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El futuro de Julian Assange: entre la extradición y el Nobel de Paz

Mairead Maguire, ganador del premio en 1976 por sus acciones en Irlanda del Norte, nominó al fundador de Wikileaks justo un día antes de que se conozca si Assange va a ser extraditado a Estados Unidos.

3 de enero de 2021
Julian Assange está detenido en Reino Unido desde abril de 2019.

En vísperas de conocer si el Reino Unido decide extraditar o no a Estados Unidos al fundador de Wikileaks, Julian Assange, este fue nominado para el premio Nobel de Paz del 2021.

La candidatura del activista australiano fue hecha por Mairead Maguire, fundadora del Movimiento de la Paz y Gente de Paz, quien recibió la distinción en 1976 junto con Betty Williams por sus acciones en la Guerra de Irlanda del Norte.

En la carta que envió Maguire al Comité del Premio Nobel, nominó fundador de Wikileaks, al exsoldado estadounidense Chelsea Manning y al exanalista de Inteligencia, Edward Snowden. La activista argumentó, para la nominación: “como soldado americano, ubicado en Irak, Chelsea Manning no pudo encubrir por más tiempo el asesinato de civiles iraquíes; Julian Assange cumplió su deber como editor y publicó los hechos de las guerras de Irak y Afganistán; trabajando para la Inteligencia americana, Edward Snowden no pudo mantenerse en silencio sabiendo que el Gobierno americano estaba vigilando ilícitamente a los gobiernos y ciudadanos de todo el mundo”.

Sobre Assange, precisamente, este lunes 4 de enero se conocerá la decisión de la magistrada de distrito, Vanessa Baraitser, sobre la solicitud hecha por el gobierno estadounidense para ser extraditado y responder por cargos relacionados con la publicación de informes confidenciales, militares y diplomáticos.

De ser aceptada esta solicitud, el fundador de Wikileaks podría enfrentar una condena de hasta 175 años. El hombre, de 49 años, pidió asilo en la Embajada de Ecuador en Londres, donde permaneció desde el 2012. Finalmente, desde que el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, le retiró la protección en 2019, fue capturado y ahora permanece en una prisión de alta seguridad en Inglaterra.

Desde la web que fundó, Assange publicó miles de documentos militares y diplomáticos confidenciales que pusieron en aprieto a los Estados Unidos. Entre las publicaciones, una de las más llamativas fue un video donde se ven helicópteros estadounidenses de combate disparando contra civiles en Irak en 2007, en una acción donde mataron a una docena de personas, incluidos periodistas de la Agencia Reuters.

Washington le reprocha haber puesto en peligro la vida de sus informantes con la publicación de los documentos secretos sobre las acciones militares estadounidenses en Irak y Afganistán, que revelaron actos de tortura, muertes de civiles y otros abusos. Hasta ahora Estados Unidos ha defendido que Assange no es periodista sino “pirata informático” y aseguró que ayudó a la analista de inteligencia Chelsea Manning a robar esos documentos clasificados antes de exponer el material a los ojos del mundo.

La defensa del australiano, coordinada a nivel internacional por el exjuez español Baltasar Garzón, denunció en el pasado que el presidente estadounidense Donald Trump quería hacer con él un castigo “ejemplar” en su “guerra contra los periodistas de investigación” y Assange no tendría un juicio justo en Estados Unidos.

La nominación al reconocido premio puede ser una jugada política que le permitiría al australiano sortear la marea judicial que enfrenta y que, seguramente, podría extenderse por años, que se sumarían a la década que ya registra enfrentando a la justicia inglesa.

En caso de que pierda, los abogados de Assange podrían apelar la decisión generando que continúen las disputas legales por varios años más.

Stella Morris, pareja de Assange, le pidió a través de Twitter a Donald Trump un indulto antes de que deje la presidencia de Estados Unidos el próximo 20 de enero. Y aunque no haya respuesta, hay suposiciones que dejan entrever que el sucesor, Joe Biden, podría tomar una ruta más indulgente en el proceso de extradición.

Por ahora, un tema que preocupa a los abogados, familia, médicos y allegados es la salud de Assange, quien se ha mostrado desorientado en los últimos días. Las afectaciones son físicas y mentales y, según describen los cercanos, ha tenido dificultades para expresarse y estuvo ausente de algunas visitas por esos problemas.

Con información de AFP.