Perú
El futuro de Perú está en juego: ¿saldrá Pedro Castillo de la presidencia?
El presidente de Perú se juega este lunes su cargo en una votación aciaga para su gobierno. Las cuentas están muy cerradas, en un país que ha perdido la fe en su mandato de tan solo ocho meses.
Incertidumbre. En eso se puede definir el ambiente político actual en Perú. Este lunes 28 de marzo, a las tres de la tarde, se iniciará la votación del proceso de vacancia por incapacidad moral contra el presidente de esa nación, Pedro Castillo, a exactos ocho meses de su posesión como máximo mandatario, en un gobierno que ha saltado de un escándalo a otro.
Prueba del desastre del mandato de Castillo es que durante su corto periodo nombró cuatro gabinetes ministeriales distintos, algo insólito para el país, y cada uno de sus primeros ministros salientes se ha visto envuelto en un escándalo. Apología al terrorismo, acusaciones de gabinete en la sombra y denuncias por maltrato intrafamiliar marcaron a las cabezas del Gobierno.
Lo que detonó el alboroto fueron las denuncias de que el presidente habría favorecido a sus sobrinos mediante contratos en el Ministerio de Transportes. El laureado periodista peruano Ricardo Uceda opinó acerca de las polémicas del Gobierno de Castillo: “Hay casos casi que de bandidaje, es que no hay un grupo de asesores que tiene un proyecto y quieren llevar al país por un rumbo distinto, no. Hay gente que se ha apoderado de cargos y decide cuestiones cotidianas del gobierno del país, a espaldas o conociendo de parte de un mandatario cuya ineptitud es monumental”.
“El problema es que toda la gente de los pelajes izquierdistas, de los amigos de Castillo que están en el Gobierno aparentemente quisieran agarrar un poco del recurso estatal y disfrutarlo mientras les sea permitido”, declaró Uceda ante los escándalos de corrupción que vive el Gobierno peruano.
Y no solo la ineptitud le ha pesado a Castillo. Su falta de experiencia al frente de las instituciones estatales ha sido determinante para el fracaso del gobierno. Uceda lo define como un “presidente amateur”, alguien que saltó directamente del activismo en las regiones rurales a un cargo para el que no estaba preparado. Si bien aún goza de algo de popularidad en los territorios profundos, el descontento llega al 69 por ciento, según la firma Ipsos.
Así el Congreso decida absolver a Castillo del proceso de vacancia, construir confianza sobre su figura para los más de cuatro años restantes de su mandato será una tarea difícil. Por eso, la apuesta más grande que existe en Perú es que en algún momento terminará siendo destituido o renunciará, al ser inviable que continúe con un gobierno que ha dado todos los pasos en falso posibles.
Los votos para que Castillo sea destituido están totalmente cerrados. En principio, a la oposición le hacen falta 11 votos de los 87 necesarios para la vacancia, pero no están nada fáciles de conseguir, pues la bancada de gobierno no parece dispuesta a cesar el cargo del presidente después de que hace menos de dos años Martín Vizcarra fue destituido de la misma forma.
En caso de que se logren los votos necesarios, en Perú pasará a ocupar el cargo el presidente del Senado a través de la sucesión. Pero seguramente deberá adelantar elecciones lo más pronto posible, ya que, cuando el país vivió este mismo proceso hace un par de años, los ciudadanos terminaron por no aceptar a los mandatarios que llegaron al puesto constitucionalmente.
Sin importar lo que ocurra el lunes, Pedro Castillo está con el agua al cuello. La crisis de su Gobierno continuará en caso de no ser destituido, pero, si llega a ser así, Perú seguiría hundido en la inestabilidad de tener seis presidentes en cinco años, una muestra del vórtice político que vive el país vecino.