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El fallido intento de Rusia de aterrizar en la Luna habría dejado un cráter de más de 10 metros de diámetro
El punto de impacto se produjo en el borde del cráter, a unos 400 kilómetros del punto de aterrizaje
La NASA publicó el jueves por la noche una imagen de un nuevo cráter en la Luna, probablemente formado por el impacto de la sonda rusa Luna-25, que se estrelló contra la superficie del satélite terrestre unas dos semanas atrás. La fotografía fue tomada por la sonda LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter), que orbita la Luna desde 2009.
La imagen “antes” más reciente del área tomada por LRO fue capturada en junio de 2022; por tanto, el cráter se formó algún tiempo después de esa fecha. Dado que este nuevo cráter está cerca del punto de impacto estimado de Luna 25, el equipo de LRO concluye que es probable que provenga de esa misión, en lugar de un impactador natural.
Los equipos de la agencia espacial estadounidense compararon imágenes tomadas antes y después del momento del impacto y observaron “un nuevo pequeño cráter” de “unos 10 metros de diámetro” y ubicado “a unos 400 km del lugar de aterrizaje previsto para Luna-25″.
La NASA dijo que había enviado órdenes a la sonda LRO para que fuera a observar la zona comunicada por la agencia espacial rusa Roscosmos como el lugar estimado del accidente.
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Dado que el cráter está “cerca del punto de impacto estimado de Luna-25″, los equipos de la NASA “concluyen que probablemente sea el resultado de esta misión y no de un proyectil natural”.
Casi cincuenta años después de la última misión lunar exitosa de Moscú, la sonda Luna-25, de casi 800 kilogramos, se estrelló contra la superficie lunar el 19 de agosto tras un incidente durante una maniobra previa al alunizaje.
Las gestiones realizadas el 19 y 20 de agosto para buscar el aparato y entrar en contacto con él “no dieron ningún resultado”. Según los resultados de un análisis preliminar, “debido a la desviación de los parámetros reales del impulso de los calculados, el dispositivo cambió a una órbita fuera de diseño y dejó de existir como resultado de una colisión con la superficie lunar”.
Esta era primera misión lunar rusa desde Luna-24 en 1976, cuando Rusia era parte de la Unión Soviética, alcanzó con éxito la órbita lunar el 16 de agosto, sumándose a la india Chandrayaan 3 en el objetivo de ser la primera en posarse en el polo sur lunar a fines de agosto. Se trata de una zona de máximo interés para la instalación de bases habitadas en la Luna, por la presencia de hielo de agua en sus cráteres. El plan de Roscosmos era realizar el aterrizaje entre el 23 y el 25 de agosto.
Una vez en la Luna, esta misión tenía previsto estudiar el suelo lunar y la exosfera, parte de la muy delgada atmósfera de la Luna. La nave espacial también estaba equipada con un brazo robótico para recolectar muestras de suelo para su análisis, y sus experimentos estaban previstos que se prolongasen durante un año.
Luna-25, que no tenía cápsula de retorno, intenta convertirse en la primera estación de la historia en aterrizar en el polo sur de la Luna. Las principales tareas de la misión son probar las tecnologías de un aterrizaje suave, estudiar la estructura interna y explorar los recursos, incluida el agua.
Solo unos días después, India se convirtió en la primera nación en posar una nave espacial cerca del polo sur de la Luna, una zona inexplorada que ahora es el foco de toda la atención, ya que alberga agua en forma de hielo.
El polo sur lunar es un objetivo muy codiciado entre las naciones que realizan actividades espaciales, EEUU y China entre ellas. De hecho, la nave espacial india Chandrayaan-3 está orbitando la Luna y probablemente intentará el alunizaje cerca del polo esta semana.
Con información de AFP y Europa Press*