las más complejas (...) disgregación (o desincronización) funcional (separación de una función sensorial en respuestas parciales a medida que disminuye la intensidad del estímulo), así como los fenómenos de sumación por facilitación motora y multisensorial (una contracción muscular mejora, en gran medida, su percepción)”, se agregó.
Después de este panorama, el cómo percibía el mundo el paciente M era todo un misterio, así como la forma en que este hombre podía desenvolverse en un día cotidiano, lo que para algunos parecería imposible. Sin embargo, las conclusiones que contó el neurocientífico Justo Gonzalo afirmaron que el hombre logró desarrollar estrategias para tener éxito en su rutina diaria.
“Sorprendentemente, el paciente se desenvuelve sin dificultades en su vida cotidiana, gracias al desarrollo, inconsciente, de estrategias de facilitación motora y mecanismos de atención selectiva a estímulos intensos”, se explicó en el estudio mencionado.