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El insólito plan de Nicolás Maduro para detener la pandemia de coronavirus en Venezuela
La estrategia del Gobierno venezolano se aplica para evitar nuevos contagios ante el incremento de los casos.
En medio de los cuestionamientos por las cifras oficiales de contagiados, fallecidos y avances en la vacunación, el Gobierno de Venezuela anunció una nueva estrategia para hacer frente a la pandemia.
Se trata del plan 7+7 que busca una cuarentena radical por siete días y luego flexibilizar las restricciones la siguiente semana.
En los primeros meses de la pandemia (hace un poco más de un año) las restricciones se aplicaban de manera rigurosa, aunque se hacían excepciones en zonas populares o de más difícil acceso para fuerzas de seguridad y se modificaba en ocasiones el plan para flexibilizar algunos días festivos.
Sin embargo, en medio de una segunda ola de coronavirus que ha sido más devastadora, la manera como se aplican las medidas de restricción preocupan a los expertos, que ven el 7+7 como un plan político más que sanitario.
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Aunque en esta tercera semana de mayo de 2021 se determinó una cuarentena radical en Caracas, en las calles, el flujo de personas es moderado y el tráfico normal.
El anuncio del Gobierno Maduro no ha caído bien entre algunos expertos que no ven en el 7+7 una salida a la crisis sanitaria por la pandemia, a pesar de que las restricciones en la movilidad han demostrado ser eficientes en el control de los contagios, pero que se ponen más en práctica en sectores sociales con más capacidad económica.
La politóloga Carmen Beatriz Fernández explicó a la Deutsche Welle, DW, que “al bajar la escala socioeconómica, a la gente le resulta difícil aceptar el confinamiento porque viven día a día trabajando de manera informal, así que el alcance funciona de manera muy limitada y en estratos de clase media y alta”.
Sin embargo, hay preocupación porque esas medidas restrictivas han ayudado a agravar la situación económica de ese país, contribuyendo al deterioro del sector productivo.
La economista Silvana Pezzella señaló que durante la crisis sanitaria, varias empresas cerraron sus puertas, dejando sin trabajo a una gran parte de la población, por lo que consideró que “el esquema 7+7 puede ser más perjudicial para las industrias no esenciales, industrias ensambladoras que no están contempladas en los esquemas de flexibilización. De hecho, en los últimos dos años, el número de industrias manufactureras ha disminuido en un 25 por ciento, lo que ha producido que se incremente aún más el ya muy grande sector informal de la economía”.
Y aunque se siguen sin conocer las cifras reales sobre el impacto de la pandemia, el Gobierno venezolano no ha sido autocrítico sobre el manejo del virus sino que se ha dedicado a buscar responsables externos y aplicar nuevamente el plan 7+7.
El secretario de la Academia Nacional de Medicina, Huniades Urbina-Medina señaló que “no existe un cumplimiento ni por parte de la ciudadanía ni por parte de los órganos de seguridad del Estado a hacer cumplir la norma de estar cerrados siete días y funcionando los otros siete días y las cifras de contagiados lo están demostrando”.
Cifras oficiales versus datos reales
Con más de 2.400 fallecidos por coronavirus y un promedio de entre 800 a 1.000 contagiados diarios, Venezuela es uno de los países con una de las tasas de contagios más bajas, con 54,3 contagiados por cada 100.000 habitantes.
A pesar de esas cifras oficiales expertos de salud sugieren que estas no son reales y que los casos podrían fácilmente multiplicarse por 10. En medio de esa polémica, hay temor por esa nueva ola de contagios y muertes.
“En Venezuela probablemente vamos a tener una tercera ola mucho más severa y el clamor que seguimos haciendo desde la sociedad civil y las organizaciones científicas es que adquieran la mayor cantidad de vacunas que estén precalificadas por la OMS”, indicó Urbina-Medina.
Señaló que “la recomendación internacional es que se vacune el 70 por ciento de la población para erradicar el virus y, por los momentos, “apenas hemos llegado al 2,5 por ciento de la población. Eso quiere decir que no estamos nada protegidos por vacunas”.
Otro factor de polémica y división ha sido el tema de las vacunas, ya que algunos sectores han señalado que el Gobierno venezolano lo politizó.
Un factor determinante para recibir vacunas allí ha sido el sistema Covax de la OMS, cuya gestión en Venezuela estaba siendo liderada por el opositor Juan Guaidó. Cuando ya Venezuela estaba en la lista para recibir vacunas de Astra Zeneca, Nicolás Maduro prohibió su ingreso, “retrasando la entrada de vacunas y poniendo en riesgo la vida de venezolanos por un capricho político”, indicó Carmen Beatriz Fernández.
Los tres expertos estuvieron de acuerdo en que las vacunas son fundamentales para frenar los contagios y muertes por encima de los planes de seguridad. Pero, el gran problema para algunos, es la falta de credibilidad del Ejecutivo. “Desde el principio, han manipulado las cifras” explicó Fernández.
“Al hacer pocas pruebas PCR parece que hay pocos casos; pero eso, a la larga, perjudica a la sociedad, porque la demanda de vacunas en el mundo es muy alta y la manera de negociar la oferta es demostrando la necesidad que cada país tiene. ¿Cómo va argumentar el Estado venezolano una necesidad de vacunas teniendo unas cifras oficiales tan bajas de contagiados por covid?”, se preguntó finalmente.