MUNDO
El impactante video de una ballena azul siendo devorada por orcas en Australia
Jemma Sharp, dueña de la compañía que realizó la grabación, afirmó que el animal estaba en el “lugar equivocado”, al ingresar a una zona donde las orcas cazan y se reproducen.
Un video grabado en las costas de Australia muestra el momento en el que decenas de orcas persiguen a una ballena azul hasta devorarla.
Las imágenes fueron obtenidas por Whale Watch, una empresa de turismo que realiza recorridos a personas que desean observar ballenas en las costas del país oceánico.
Jemma Sharp, dueña de la compañía, afirmó que la ballena azul estaba en el “lugar equivocado”, al ingresar a una zona donde las orcas cazan y se reproducen
Lo más leído
La mujer señaló que el proceso que terminó con la muerte del animal duró cerca de tres horas. Los animales “trabajaron juntos para agotar a su enorme presa”, impidiéndole que pudiera respirar.
Manifestó que si bien el momento fue “desgarrador”, señaló que desde la perspectiva de la investigación fue un “privilegio” seguir la búsqueda hasta el final. “Fue un momento significativo”, dijo.
Durante la grabación, Shap realizaba un recorrido con cerca de 40 personas. Sobre ellos, afirmó que “pudieron sentir compasión tanto por la orca como por la ballena azul”. “Estaban completamente impresionados, pero tenían la capacidad de apreciar la importancia de lo que estaban presenciando”, expuso.
Tiburones y ballenas, en peligro
Las ballenas azules son los animales más grandes que jamás hayan vivido en nuestro planeta y se encuentran en todos los océanos del mundo.
Esa especie fue cazada hasta casi la extinción en todo el mundo durante el siglo XX, y las poblaciones solo han comenzado a recuperarse muy lentamente en las últimas décadas después de la moratoria global sobre la caza comercial de ballenas. El mar Arábigo fue blanco de la caza ilegal de ballenas en la década de 1960, una actividad que casi erradicó lo que probablemente ya eran pequeñas poblaciones de ballenas jorobadas, ballenas azules, cachalotes y ballenas de Bryde.
Un informe publicado en enero pasado señaló que el exceso de pesca mundial ha provocado también la desaparición de más del 70 % de ejemplares de algunas especies de tiburones y rayas, un “enorme agujero” en la vida de los océanos de consecuencias desconocidas,
El declive de especies como el tiburón martillo o la mantarraya es inquietante. Otros, como el tiburón oceánico, están al borde de la extinción. Los pescadores los buscan por sus aletas, muy apreciadas culinariamente. En 60 años su población ha caído un 98 %.
“Es un declive peor que el de la mayoría de grandes mamíferos terrestres, y parecido o igual al de la ballena azul”, explicó a la AFP el profesor Nick Dulvy, del departamento de Ciencias Biológicas de la universidad canadiense Simon Fraser.
Su equipo ha recogido y analizado datos hasta poder elaborar un retrato fiable de 31 especies de tiburones y rayas.
Tres cuartas partes están en peligro de extinción.
“Sabíamos que la situación era mala en numerosos lugares, pero eso provenía de varios estudios e informes, era difícil hacerse una idea de la situación global”, explicó a la AFP el científico Nathan Pacoureau, que confirmó el estudio publicado en Nature.
“Ponemos al descubierto (...) un creciente riesgo de extinción para grandes especies en los hábitats más grandes y más aislados del planeta, que a menudo pensamos que están protegidos de la influencia humana”, dijo a la AFP Pacoureau, de la misma universidad canadiense.
“Los datos revelan un enorme y creciente agujero en la vida oceánica”, denuncian los expertos, que piden poner coto al exceso de pesca.
Para las 18 especies de las que se dispone de más datos, los investigadores calculan que sus respectivas poblaciones han caído más de un 70 % desde 1970.
Los resultados han sorprendido a los expertos, explica Pacoureau.
Además del tiburón oceánico, el tiburón martillo común y el martillo gigante han llegado a una situación crítica: su población ha bajado más del 80 %.
Los tiburones y las rayas son especies particularmente vulnerables porque crecen lentamente y se reproducen poco.
Según el estudio, en cincuenta años se ha duplicado el uso de palangres y de redes de cerca, que capturan la vida marina sin discriminación.
Con información de la AFP y Europa Press.