Estación Lunar.
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¿El final de la cooperación espacial? Por qué Rusia no participará de la futura estación lunar

La Estación Espacial Internacional (ISS), construida por Estados Unidos y Rusia y habitada ininterrumpidamente por las dos naciones desde 2000, ha resistido el deterioro de las relaciones entre Moscú y Washington. ¿Comenzará una nueva carrera espacial?

14 de octubre de 2020

Tras la carrera espacial que enfrentó a Estados Unidos y Rusia durante la Guerra Fría, las iniciativas para explorar el universo entre las dos potencias habían entrado en tregua, incluso llegando a la cooperación. La Estación Espacial Internacional (ISS), construida por Estados Unidos y Rusia, y habitada ininterrumpidamente por las dos naciones desde 2000, es el mejor ejemplo de ello. Pero la ISS está llegando al final de su vida, para 2030, y la NASA ha lanzado unilateralmente su programa lunar, el Artemis, sin consultar previamente con sus socios históricos.

La ISS ha resistido el deterioro de las relaciones entre Moscú y Washington: Roskosmos y la NASA operan la estación hombro a hombro, y los astronautas estadounidenses han estado viajando allí desde 2011 a bordo de cohetes rusos, orgullosos de continuar su cooperación lejos de disputas geopolíticas terrícolas.

Pero las cosas han cambiado. Por ello, Rusia posiblemente no participará en la futura estación lunar que Estados Unidos planea poner en órbita a partir de 2023, una decisión que podría marcar el final de dos décadas de excepcional cooperación entre ambos países en la ISS.

El jefe de la agencia espacial rusa Roskosmos, Dimitri Rogozin, destacó que la ISS es “realmente un proyecto internacional”, durante el 71.º Congreso Astronáutico Internacional, que se inició virtualmente el lunes. Europa, Canadá y Japón también participan en la ISS. “Desde nuestro punto de vista, la Lunar Gateway en su forma actual está demasiado centrada en Estados Unidos”, dijo Rogozin, según las declaraciones traducidas en simultáneo por un intérprete. A continuación confirmó que es “probable” que Rusia “no participe a gran escala”.

El Gateway se anunció durante la actual presidencia de Donald Trump y tiene como objetivo permitir el regreso de los astronautas estadounidenses a suelo lunar a partir de 2024, por primera vez desde 1972. Inicialmente en la forma de un solo módulo de vivienda, se prevé que la estación crezca con los años, sin tener necesariamente que alcanzar el tamaño de la ISS.

La NASA sostiene que el proyecto tiene vocación internacional y busca con entusiasmo involucrar a otras agencias espaciales. Canadá, Japón e Italia han firmado acuerdos de cooperación con Artemis. Pero el jefe de Roskosmos destacó que no descarta que algún día las naves rusas atraquen en la estación, lo que implicará una armonización de los estándares de amarre, como ocurre para la ISS. “El viaje a la Luna presenta altos riesgos”, dijo Rogozin. “Es por ello que necesitaremos al menos dos sistemas de transporte”.